El Banquete Masónico y Los Brindis de Ordenanza
Todas las Logias que practican el Ritual de Emulación, están obligadas a celebrar con un refrigerio fraternal los solsticios de Verano e Invierno, esta última, además, por ser el día de la transformación de la masonería operativa en especulativa. Fuera de estos banquetes de Obligación los Talleres pueden celebrar las Tenidas de Refrigerio que consideren por conveniente, pero son ineludibles e impostergables las Tenidas de Refrigerio con motivo de INICIACIÓN DE PROFANOS.
Según el diccionario de la Real Academia Española el termino brindis significa: Del Alemán BRING DIR`S, yo te lo ofrezco; acción de brindar con vino o licor; palabras que se dicen al brindar.
Una de las versiones del origen del termino se remonta al siglo XVI, y tiene como motivo la celebración de una victoria del ejercito de Carlos I sobre su oponente, (V del Sacro Imperio Romano) (1500-1558), rey de España (1516-1556) y, como Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (1519-1558), una de las principales figuras de la edad moderna, llevó a cabo el último intento por mantener la unidad europea en torno al cristianismo católico.
Según relatan los historiadores, un lunes 6 de Mayo de 1527, las tropas de Carlos V toman de forma victoriosa Roma y la saquean. El saqueo fue algo imprevisto. Lactancio, caballero mancebo de la corte del Emperador, convencerá a su interlocutor, el Arcediano del Viso, testigo del saqueo, de que el Emperador ninguna culpa tuvo de ello y que Dios lo permitió por el bien de la cristiandad.
Con motivo de tal victoria, cuenta la historia, que los mandos militares llenaron sus copas de vino. Las alzaron al frente y dijeron la frase BRING DIR`S, yo te lo ofrezco. Este hecho, ha dado lugar a la tradición de brindar cuando se celebra algo.
Pero como en todas las historias, hay otras versiones que adelantan mucho más, en el tiempo, los orígenes de los brindis. Estos lo sitúan en tiempos de los griegos, y tiene que ver con la muestra de confianza que el anfitrión ofrecía a sus invitados.
Los llamados banquetes o refrigerios, cuyo objeto es solemnizar alrededor de una mesa determinados sucesos, es una costumbre masónica muy antigua, como sabemos son la continuación de las tenidas que se realizan dentro del Templo. Durante el banquete se efectúan siete brindis y ese número no es arbitrario pues recuerdan las 7 libaciones que se efectuaban en los, antiguos misterios en holocausto a los siete planetas conocidos en aquellas épocas.
En los banquetes masónicos se debe guardar la concordia y la sobriedad y es obligación del segundo vigilante, asistido por el Maestro de Ceremonia, velar para que impere la compostura.
Durante los Brindis de Ordenanza se debe observar la mayor cortesía. Cuando un Hermano está en uso de la palabra cesa toda actividad y la atención se centra en el orador, los oradores son nombrados por el Maestro de Ceremonias; previa autorización del Venerable Maestro. Esta designación se considera una distinción, un honor, por lo que el designado se conduce con mucha solemnidad, seriedad y suficiencia en el desarrollo de su intervención, gestos y comportamiento ante los Hermanos, los que igualmente responden con atención, interés, respeto y fraternidad.
El encargado del brindis debe ceñirse escrupulosamente al tema y motivo del mismo en forma precisa, corta y amena y para terminar, en tono más alto debe anunciar el nombre del brindis, que la concurrencia repetirá al unísono, para después de un instante decir SALUD, la forma moderna y actual prescinde del nombre completo del brindis invocado por el orador y solo repite en voz alta SALUD.
El brindis de acuerdo al Ritual Masónico debe ser concreto y especifico hacia quien lo dirigimos; un brindis no es un discurso o una pieza de oratoria, es sencillamente un deseo que se debe hacer con la conciencia abierta, hacia QUIENES SE DESEA ELEVAR NUESTRA PLEGARIA.
Según el diccionario de la Real Academia Española el termino brindis significa: Del Alemán BRING DIR`S, yo te lo ofrezco; acción de brindar con vino o licor; palabras que se dicen al brindar.
Una de las versiones del origen del termino se remonta al siglo XVI, y tiene como motivo la celebración de una victoria del ejercito de Carlos I sobre su oponente, (V del Sacro Imperio Romano) (1500-1558), rey de España (1516-1556) y, como Carlos V, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (1519-1558), una de las principales figuras de la edad moderna, llevó a cabo el último intento por mantener la unidad europea en torno al cristianismo católico.
Según relatan los historiadores, un lunes 6 de Mayo de 1527, las tropas de Carlos V toman de forma victoriosa Roma y la saquean. El saqueo fue algo imprevisto. Lactancio, caballero mancebo de la corte del Emperador, convencerá a su interlocutor, el Arcediano del Viso, testigo del saqueo, de que el Emperador ninguna culpa tuvo de ello y que Dios lo permitió por el bien de la cristiandad.
Con motivo de tal victoria, cuenta la historia, que los mandos militares llenaron sus copas de vino. Las alzaron al frente y dijeron la frase BRING DIR`S, yo te lo ofrezco. Este hecho, ha dado lugar a la tradición de brindar cuando se celebra algo.
