Desintoxicar
el Hígado
e sabe que el hígado, el gran depurador del
organismo, ejecuta más de quinientas funciones diferentes aunque se sospecha
que pueden ser muchas más.
De ahí la enorme importancia de su estado para la salud. Con un hígado en mal
estado es imposible encontrarse bien. Por eso es necesario ayudarle de vez en
cuando con un ayuno moderado o una cura de desintoxicación. Le explicamos cómo
hacerla.
Antes
de explicar la eficacia de una desintoxicación hepática conviene recordar las
características y actividades del hígado porque su función es absolutamente
crucial para la vida. Hablamos de una glándula de gran tamaño -pesa alrededor
de kilo y medio- que realiza multitud de actividades ligadas esencialmente al
metabolismo intermediario. Podría decirse que es como una gran plataforma desde
la que se liberan sustancias básicas para muy diversas funciones. Situada
debajo del diafragma, ocupa la parte más alta de la cavidad abdominal, en el
hipocondrio derecho. Su posición es además estratégica en la circulación ya que
tiene una vascularización muy abundante.
Sus funciones básicas
1) Actividad
circulatoria. Se
encarga de filtrar la sangre procedente del intestino depurándola.
2) Actividad secretora y
excretora. Se
encarga de producir bilis, sustancia encargada de:
• Facilitar la digestión de las grasas en el intestino.
• Permitir la absorción de vitaminas liposolubles.
• Metabolizar el colesterol y la bilirrubina.
• Equilibrar la acidez del quimo presente en el duodeno.
• Transportar la inmunoglobulina A a la mucosa intestinal.
3) Actividad metabólica. Participa en la metabolización de los
carbohidratos, proteínas, lípidos, minerales y vitaminas. De hecho, el hígado
es el encargado de convertir los carbohidratos y proteínas en grasas.
a) Las actividades específicas que desempeña en el
metabolismo de los carbohidratos es la de:
• Almacenar glucógeno.
• Convertir galactosa y fructosa en glucosa.
• Elaborar distintos compuestos químicos.
b) En cuanto al
metabolismo de los lípidos, sus
funciones específicas son:
• La formación de la mayor parte de las lipoproteínas.
• La formación de colesterol y fosfolípidos.
• La gluconeogénesis.
c) En cuanto a las
proteínas se refiere , lo que
el hígado hace es:
• Desaminar los aminoácidos.
• Fabricar urea para suprimir el amoniaco de los líquidos corporales.
• Formar la práctica totalidad de las proteínas plasmáticas.
Cabe
añadir que aunque la mayor parte del metabolismo de los hidratos de carbono y
de las grasas se produce en el hígado probablemente podríamos sobrevivir si esa
función se interrumpiera; sin embargo, si el hígado no metabolizara las
proteínas la persona moriría en pocos días.
d) Las otras funciones
metabólicas del
hígado son las de:
• Almacenar vitaminas.
• Almacenar hierro.
• Formar las sustancias que intervienen en el proceso de coagulación
(fibrinógeno, protombina, factores VII, IX y X).
• Eliminar o excretar los fármacos, hormonas y otras sustancias.
4) Actividad protectora
y detoxificadora. En el
hígado existen unas células conocidas como "células de Kupffer" -o
macrófagos- que tienen la función de fagocitar (ingerir y digerir) parásitos,
virus, bacterias y macromoléculas por lo que constituyen una barrera para las
toxinas y microorganismos procedentes del intestino. Además juegan un papel
fundamental en la formación de antígenos durante los procesos de inflamación e
infección porque son las iniciadoras de la inmunidad mediada por las células B
y T. Cabe añadir que hay otras células -las llamadas "células de
PIT"-, equivalentes a grandes linfocitos granulares y células asesinas,
que tienen también funciones similares por lo que brindan protección contra las
infecciones virales.
5) Actividad
hematológica. Durante
parte de la vida embrionaria -y en algunos estados patológicos en el adulto- se
forma sangre en el hígado. Además, éste produce fibrinógeno, protombina y
heparina; y destruye eritrocitos.
