Conocer los mitos y leyendas del pasado, que en general son ficciones
de historias que han sucedido realmente, nos permite comprender el
presente, para de ese modo estar más preparados para afrontar el futuro.
Recordemos la historia de Prometeo, el “ladrón del fuego divino”, una
de las claves sobre las que se halla concebido el origen de la humanidad
según los griegos, la eterna oposición entre las tinieblas y la luz, la
curiosidad y la sabiduría, la lucha contra el poder establecido y el
siempre presente tema de la bella mujer tentadora y peligrosa.
El
mito tiene tres etapas. La primera corresponde a la creación del
hombre, e incluye el robo del fuego, elemento básico para la elaboración
del concepto de cultura. La segunda se refiere a la seducción del
hombre por una bella mujer y la tercera cuenta el castigo al héroe
(Prometeo) de parte del poder establecido.
La Leyenda
Según
la leyenda griega los elementos de la naturaleza fueron la primera
generación de divinidades primordiales y quienes crearon una raza de
gigantes que habitaron la Tierra antes de la creación del hombre
denominados Titanes. Posteriormente estos Titanes comandados por Cronos
(el dios del tiempo) destronaron al Cielo, la tierra y al resto de las
divinidades primordiales.
Cronos reinaba sobre los Titanes y se
comía a sus hijos a medida que nacían para que no lo destronen, pero
cuando nació Zeus su madre engaño a Cronos dándole una piedra a para que
la comiera en su lugar. Posteriormente Zeus mata a Cronos y libera al
resto de sus hermanos para que formen parte de los Dioses Olímpicos.
Después, Zeus sucede a su padre y junto a sus hermanos vence a los
Titanes en una guerra sangrienta que lleva a los olímpicos al poder.
Siguiendo la lógica de esa evolución, la raza que sucediera a los
olímpicos, en términos de tiempo, debería, en igual forma, combatirlos y
destronarlos.
Prometeo, un Titán que no luchó contra los Dioses
Olímpicos, sabia que en la tierra reposaba la simiente de los cielos,
por eso recogió arcilla, la mojo con sus lágrimas y las amasó, formando
con ella el cuerpo de “Los Hombres” a imagen y semejanza de los dioses.
Fue así que surgieron, según la leyenda, los primeros seres humanos, que
poblaron la tierra. “Atenea”, diosa de la sabiduría, insuflo en ellos
el espíritu o soplo divino. Prometeo además les enseño el modo de
dominar la naturaleza y de conocerse a sí mismos.
Zeus,
sospechaba de los seres humanos, ya que no fue él quien los creo, y no
tenia interés alguno en mantenerlos en la tierra. Por consiguiente,
cuando “Prometeo” reivindico para ellos el fuego, que les era
imprescindible para la preparación de los alimentos, para el trabajo y
principalmente para el progreso material y desenvolvimiento espiritual,
el Dios griego decidió negárselo, temiendo que las nuevas criaturas se
volviesen más poderosas que él. Entretanto Prometeo resolvió frustrarle
sus planes, con la intención de conseguir para los hombres ese precioso
instrumento.
Con un palo hecho de un pedazo de vegetal seco, se
dirigió al carro del “Sol” donde a escondidas tomo un poco de fuego,
trayéndolo para los seres humanos. Al dar fuego a los hombres, Prometeo
los libera definitivamente de la dependencia divina. Sin el fuego, no
sería posible transformar el medio ambiente, ni adaptarlo a las
necesidades físicas de cada pueblo, de cada región. Alrededor del fuego
se reunían los hombres primitivos, haciendo de ese elemento un
importante factor de sociabilidad.
El fuego no es sólo el
instrumento de transformación de las substancias, de cocción de los
alimentos, de creaciones artesanales como la cerámica o la metalurgia.
El fuego representa, también, la luz y el calor. Pero también agente de
destrucción. Maravillados por sus propias invenciones, se imaginaron
iguales a los dioses y dejaron de hacer sacrificios a los inmortales.
