viernes, 10 de marzo de 2017

La Libertad en la masonería universal

La Libertad en la masonería universal

La libertad es la facultad del ser humano, de optar, a partir de una conciencia de raíz objetiva, aunque no sea universal entre distintos comportamientos, actuaciones concretas o posibilidades de pensamientos.

El carácter abstracto de cualquier definición de ella, refleja su doble sentido: Objetivo (social, de elegir) y subjetivo (historicidad del concepto). El primero se enfrenta a sus condicionamientos (fatalismo, determinismo) mientras que el segundo remite, a partir del anterior, el valor que cada formación social y sus súper estructuras ideológicas le concedan en su propio marco: de ese modo, al tiempo que a su existencia siempre se ha aceptado como facultad.
Históricamente siempre se ha interpretado de múltiples formas.No esclavitud (en Grecia y en Roma, sumisión consciente a la voluntad divina) Albedrío: capacidad del individuo de desarrollarse individual o socialmente sin mas obstáculo que el respeto recíproco (la tesis liberal) Eliminación de las trabas sociales (especialmente la división de la sociedad en clases) para desarrollar el despliegue de las potencialidades individuales como rebelión frente a valores dominantes. No esclavitud o sevidumbre. Situación de no encontrarse detenido o preso (carencia de ataduras legales o sociales) Cualidad genética de los estados que reconocen la soberanía popular y mantienen instituciones parlamentarias. Comportamiento que elude la etiqueta, los cumplimientos e incluso la corrección, soltura y agilidad. Luego hay la libertad condicional, la libertad de expresión, la libertad de navegación, la libertad provisional, la librtad religiosa, la libertad de prensa, etc…
Pero la libertad que buscamos los masones, lo que nos enseña uno de los principios fundamentales de la Orden, la que verdaderamente debemos de obtener, es nuestra libertad interior. Debemos conocernos a nosotros mismos, debemos liberarnos de nuestras ataduras, de nuestra esclavitud interior, como los resentimientos, las amarguras, la ansiedad, la angustia, la deseperación (los vicios) las enormes dificultades para relacionarnos con el porójimo y vivir y ofrecer un camino concreto hacia la plenitud de la vida, A contemplar su belleza, a vivir interiormente libre. El primer paso es liberarnos de la exclavitud del sufrimiento inútil. Las tragedias psíquicas vienen por el error intelectual que nos arrastra al precipicio del mal y la desgracia, por la afectividad desenfrenada.
Nos esclavizamos por ignorarnos a nosotros mismos, Por nuestras propias fuerzas instintivas. La libertad interior viene tanto más cuanto mas tengamos verdadera y profunda sabiduría. La libertad interior consiste en no manipular, ni dejarse manipular o sentirse oprimido por otros sin saber como responder en forma adecuada. La libertad es quitarse la opresión por sufrimientos inútiles y sin sentido. Se pierde la libertad interior por el fuerte dominio  sobre el hombre de su propia condición afectiva. Esta lo domina despóticamente hasta convertirlo en exclavo de sí mismo. La frustración, el resentimiento, significan opresión. La frustración es la incapacidad de aceptar que lo que se pretendia no era posible. El resentimiento es no aceptar todo lo pasado, La amargua es el resultado de vivir fracaado y resentido. El aislamiento consiste en la incapacidad de establecer relaciones interpersonales adecuadas. En no poder aceptar que los demás sean como son. Quien no tiene libertad vive oprimido. La causa de su esclavitud está dentro de sí mismo. Los sentimientos, el afecto, las emociones mal controladas, caprichos, gritos, ira, etc…, Reacciones ordinarias que no resuelven problemas, niegan la verdadera libertad, se pierde por procesos afectivos, el humor, los resentimientos, las emociones, las pasiones, los recuerdos y los deseos.

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