Antes
de explicar la eficacia de una desintoxicación hepática conviene recordar las
características y actividades del hígado porque su función es absolutamente
crucial para la vida. Hablamos de una glándula de gran tamaño -pesa alrededor
de kilo y medio- que realiza multitud de actividades ligadas esencialmente al
metabolismo intermediario. Podría decirse que es como una gran plataforma desde
la que se liberan sustancias básicas para muy diversas funciones. Situada
debajo del diafragma, ocupa la parte más alta de la cavidad abdominal, en el
hipocondrio derecho. Su posición es además estratégica en la circulación ya que
tiene una vascularización muy abundante.
Sus funciones básicas
1) Actividad
circulatoria. Se
encarga de filtrar la sangre procedente del intestino depurándola.
2) Actividad secretora y
excretora. Se
encarga de producir bilis, sustancia encargada de:
• Facilitar la digestión de las grasas en el intestino.
• Permitir la absorción de vitaminas liposolubles.
• Metabolizar el colesterol y la bilirrubina.
• Equilibrar la acidez del quimo presente en el duodeno.
• Transportar la inmunoglobulina A a la mucosa intestinal.
• Facilitar la digestión de las grasas en el intestino.
• Permitir la absorción de vitaminas liposolubles.
• Metabolizar el colesterol y la bilirrubina.
• Equilibrar la acidez del quimo presente en el duodeno.
• Transportar la inmunoglobulina A a la mucosa intestinal.
3) Actividad metabólica. Participa en la metabolización de los
carbohidratos, proteínas, lípidos, minerales y vitaminas. De hecho, el hígado
es el encargado de convertir los carbohidratos y proteínas en grasas.
a) Las actividades específicas que desempeña en el
metabolismo de los carbohidratos es la de:
• Almacenar glucógeno.
• Convertir galactosa y fructosa en glucosa.
• Elaborar distintos compuestos químicos.
• Almacenar glucógeno.
• Convertir galactosa y fructosa en glucosa.
• Elaborar distintos compuestos químicos.
b) En cuanto al
metabolismo de los lípidos, sus
funciones específicas son:
• La formación de la mayor parte de las lipoproteínas.
• La formación de colesterol y fosfolípidos.
• La gluconeogénesis.
• La formación de la mayor parte de las lipoproteínas.
• La formación de colesterol y fosfolípidos.
• La gluconeogénesis.
c) En cuanto a las
proteínas se refiere , lo que
el hígado hace es:
• Desaminar los aminoácidos.
• Fabricar urea para suprimir el amoniaco de los líquidos corporales.
• Formar la práctica totalidad de las proteínas plasmáticas.
• Desaminar los aminoácidos.
• Fabricar urea para suprimir el amoniaco de los líquidos corporales.
• Formar la práctica totalidad de las proteínas plasmáticas.
Cabe
añadir que aunque la mayor parte del metabolismo de los hidratos de carbono y
de las grasas se produce en el hígado probablemente podríamos sobrevivir si esa
función se interrumpiera; sin embargo, si el hígado no metabolizara las
proteínas la persona moriría en pocos días.
d) Las otras funciones
metabólicas del
hígado son las de:
• Almacenar vitaminas.
• Almacenar hierro.
• Formar las sustancias que intervienen en el proceso de coagulación (fibrinógeno, protombina, factores VII, IX y X).
• Eliminar o excretar los fármacos, hormonas y otras sustancias.
• Almacenar vitaminas.
• Almacenar hierro.
• Formar las sustancias que intervienen en el proceso de coagulación (fibrinógeno, protombina, factores VII, IX y X).
• Eliminar o excretar los fármacos, hormonas y otras sustancias.
4) Actividad protectora
y detoxificadora. En el
hígado existen unas células conocidas como "células de Kupffer" -o
macrófagos- que tienen la función de fagocitar (ingerir y digerir) parásitos,
virus, bacterias y macromoléculas por lo que constituyen una barrera para las
toxinas y microorganismos procedentes del intestino. Además juegan un papel
fundamental en la formación de antígenos durante los procesos de inflamación e
infección porque son las iniciadoras de la inmunidad mediada por las células B
y T. Cabe añadir que hay otras células -las llamadas "células de
PIT"-, equivalentes a grandes linfocitos granulares y células asesinas,
que tienen también funciones similares por lo que brindan protección contra las
infecciones virales.
5) Actividad
hematológica. Durante
parte de la vida embrionaria -y en algunos estados patológicos en el adulto- se
forma sangre en el hígado. Además, éste produce fibrinógeno, protombina y
heparina; y destruye eritrocitos.