Solo cuando por toda la tierra se encendieron las fogatas, es que Zeus
tomo conocimiento del robo de Prometeo, pero ya era tarde. Puesto que ya
no podía confiscar el fuego a los hombres, concibió ahí para ellos un
nuevo maleficio: Les envió una Virgen creada artificialmente, “Pandora”,
el símbolo de los deseos terrenales, de belleza incomparable, con un
ánfora portadora de muchos males. Prometeo le advirtió a “Epimeteo”, su
Hermano de no aceptar ningún presente de Zeus, pero este no lo recordó y
recibió con alegría a la linda doncella, quien abrió la caja de los
males los cuales se esparcieron rápidamente sobre la tierra. Junto a
ellos se encontraba él más precioso de los tesoros, “La esperanza”; pero
Zeus le había encomendado a Pandora no dejarla salir y así fue hecho.
El ánfora se cerró justo antes de que la esperanza fuera liberada y
nunca salió. Una vez que Pandora liberó todos los males, la humanidad se
quedó sin esperanzas.
Los hombres que hasta aquel momento habían
vivido sin sufrimientos, sin dolencias, sin torturas y sin vicios,
comenzaron a partir de entonces a corromperse sin “Esperanza”,
olvidándose el objetivo de su propia existencia, “La Evolución”.
Castigada la humanidad con un diluvio del que se salva solo una pareja,
Zeus decide castigar a Prometeo, y lo envía al desierto, donde fue
encadenado a la pared de un abismo, de pie, sin reposo alguno, durante
30 siglos, sufriendo la amargura de que su hígado sea devorado por un
águila que venia cada día a la región para dicho fin, después de que el
órgano se volviera a reconstituir.
Tal suplicio concluye cuando
Heracles, hijo de Zeus, mata al águila liberándolo. Zeus respeta la
decisión de su hijo y termina liberándolo. Este mito nos revela que
Prometeo es aquel que roba a los dioses el fuego del saber, el
conocimiento sagrado, las antiguas tradiciones para trasladarlas a los
hombres sin importarle sus propios dolores
Prometeo se reconcilia
con Zeus y entra en el Olimpo. Las consecuencias de esa culpa son
olvidadas. El fuego deja de ser un poder destructivo para constituirse
en un elemento purificador, con el cual se realizan los sacrificios
divinos.
Puntos clave y elementos para la reflexión
1. El fuego: Marco de Civilización y evolución espiritual
Queriendo salvar al hombre de la destrucción, Prometeo le dio el fuego.
Este es un mito. Ningún mito es verdadero en la forma en que es
presentado, pero muchos mitos contienen algo de verdad. En el ejemplo
presente, el hombre no recibió el fuego como un don de Prometeo o de
ningún otro dios; lo descubrió él mismo por su propia inteligencia. Los
griegos reconocieron esto, puesto que interpretaron a la figura de
Prometeo como el símbolo de la inteligencia humana. Además, reconocieron
que la inteligencia era inseparable la facultad del lenguaje. El hombre
se diferencia de los animales por poseer el logos, que significa razón,
entendimiento y también lenguaje.
El fuego es un símbolo
sagrado, dependiendo de cómo se utiliza, puede iluminar o quemar.
Ilumina a los que actúan de acuerdo a su conciencia, pero puede ser el
infierno para los curiosos o inconscientes.
2. Entre la sabiduría y el casamiento.
Prometeo significa todas las tendencias que nos empujan a saber, porque
no es lo mismo entender que saber; saber, es saber hacer. Justamente la
duda producto del razonamiento genera la desconfianza e intenta
advertir a su hermano, que no acepte regalo alguno de Zeus. Pero este
siendo desmemoriado lo hace, para luego abrir la famosa “caja de
Pandora” seducido por los
encantos de la doncella, la cual fue
creada artificialmente, al ser creada de dicha manera no posee alma,
representando a la muerte y el error. Luego se casan ambos, es decir
quedan establecidos aquellos vicios y males.
El contenido de la
fábula es, como se ve, análogo al del relato mosaico. Prometeo es
Lucifer. Epimeteo y Pandora constituyen la primera pareja humana, que
paga con su felicidad el robo del “fuego celestial” (que aquí sustituye a
la manzana). Y el resultado de ello es la desdicha del género humano
motivada, como en el Paraíso, por la curiosidad de la primera mujer. Es
sorprendente el parecido con la historia del Paraíso y la Caída por una
mujer tentadora y peligrosa. También hay coincidencias respecto al libre
albedrío y al diluvio.
