miércoles, 1 de enero de 2014

Alimentos que impiden la absorción de las vitaminas

Alimentos que impiden la absorción de las vitaminas
Todos los alimentos aportan nutrientes, pero en algunos casos también sustancias que impiden su correcta asimilación. La propia y la de otros productos. Conviene saberlo para –si se necesita un aporte extra de ciertas vitaminas y minerales– no tomarlos en la misma comida. En ese caso, separarlos es la manera de que no entren en conflicto y que tu organismo sí reciba cada elemento nutritivo que necesita.

1.   Espinacas

Contienen oxalatos, que reducen la absorción del calcio presente en otros alimentos, y también del hierro (incluso del que contienen las propias espinacas), el fósforo, el cobre, el magnesio y el calcio. 
Respecto a este último, parece que no es buena idea preparar las espinacas con bechamel –al menos no desde el aspecto nutricional, aunque sí desde el gastronómico–, ya que el oxalato de esa verdura se une al calcio de la leche usada para la salsa dando lugar a la formación de oxalato cálcico, con lo que todavía se asimilan peor esos minerales (además de que pueden aumentar el riesgo de cálculos renales en personas predispuestas). 
La remolacha es otro vegetal rico en oxalatos (500 mg por 100 gr de producto), así como el cacao, las fresas, las cerezas las ciruelas, los albaricoques o los kiwis.

2.   Demasiada fibra

Hay quien está obsesionado por incluir la máxima cantidad de fibra en su dieta, pero el exceso –debido a los fitatos que hay en el salvado de trigo o en la cáscara de los cereales– impide que se absorba bien el hierro del resto de los alimentos, sobre todo cuando es hierro “no hemo”, es decir el que proviene de los vegetales (no de los alimentos de origen animal). 
Como ocurre siempre en nutrición, en el equilibrio está la virtud.

Las coles y toda "su familia"

Si se consumen grandes cantidades (de coles, coles de Bruselas, coliflor, brócoli, rúcula, rábanos…), y sobre todo si se comen crudas, pueden ocasionar que el yodo no se aproveche, con lo que acaba afectando al organismo y provocando bocio o aumento de la glándula tiroides. 
De todas formas, no conviene eliminarlas de la dieta (a no ser que así lo recomiende expresamente el médico si esa persona tiene una tiroides “lenta”), ya que son alimentos protectores del cáncer.

Pescado crudo

El pescado sin cocinar (el sushi y también las ostras) contiene una enzima conocida como tiaminasa que impide la asimilación de la vitamina B1 (o tiamina) –presente en las legumbres, las habas secas, las carnes de cerdo y de vacuno, el jamón serrano, el trigo, los frutos secos o el pan integral– y cuya falta puede dar lugar a debilidad muscular y cierta confusión mental.

El tomate, la calabaza, los cítricos

Todos ellos (y también los pepinos, el melón, la col y los guisantes) contienen ácido ascórbico oxidasa, el causante de que –tras manipular el alimento o someterlo a altas temperaturas– se destruya su vitamina C. 
Para que eso no ocurra, conviene triturarlos o prensarlos poco antes de ser consumidos y cocinarlos a fuego bajo.

Legumbres mal hervidas

Si no se cocinan bien unas sustancias presentes en ellas –las saponinas– robarán el hierro del resto de alimentos que tomes en esa comida (y también el que está presente en las propias legumbres). Conviene, por lo tanto, cocerlas durante el tiempo necesario. 
Otro consejo para evitar ese “robo” es dejarlas siempre en remojo –si son secas– la noche antes de prepararlas.

El huevo poco hecho

El problema, nuevamente, está en no cocerlo bien porque en ese caso mantiene una sustancia –denominada avidina– que anula la biotina, un nutriente conseguido al ingerir carnes, cereales integrales, semillas, legumbres, frutos secos, ajos, tomates, berros, aguacate, uvas, plátanos y manzanas. 
Para que esos productos alimenten en su totalidad, conviene no tomarlos junto a huevos poco hervidos o pasados por agua.

También el café

En este caso, “el culpable” de la mala asimilación de nutrientes (en concreto de tiamina o vitamina B1) es el ácido cafeico. 
Si tienes un especial interés en que no te falte (quizá porque últimamente has notado que tu musculatura “flojea”), deja la taza de café para los tentempiés entre horas y no acabes las comidas con él.

Y el té

En él, son los taninos los que bloquean la absorción de ciertos minerales, en concreto del hierro, el calcio y el cobre. 
De ahí que las personas con anemia ferropénica (por déficit de hierro) no deban tomar té al final de las comidas, ya que si lo hacen no absorberán el mineral de los alimentos.

Ojo con el alcohol

Es frecuente que las personas que toman una gran cantidad de alcohol a diario tengan deficiencia de vitaminas y minerales. 
Y es que su abuso destruye las vitaminas A, E y las del grupo B (también el ácido fólico). 
Recuerda que una copa de vino tinto o una cerveza al día puede ser incluso saludable; pero más puede enfermar.

1.   No abuses de las bebidas refrescantes

A muchos refrescos carbonatados –también a algunas mermeladas y confituras– se les añade un aditivo aromático (el citral), que puede reducir la asimilación de la vitamina A. 
Por suerte, la concentración en esas bebidas es baja, pero de todas formas conviene no tomarlas a diario.


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