La importancia del hígado
Como
el lector puede constatar, lo apuntado hasta aquí -de forma muy resumida-
demuestra la enorme importancia del hígado. Hasta el punto de que desde la
óptica de la Medicina Ortomolecular es impensable tratar cualquier alteración o
disfunción sin antes pasar por una desintoxicación hepática. Es la piedra angular
de cualquier tratamiento del que se pretenda salir exitoso.
Además
-y sin entrar en patologías específicas-, teniendo en cuenta las actividades en
las que está involucrado el hígado muchas actuaciones a nivel digestivo,
pancreático, intestinal, renal, etc, pasan inexorablemente por una terapia
normalizadora de la función hepática.
Como
el lector puede constatar, lo apuntado hasta aquí -de forma muy resumida-
demuestra la enorme importancia del hígado. Hasta el punto de que desde la
óptica de la Medicina Ortomolecular es impensable tratar cualquier alteración o
disfunción sin antes pasar por una desintoxicación hepática. Es la piedra angular
de cualquier tratamiento del que se pretenda salir exitoso.
Además
-y sin entrar en patologías específicas-, teniendo en cuenta las actividades en
las que está involucrado el hígado muchas actuaciones a nivel digestivo,
pancreático, intestinal, renal, etc, pasan inexorablemente por una terapia
normalizadora de la función hepática.
Desintoxicación celular
Normalmente
los residuos de la alimentación son expulsados de las células y pasan a la
linfa y a la sangre que los transportan a los órganos excretores -sobre todo al
hígado y a los riñones- donde son transformados y conducidos a los órganos de
evacuación. Pues bien, como el organismo lleva siempre un cierto retraso a la
hora de efectuar la limpieza es evidente que no ingerir alimentos durante un
tiempo -o, al menos, limitar su ingesta- le permite dedicar más energía a la
depuración. Es más, cuando se efectúa un proceso de desintoxicación se aprecia
en el hígado una pérdida importante de peso, lo que se debe a que el hígado
quema tanto el glucógeno de reserva que contiene como buena parte de la grasa
acumulada.
Normalmente
los residuos de la alimentación son expulsados de las células y pasan a la
linfa y a la sangre que los transportan a los órganos excretores -sobre todo al
hígado y a los riñones- donde son transformados y conducidos a los órganos de
evacuación. Pues bien, como el organismo lleva siempre un cierto retraso a la
hora de efectuar la limpieza es evidente que no ingerir alimentos durante un
tiempo -o, al menos, limitar su ingesta- le permite dedicar más energía a la
depuración. Es más, cuando se efectúa un proceso de desintoxicación se aprecia
en el hígado una pérdida importante de peso, lo que se debe a que el hígado
quema tanto el glucógeno de reserva que contiene como buena parte de la grasa
acumulada.
La depuración
El
buen estado de salud se da cuando el conjunto de actividades de los órganos y
funciones corporales se realizan de forma correcta y en equilibrio siendo la
ruptura del mismo lo que nos lleva a perder la salud. Por otra parte, la
actividad de las células que forman nuestro organismo genera sustancias de
desecho que eliminamos de forma natural cuando éstas no sobrepasan el nivel de
tolerancia, algo que depende de cada individuo (edad, herencia, estado
general...).
Sin
embargo, hay alimentos y productos como el café, el tabaco, diversas drogas,
productos tóxicos, algunos aditivos alimentarios, contaminantes de las aguas,
medicamentos, etc., que dificultan las actividades celulares e incrementan la
cantidad de elementos de desecho por lo que los órganos eliminadores
(emuntorios) se ven desbordados e incapaces de desembarazarse de un nivel
elevado de toxinas.
En
suma, se puede afirmar que la salud de un individuo depende de la capacidad de
su organismo para eliminar los residuos perjudiciales, tanto de origen interno
como externo. Y como quiera que hoy el ser humano no suele mantener una
conducta que respete las leyes naturales en cuanto a alimentación, ejercicio,
hábitos de conducta, etc, llega un momento en el que comienzan a aparecer
signos de que se hace necesaria una depuración. Signos que unas veces se
manifiestan como una enfermedad grave y en otras en forma de síntomas generales
como fatiga, caída del cabello, pérdida de apetito, uñas quebradizas,
dificultad para conciliar el sueño, decaimiento, astenia y otros signos
subjetivos que indican falta de energía.
