LA FLAUTA MÁGICA
La Flauta Mágica puede
disfrutarse simplemente como un cuento de hadas encantador, pero Mozart
impregnó su obra de arte con el simbolismo más profundo de la Francmasonería.
Aparecen tantos elementos masónicos representados en la ópera que muchos
Masones mostraron su enojo al ver que sus secretos quedaban abiertamente
representados en el escenario. Mozart diseña el mundo de La Flauta Mágica
después de la concepción masónica del universo. 2 cuerpos celestes (sol y luna)
gobiernan una realidad basada en 4 elementos (fuego, agua, tierra y aire).
Colores, metales, y personajes se asocian con estas ideas básicas. Sarastro y
Tamino, como fuertes presencias masculinas, se asocian con el sol, el oro y los
elementos del fuego. La Reina de la Noche y Pamina, las contrafiguras femeninas
se asocian con la noche, la plata y el elemento femenino agua. Papageno y
Monostatos forman el último par. Papageno, como hombre pájaro, representa el
elemento aire. Monostatos, con su oscura morada con forma de cueva, representa
la tierra. Papageno y Monostatos comienzan la ópera sirviendo a los amos
"equivocados"; el Aire debería estar con el grupo masculino de
Sarastro, y la Tierra femenina debería aliarse con la Reina. La historia tiene
como fin restablecer el equilibrio justo.
Los números 3 y 18 eran
importantes para los Masones, y se repiten notablemente en toda la ópera. Por
ejemplo, hay 3 Damas, 3 Genios, 3 apariciones de la Reina , 3 templos, hasta 3
bemoles en la apertura y clave final de la pieza, mi bemol mayor. El número 18
está representado en el número de sacerdotes y en la edad de Pamina. Mucha de
la acción de la Flauta está diseñada después del proceso de iniciación dentro
de una logia masónica, con algunas concesiones y adaptaciones. Hay un extenso
proceso de proyección antes de que el futuro iniciado llegue a intentar los
pasos de la Iniciación. Está propuesto por un miembro, luego entrevistado por
un panel de 3 Hermanos. Después de la aprobación del informe del panel, se
lleva al candidato con los ojos vendados adentro del templo (aún él no merece
verlo) y es interrogado. Un voto final lo autoriza a continuar con los juicios.
En la Flauta , los 3 muchachos
constituyen el panel preliminar. El interrogatorio a ciegas está simulado por
la incapacidad de Tamino para entrar a los templos, es interrogado por un
Sacerdote. Finalmente se le permite entrar al templo (y comenzar los juicios).
Un principiante masónico soporta 3 clases de juicios. El primero hace
referencia al "Gabinete de Reflexión", y el principiante se queda en
un espacio oscuro y estrecho para reflexionar sobre las razones que tiene para
convertirse en Masón. Aunque esto no se reproduce con exactitud en la Flauta ,
Tamino y Papageno verdaderamente tienen que resistir una oscura noche de
tormenta, y luego son interrogados acerca de sus razones y su determinación.
La siguiente prueba en la
iniciación masónica es la prueba del silencio. Esto no solamente refuerza la
naturaleza secreta de la sociedad, sino que también endurece a los hombres ante
la influencia de las mujeres. Es muy difícil para Tamino quedarse callado
frente a Pamina cuando no puede explicarle sus razones. Aunque Mozart se
mantiene leal al rito masónico, su aversión ante la actitud general masónica
hacia las mujeres es evidente por los largos papeles que representan sus
personajes femeninos. Pamina hasta se une a Tamino en sus últimos dos juicios.
La última etapa de la iniciación hace referencia a la purificación por los
cuatro elementos. La tierra ya estaba representada por el primer juicio, el
Gabinete de Reflejos, con sus oscuras alusiones subterráneas. El aire está
encerrado por el caos de la vida humana, las dificultades y obstáculos que
golpean al Hombre desde el camino de su vida. El trío No. 16, en el que Tamino
toca la flauta (un instrumento de viento), es su "viaje" a través del
Juicio por Aire.
En el ritual masónico, el juicio
del Agua se lleva a cabo con un bautismo filosófico (para limpiar y reanimar al
principiante). Para el Fuego, un principiante, debe pasar a través de un triple
vallado en llamas sin quemarse. En la Flauta Mágica , estos dos juicios se
anuncian con bastante claridad, pero no hay letra que ilustre la acción y la
música no es en absoluto descriptiva. Cada director y equipo de producción
pueden crear sus propias visiones de los juicios finales de Tamino y Pamina.
Mozart
y Emanuel Schikaneder, quienes encomendaron el trabajo eran Masones, lo que
justifica la mayoría de las imágenes masónicas. Sin embargo; parece que
originalmente la ópera fue pensada como una obra de fantasía oriental (un
entretenimiento popular de la época), y se cambió a mitad del camino para
honrar la muerte de Ignaz von Born, un líder masónico. Sin tener en cuenta su
origen, se puede disfrutar de la Flauta como un cuento de hadas cautivador o
como una historia con muchas capas de significados.
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