Los Griegos la presentaban a Pandora como
la primera de entre las mujeres, que en sí mismas traen el mal: en
adelante, el hombre debe optar por huir del matrimonio, a cambio de una
vida sin carencias materiales, pero sin descendencia que lo cuide y que
después de su muerte cuide sus bienes; o bien casarse, y vivir
constantemente en la penuria.El mito intenta imponer a la mujer la culpa
de todos los males de la humanidad, estaríamos por tanto ante un
ejemplo de mito de una sociedad patriarcal que se ha impuesto a una
antigua sociedad matriarcal.
3. La lucha contra el poder establecido
La alegoría de Prometeo simboliza el rescate de lo justo y verdadero, a
costa del propio sacrificio y sufrimiento. Pues al intentar estimular
el conocimiento de los hombres para hacerlos más racionales, se debe
enfrentar necesariamente al poder instituido, deseoso de mantener las
cosas tal como están. El castigo que el establishment realiza sobre el
héroe altruista que lo desafía, debe ser ejemplar para evitar su
imitación.
Es importante reconocer el paralelismo existente entre
los dioses del Olimpo y el poder religioso y político instituido, que
durante siglos han mantenido a la humanidad subyugada a intereses
mezquinos de una minoría, de forma totalmente arbitraria.
Por
ello esta leyenda debe llamarnos a la reflexión, a todos y en particular
a nosotros los masones, ya que como hijos de la luz a la cual nacimos,
debemos seguir luchando por un estado laico, libre, de educación
gratuita y de acceso a todos los niveles. Sin embargo nos encontramos
hoy adormecidos, avalando con nuestro silencio a esos dioses falsos en
cualquiera de sus nombres o formas.
Conclusiones personales
Me llama la atención la nitidez con que la mitología griega nos habla
de la existencia de una civilización pre diluviana evolucionada, lo que
coincide no solo con la Biblia, el Popol Vuh y otros libros antiguos. Es
muy probable que hace mas de 10.000 años haya habido otras culturas hoy
desaparecidas con un desarrollo significativo en áreas diferentes de
las actuales. De ellas han quedado entre otras cosas un sistema de
medidas basado en el sistema solar que aun se utiliza en los países
sajones, el conocimiento preciso del diámetro y peso de la Tierra, o la
distancia exacta desde la tierra al sol, lo que revela un científico
avanzado. Son muchos las evidencias de la existencia de un conocimiento
ancestral que fuera transmitido y conservado por grupos selectos, que
han sabido mantener el secreto.
En general las civilizaciones se
originan con la revelación de un secreto y se expanden con la paulatina
publicación del mismo y terminan en el agotamiento cuando ya no queda
secreto alguno, cuando el secreto ha sido divulgado es decir profanado.
Es evidente que el desarrollo humano no ha sido una línea recta desde
el ignorante hombre de las cavernas hasta el sofisticado habitante de la
ciudad moderna. Por el contrario, si bien ha habido un adelanto
material, en el plano espiritual y de realización personal los
referentes de la humanidad siguen siendo hombres del pasado como Buda,
Jesús, Mahoma o Lao Tse, que a su vez invocaban el conocimiento de esos
secretos ancestrales. La luz sigue viniendo de las raíces de la
humanidad. Pues, en los antiguos mitos como el de Prometeo hay
ocultamiento y también revelación
El acceso a esa luz y sus
misterios es el objetivo de muchos para completar su iniciación. Esa luz
no puede ser expresada con palabras, sólo puede ser sentida y expresada
con acciones. Es en realidad un secreto abierto que cada hombre conoce
de acuerdo con su capacidad y en la medida que lo busque. Algunos lo
buscan en el templo, otros en los libros, otros en las entrañas de la
tierra. Como todas las cosas más valiosas, nadie puede aprenderlas si no
es por sí mismo, pero tampoco nadie puede aprenderlas solo. Se aprenden
en comunidad, hombro con hombro, codo con codo, con los compañeros del
cuerpo y del espíritu.
Bibliografia
· La primera civilización – C Knight – A Buttler
· Biblia
· Prometeo – El Maestro que robó el Fuego – por Q.H. José Riquelme
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