La
depuración del organismo -y en particular la depuración hepática- es pues una
de las primeras acciones que deberíamos tomar cuando nos planteamos el
tratamiento de cualquier patología. Porque lo más eficaz es siempre comenzar
"limpiando el terreno".
El
buen estado de salud se da cuando el conjunto de actividades de los órganos y
funciones corporales se realizan de forma correcta y en equilibrio siendo la
ruptura del mismo lo que nos lleva a perder la salud. Por otra parte, la
actividad de las células que forman nuestro organismo genera sustancias de
desecho que eliminamos de forma natural cuando éstas no sobrepasan el nivel de
tolerancia, algo que depende de cada individuo (edad, herencia, estado
general...).
Sin
embargo, hay alimentos y productos como el café, el tabaco, diversas drogas,
productos tóxicos, algunos aditivos alimentarios, contaminantes de las aguas,
medicamentos, etc., que dificultan las actividades celulares e incrementan la
cantidad de elementos de desecho por lo que los órganos eliminadores
(emuntorios) se ven desbordados e incapaces de desembarazarse de un nivel
elevado de toxinas.
En
suma, se puede afirmar que la salud de un individuo depende de la capacidad de
su organismo para eliminar los residuos perjudiciales, tanto de origen interno
como externo. Y como quiera que hoy el ser humano no suele mantener una
conducta que respete las leyes naturales en cuanto a alimentación, ejercicio,
hábitos de conducta, etc, llega un momento en el que comienzan a aparecer
signos de que se hace necesaria una depuración. Signos que unas veces se
manifiestan como una enfermedad grave y en otras en forma de síntomas generales
como fatiga, caída del cabello, pérdida de apetito, uñas quebradizas,
dificultad para conciliar el sueño, decaimiento, astenia y otros signos
subjetivos que indican falta de energía.
La
depuración del organismo -y en particular la depuración hepática- es pues una
de las primeras acciones que deberíamos tomar cuando nos planteamos el
tratamiento de cualquier patología. Porque lo más eficaz es siempre comenzar
"limpiando el terreno".
Síntomas del Proceso Depurativo
Depurar
el organismo consiste en disminuir su nivel de toxemia. Y eso debe hacerse
disminuyendo los tóxicos externos, por un lado, y ayudando a los órganos
eliminadores a realizar su función estimulando la eliminación de toxinas, por
otro. Un buen drenaje debe durar entre 3 y 10 días. Depende del estado general
(que evidenciará de un modo aproximado el nivel de toxemia), de la edad, de la
constitución y de si existe o no alguna patología.
Hay
que advertir, en todo caso, que un proceso depurativo conlleva a veces la
aparición de lo que podríamos denominar una "crisis aguda", algo que
patentiza que en el organismo se están produciendo cambios significativos.
Durante esa crisis observaremos cómo se cumple la "Ley de Hering":
cuando existe una sintomatología muy evidente todos los síntomas van cambiando,
expresándose por orden inverso de aparición: primero los más recientes, después
los más antiguos. Y antes los de las zonas inferiores que los de las zonas superiores.
Existen además una serie de
signos que nos informan de la evolución del proceso:
• la lengua se cubre de una gruesa capa de saburra blanca o amarillenta (en
función de la composición de los residuos que se eliminan por esta vía). Cuando
vuelve a ser sonrosada y la capa de saburra es blanca y fina otra vez es
indicio de que la depuración ha finalizado.
• el aliento es fuerte, a veces hasta fétido. Cuando se ha depurado lo
suficiente vuelve a ser fresco y limpio.
• La orina es más oscura y densa, con olor fuerte y diferente. Vuelve a ser
clara al final de la depuración.
• Las heces son también más oscuras, concentradas y abundantes volviendo a su
color y textura normales cuando finaliza la depuración.
Hay
que destacar que cuando la técnica utilizada consiste en un ayuno la cantidad
de materia fecal no aumenta aunque también es cierto que generalmente hay
deposición diaria, señal de que en el interior del intestino había residuos que
no podían eliminarse con la defecación normal cotidiana (esto ocurre sobre todo
en personas que de manera habitual son estreñidas o bien tienen divertículos en
el intestino).