Pero como en todas las historias, hay otras versiones que adelantan mucho más, en el tiempo, los orígenes de los brindis. Estos lo sitúan en tiempos de los griegos, y tiene que ver con la muestra de confianza que el anfitrión ofrecía a sus invitados.
Los llamados banquetes o refrigerios, cuyo objeto es solemnizar alrededor de una mesa determinados sucesos, es una costumbre masónica muy antigua, como sabemos son la continuación de las tenidas que se realizan dentro del Templo. Durante el banquete se efectúan siete brindis y ese número no es arbitrario pues recuerdan las 7 libaciones que se efectuaban en los, antiguos misterios en holocausto a los siete planetas conocidos en aquellas épocas.
En los banquetes masónicos se debe guardar la concordia y la sobriedad y es obligación del segundo vigilante, asistido por el Maestro de Ceremonia, velar para que impere la compostura.
Durante los Brindis de Ordenanza se debe observar la mayor cortesía. Cuando un Hermano está en uso de la palabra cesa toda actividad y la atención se centra en el orador, los oradores son nombrados por el Maestro de Ceremonias; previa autorización del Venerable Maestro. Esta designación se considera una distinción, un honor, por lo que el designado se conduce con mucha solemnidad, seriedad y suficiencia en el desarrollo de su intervención, gestos y comportamiento ante los Hermanos, los que igualmente responden con atención, interés, respeto y fraternidad.
El encargado del brindis debe ceñirse escrupulosamente al tema y motivo del mismo en forma precisa, corta y amena y para terminar, en tono más alto debe anunciar el nombre del brindis, que la concurrencia repetirá al unísono, para después de un instante decir SALUD, la forma moderna y actual prescinde del nombre completo del brindis invocado por el orador y solo repite en voz alta SALUD.
El brindis de acuerdo al Ritual Masónico debe ser concreto y especifico hacia quien lo dirigimos; un brindis no es un discurso o una pieza de oratoria, es sencillamente un deseo que se debe hacer con la conciencia abierta, hacia QUIENES SE DESEA ELEVAR NUESTRA PLEGARIA.
LOS BRINDIS DE ORDENANZA
PRIMER BRINDIS
PRIMER BRINDIS
POR LA PATRIA Y SU PRIMER MANDATARIO, en los antiguos misterios del hierofante; (Del lat. hierophantes, y este del gr. ἱεροφάντης. Sacerdote de Eleusis, en Grecia, que presidía la celebración de los misterios sagrados. Maestro de nociones recónditas) ofrendaba el primer Brindis al SOL Rey del Universo, al cual debe la naturaleza su exuberante fecundidad. En nuestros días se hace en honor de la Patria y su Primer Mandatario o Jefe de Estado. Este brindis se hace de pie, a requerimiento del Hermano encargado del brindis.
SEGUNDO BRINDIS
POR LA GRAN LOGIA Y SU MUY RESPETABLE GRAN MAESTRO, este segundo brindis se hacía en honor a la LUNA, astro melancólico que según nuestros antepasados iluminaba con sus plateados rayos los más recónditos misterios. En nuestros días se hace por la GRAN LOGIA Y SU MUY RESPETABLE GRAN MAESTRO, quien ilumina a todas las logias de la obediencia, con sus atinadas y sabias instrucciones. Este brindis se hace de pie, a requerimiento del encargado del brindis.
TERCER BRINDIS
POR LA LOGIA OFERENTE, este brindis se hacía en honor a MARTE, divinidad que presidia los Consejos y los Combates. Hoy de hace por la Logia oferente y su Venerable Maestro.
CUARTO BRINDIS
POR LAS LOGIAS DE LA JURISDICCIÓN Y LA OBEDIENCIA, antiguamente estaba dedicado a MERCURIO, por ser el dios de la vigilancia del Olimpo y encargado de la iniciación y cesación de la labores. Lo que ahora en la jurisdicción son los Vigilantes de las Logias.
QUINTO BRINDIS
POR LAS LOGIAS DE LA AMISTAD Y LA CORRESPONDENCIA, se hacía en honor a JÚPITER, dios de la prosperidad y de la hospitalidad. Hoy se hace en honor de las Logias con las cuales mantenemos correspondencia solidificando así más los lazos que unen a la fraternidad masónica.
SEXTO BRINDIS
TEMA LIBRE, se ofrecía, a VENUS, diosa y símbolo perpetuo de la madre naturaleza, diosa de la generación y encanto de los hombres y de los propios dioses. Hoy este brindis es amplio y variado el Hermano puede manifestar sus sentimientos acomodando el tema a las circunstancias. Al tratar el tema libre debe recordarse que no debe tratarse temas de orden político o religioso.
SÉPTIMO BRINDIS
POR LOS HERMANOS EN DESGRACIA, según los antiguos misterios se hacía en holocausto al padre SATURNO, cuyos múltiples satélites lo circundan en apretado y cariñoso abrazo. Hoy lo hacemos con la más profunda meditación concentrando nuestros sentimientos de fraternidad pensando en los Hermanos, que por uno u otro motivo son víctimas de la desgracia y que se encuentran al amparo del Gran Arquitecto Del Universo. Este brindis corresponde al Venerable Maestro.
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