Depurar
el organismo consiste en disminuir su nivel de toxemia. Y eso debe hacerse
disminuyendo los tóxicos externos, por un lado, y ayudando a los órganos
eliminadores a realizar su función estimulando la eliminación de toxinas, por
otro. Un buen drenaje debe durar entre 3 y 10 días. Depende del estado general
(que evidenciará de un modo aproximado el nivel de toxemia), de la edad, de la
constitución y de si existe o no alguna patología.
Hay
que advertir, en todo caso, que un proceso depurativo conlleva a veces la
aparición de lo que podríamos denominar una "crisis aguda", algo que
patentiza que en el organismo se están produciendo cambios significativos.
Durante esa crisis observaremos cómo se cumple la "Ley de Hering":
cuando existe una sintomatología muy evidente todos los síntomas van cambiando,
expresándose por orden inverso de aparición: primero los más recientes, después
los más antiguos. Y antes los de las zonas inferiores que los de las zonas superiores.
Existen además una serie de
signos que nos informan de la evolución del proceso:
• la lengua se cubre de una gruesa capa de saburra blanca o amarillenta (en función de la composición de los residuos que se eliminan por esta vía). Cuando vuelve a ser sonrosada y la capa de saburra es blanca y fina otra vez es indicio de que la depuración ha finalizado.
• el aliento es fuerte, a veces hasta fétido. Cuando se ha depurado lo suficiente vuelve a ser fresco y limpio.
• La orina es más oscura y densa, con olor fuerte y diferente. Vuelve a ser clara al final de la depuración.
• Las heces son también más oscuras, concentradas y abundantes volviendo a su color y textura normales cuando finaliza la depuración.
• la lengua se cubre de una gruesa capa de saburra blanca o amarillenta (en función de la composición de los residuos que se eliminan por esta vía). Cuando vuelve a ser sonrosada y la capa de saburra es blanca y fina otra vez es indicio de que la depuración ha finalizado.
• el aliento es fuerte, a veces hasta fétido. Cuando se ha depurado lo suficiente vuelve a ser fresco y limpio.
• La orina es más oscura y densa, con olor fuerte y diferente. Vuelve a ser clara al final de la depuración.
• Las heces son también más oscuras, concentradas y abundantes volviendo a su color y textura normales cuando finaliza la depuración.
Hay
que destacar que cuando la técnica utilizada consiste en un ayuno la cantidad
de materia fecal no aumenta aunque también es cierto que generalmente hay
deposición diaria, señal de que en el interior del intestino había residuos que
no podían eliminarse con la defecación normal cotidiana (esto ocurre sobre todo
en personas que de manera habitual son estreñidas o bien tienen divertículos en
el intestino).
Esta crisis puede acompañarse en ocasiones de diversos síntomas
generales como:
-Dolor difuso y/o
jaqueca, señal
de alarma para el organismo que invita a la búsqueda de calor, reposo, rechazo
de alimentos...
-Fiebre que tiende a disminuir con rapidez el
índice de toxemia excesivo pues pone en marcha unas medidas excepcionales. Es
el caso de un aumento de la frecuencia cardiaca, el incremento de la circulación
sanguínea y el reforzamiento de la función respiratoria.
Y
dado que sabemos que la fiebre cumple una función de defensa orgánica, es
importante no actuar nunca contra ella -a no ser que sea muy elevada- sino
mantenerla controlada en todo momento; por ejemplo, mediante la aplicación de
paños fríos acompañados de fricciones en la espalda o baños de agua fría.
- Aminoración
de las funciones muscular y sensorial así como de la digestiva. Estos
síntomas suelen aparecer con más intensidad cuanto más elevada es la toxemia y
más riguroso el procedimiento adoptado mientras que se presentan de forma muy
suave o incluso no aparecen cuando la toxemia es leve y/o la depuración se
realiza lentamente, con supresión gradual y paulatina de bebidas estimulantes
como el café o el té y la adopción de unos hábitos adecuados y de una dieta
depurativa.
Dependiendo
de cada individuo, podríamos encontrarnos con otros síntomas particulares como
aumento de la sudoración, incremento de mucosidades nasales o faríngeas,
lagrimeo, aparición de forúnculos, etc.
Lo
más aconsejable, siempre que los síntomas no sean demasiado violentos o
impliquen algún riesgo para el individuo, es encauzarlos mediante técnicas
naturales y no suprimirlos ya que la propia naturaleza del individuo es la que
elige la forma más adecuada para restablecer el equilibrio.
Recomendaciones durante
la Desintoxicación
•Consuma,
si le es posible, alimentos de origen biológico. •Consuma frutas como desayuno,
almuerzo y/o sustituto de la cena. •Prepare los alimentos al vapor, hervidos o
a la plancha usando utensilios de acero inoxidable • Elimine el consumo de
productos refinados, la carne roja y los productos lácteos y derivados. •Evite
el consumo de bebidas alcohólicas, excitantes, etc. •Procure no tomar alimentos
fritos, congelados, precocinados, etc. •Tome algún tipo de caldo depurativo
diariamente y fuera de las comidas. •Trate de reducir la cantidad de alimentos
a ingerir. •Evite las situaciones de estrés. •Mantenga una higiene externa e
interna adecuadas. •Realice una actividad física acorde con sus necesidades.
•Duerma un mínimo de horas para que el sueño sea reparador. •Beba agua filtrada
o embotellada.
-Dolor difuso y/o
jaqueca, señal
de alarma para el organismo que invita a la búsqueda de calor, reposo, rechazo
de alimentos...
-Fiebre que tiende a disminuir con rapidez el
índice de toxemia excesivo pues pone en marcha unas medidas excepcionales. Es
el caso de un aumento de la frecuencia cardiaca, el incremento de la circulación
sanguínea y el reforzamiento de la función respiratoria.
Y
dado que sabemos que la fiebre cumple una función de defensa orgánica, es
importante no actuar nunca contra ella -a no ser que sea muy elevada- sino
mantenerla controlada en todo momento; por ejemplo, mediante la aplicación de
paños fríos acompañados de fricciones en la espalda o baños de agua fría.
- Aminoración
de las funciones muscular y sensorial así como de la digestiva. Estos
síntomas suelen aparecer con más intensidad cuanto más elevada es la toxemia y
más riguroso el procedimiento adoptado mientras que se presentan de forma muy
suave o incluso no aparecen cuando la toxemia es leve y/o la depuración se
realiza lentamente, con supresión gradual y paulatina de bebidas estimulantes
como el café o el té y la adopción de unos hábitos adecuados y de una dieta
depurativa.
Dependiendo
de cada individuo, podríamos encontrarnos con otros síntomas particulares como
aumento de la sudoración, incremento de mucosidades nasales o faríngeas,
lagrimeo, aparición de forúnculos, etc.
Lo
más aconsejable, siempre que los síntomas no sean demasiado violentos o
impliquen algún riesgo para el individuo, es encauzarlos mediante técnicas
naturales y no suprimirlos ya que la propia naturaleza del individuo es la que
elige la forma más adecuada para restablecer el equilibrio.
Recomendaciones durante
la Desintoxicación
•Consuma,
si le es posible, alimentos de origen biológico. •Consuma frutas como desayuno,
almuerzo y/o sustituto de la cena. •Prepare los alimentos al vapor, hervidos o
a la plancha usando utensilios de acero inoxidable • Elimine el consumo de
productos refinados, la carne roja y los productos lácteos y derivados. •Evite
el consumo de bebidas alcohólicas, excitantes, etc. •Procure no tomar alimentos
fritos, congelados, precocinados, etc. •Tome algún tipo de caldo depurativo
diariamente y fuera de las comidas. •Trate de reducir la cantidad de alimentos
a ingerir. •Evite las situaciones de estrés. •Mantenga una higiene externa e
interna adecuadas. •Realice una actividad física acorde con sus necesidades.
•Duerma un mínimo de horas para que el sueño sea reparador. •Beba agua filtrada
o embotellada.
Alimentos adecuados
Cereales integrales: aportan hidratos de carbono
complejos y vitaminas del grupo B, elementos necesarios para el buen
funcionamiento del hígado. Además, los H. C. que contiene constituyen el
nutriente que con mayor facilidad metabolizará un hígado enfermo.
Frutas: son ricas en azúcares de fácil
asimilación y vitaminas antioxidantes que favorecen el funcionamiento hepático
y evitan la retención de líquidos.
Verduras: siempre que sea posible se
deben tomar crudas o cocinadas con poca sal. Aportan potasio y otros minerales
necesarios en caso de trastornos hepáticos. Además, aportan folatos necesarios
para el metabolismo hepático.
Uvas: además de aportar azúcares
naturales y vitaminas antioxidantes activan la función desintoxicadora del
hígado y estimulan la producción de bilis. Asimismo, facilitan el retorno de la
sangre del aparato digestivo al hígado con lo que disminuye la hipertensión
Portal que suele producirse como consecuencia de la cirrosis.
Manzanas: facilita el vaciamiento de la bilis y la
descongestión hepática. Y poseen abundante fibra.
Ciruelas: evitan el estreñimiento y
favorecen la eliminación de desechos orgánicos. Son bajas en sodio, grasas y
proteínas. Facilitan el trabajo hepático.
Cerezas: son antioxidantes y depurativas de la
sangre lo que facilita el trabajo hepático.
Nísperos: contienen provitamina A y minerales. Son
descongestionantes y pueden reducir el tamaño del hígado cuando éste es debido
a un cúmulo de sangre (hepatomegalia congestiva).
Alcachofas: por su contenido en cinarina y otras
sustancias potencian la función hepática, desintoxican y facilitan la
eliminación de sustancias nocivas. Aumentan la secreción de bilis y mejoran su
vaciamiento al intestino. Alivian el mal gusto de boca y las digestiones
pesadas debidas al mal funcionamiento hepático.
Cardo: contiene también cinarina lo
que estimula la producción de bilis, descongestiona el hígado y facilita su
buen funcionamiento.
Cebollas: gracias a su aceite esencial sulfurado
estimulan la función desintoxicadora del hígado.
Rábanos: su esencia sulfurada de sabor
picante estimula la función hepática y aumentan la producción de bilis
haciéndola mas fluida y facilitando su vaciamiento.
Lecitina: contiene colina, un factor
vitamínico indispensable para el metabolismo hepático y para evitar que se
deposite grasa en el hígado.
Aceite de oliva: en cantidades moderadas
favorece el buen funcionamiento hepático.
Fresas: mejoran la circulación venosa
del sistema Portal hepático y contribuyen a reducir la ascitis.
Achicoria, escarola y
endivia: contienen
una sustancia amarga que facilita el vaciamiento de la vesícula.
Berenjena: es un tónico digestivo que
activa de forma suave la función de la vesícula.
Cereales integrales: aportan hidratos de carbono
complejos y vitaminas del grupo B, elementos necesarios para el buen
funcionamiento del hígado. Además, los H. C. que contiene constituyen el
nutriente que con mayor facilidad metabolizará un hígado enfermo.
Frutas: son ricas en azúcares de fácil
asimilación y vitaminas antioxidantes que favorecen el funcionamiento hepático
y evitan la retención de líquidos.
Verduras: siempre que sea posible se
deben tomar crudas o cocinadas con poca sal. Aportan potasio y otros minerales
necesarios en caso de trastornos hepáticos. Además, aportan folatos necesarios
para el metabolismo hepático.
Uvas: además de aportar azúcares
naturales y vitaminas antioxidantes activan la función desintoxicadora del
hígado y estimulan la producción de bilis. Asimismo, facilitan el retorno de la
sangre del aparato digestivo al hígado con lo que disminuye la hipertensión
Portal que suele producirse como consecuencia de la cirrosis.
Manzanas: facilita el vaciamiento de la bilis y la
descongestión hepática. Y poseen abundante fibra.
Ciruelas: evitan el estreñimiento y
favorecen la eliminación de desechos orgánicos. Son bajas en sodio, grasas y
proteínas. Facilitan el trabajo hepático.
Cerezas: son antioxidantes y depurativas de la
sangre lo que facilita el trabajo hepático.
Nísperos: contienen provitamina A y minerales. Son
descongestionantes y pueden reducir el tamaño del hígado cuando éste es debido
a un cúmulo de sangre (hepatomegalia congestiva).
Alcachofas: por su contenido en cinarina y otras
sustancias potencian la función hepática, desintoxican y facilitan la
eliminación de sustancias nocivas. Aumentan la secreción de bilis y mejoran su
vaciamiento al intestino. Alivian el mal gusto de boca y las digestiones
pesadas debidas al mal funcionamiento hepático.
Cardo: contiene también cinarina lo
que estimula la producción de bilis, descongestiona el hígado y facilita su
buen funcionamiento.
Cebollas: gracias a su aceite esencial sulfurado
estimulan la función desintoxicadora del hígado.
Rábanos: su esencia sulfurada de sabor
picante estimula la función hepática y aumentan la producción de bilis
haciéndola mas fluida y facilitando su vaciamiento.
Lecitina: contiene colina, un factor
vitamínico indispensable para el metabolismo hepático y para evitar que se
deposite grasa en el hígado.
Aceite de oliva: en cantidades moderadas
favorece el buen funcionamiento hepático.
Fresas: mejoran la circulación venosa
del sistema Portal hepático y contribuyen a reducir la ascitis.
Achicoria, escarola y
endivia: contienen
una sustancia amarga que facilita el vaciamiento de la vesícula.
Berenjena: es un tónico digestivo que
activa de forma suave la función de la vesícula.
Complementos
El Cocu: Planta que se utiliza con fines
medicinales naturales principalmente contra la HEPATITIS mal curada, para CANCER
EN EL HIGADO, para CIRROSIS
HEPATICA
S-Adenosil metionina
(SAM). Es un
metabolito del aminoácido estándar L-metionina que mejora de forma notable el
metabolismo del hígado. Algunas investigaciones han dejado patente su eficacia
en los casos de hepatitis y cirrosis, además de actuar como antiinflamatorio
Glutamina. Tiene capacidad para inhibir la acumulación
de grasas en el hígado.
Colina. Actúa de forma muy efectiva
eliminando y evitando la acumulación de grasa en el hígado.
Vitamina C. Actúa como antioxidante y
produce acción antiinflamatoria.
Azufre. Además de los efectos
neutralizadores de los radicales libres y como sustancia que ayuda a eliminar
los metales pesados, el azufre desintoxica el organismo, especialmente a través
del hígado. La alicina del ajo -una de sus sustancias activas- es un compuesto
azufrado y aunque es muy inestable su degradación no la inutiliza ya que se
convierte en otros compuestos azufrados activos.
Ácido alfa lipoico. Este antioxidante protege al hígado del
daño debido a las toxinas.
N-Acetil l-cisteina: Forma potente del aminoácido L-cisteína,
aumenta la producción de glutation compuesto antioxidante y desintoxicante).
Cardo mariano. Se ha
comprobado que la silimarina, el principio activo de esta hierba, previene la
toxicidad y estimula la función hepática. La ingesta de silimarina produce un
incremento sustancial en los niveles de glutation en el hígado. Por su
contenido en tiramina puede desencadenar crisis hipertensivas en pacientes que
estén siguiendo un tratamiento antidepresivo con IMAOs.
Diente de león. La raíz de diente de león favorece la
función hepática.
El Cocu: Planta que se utiliza con fines
medicinales naturales principalmente contra la HEPATITIS mal curada, para CANCER
EN EL HIGADO, para CIRROSIS
HEPATICA
S-Adenosil metionina
(SAM). Es un
metabolito del aminoácido estándar L-metionina que mejora de forma notable el
metabolismo del hígado. Algunas investigaciones han dejado patente su eficacia
en los casos de hepatitis y cirrosis, además de actuar como antiinflamatorio
Glutamina. Tiene capacidad para inhibir la acumulación
de grasas en el hígado.
Colina. Actúa de forma muy efectiva
eliminando y evitando la acumulación de grasa en el hígado.
Vitamina C. Actúa como antioxidante y
produce acción antiinflamatoria.
Azufre. Además de los efectos
neutralizadores de los radicales libres y como sustancia que ayuda a eliminar
los metales pesados, el azufre desintoxica el organismo, especialmente a través
del hígado. La alicina del ajo -una de sus sustancias activas- es un compuesto
azufrado y aunque es muy inestable su degradación no la inutiliza ya que se
convierte en otros compuestos azufrados activos.
Ácido alfa lipoico. Este antioxidante protege al hígado del
daño debido a las toxinas.
N-Acetil l-cisteina: Forma potente del aminoácido L-cisteína,
aumenta la producción de glutation compuesto antioxidante y desintoxicante).
Cardo mariano. Se ha
comprobado que la silimarina, el principio activo de esta hierba, previene la
toxicidad y estimula la función hepática. La ingesta de silimarina produce un
incremento sustancial en los niveles de glutation en el hígado. Por su
contenido en tiramina puede desencadenar crisis hipertensivas en pacientes que
estén siguiendo un tratamiento antidepresivo con IMAOs.
Diente de león. La raíz de diente de león favorece la
función hepática.
No hay comentarios:
Publicar un comentario