Sentido y misión del Rito Escocés Antiguo y Aceptado
Reflexionar sobre el sentido y misión del Rito Escocés Antiguo y Aceptado es tanto como analizar su ontología y la aplicabilidad y proyección de su esencia en la Sociedad Contemporánea.
Es difícil encontrar un Rito en el que se armonice tan equilibradamente el Espiritualismo el Humanismo y la Libertad que son las tres columnas que sostienen al Escocismo.
Porque el R.·.E.·.A.·.A.·. es un Rito tradicional iniciático basado en
esos tres elementos y asentado sobre la profunda fraternidad masónica.
El Rito permite, y este seria su primer sentido, que una alianza de hombres libres trabaje para el progreso espiritual,
moral, intelectual y material de la Humanidad. En consecuencia la
vocación espiritual del R.·.E.·.A.·.A.·., lleva a un humanismo
filantrópico.
Espiritualismo, Humanismo, Fraternidad, Filantropía, no son para los masones escoceses conceptos
vacíos de contenido. Nuestra espiritualidad no nos viene dada como si
fuese una gracia, el humanismo no consta en nosotros como una virtud
innata, la fraternidad no es espontánea. A esas virtudes masónicas se
llega a través del esfuerzo individual y colectivo, utilizando una
tradición iniciática y progresiva (el Rito es un método) que posibilita
una espiritualidad abierta a la libertad, al humanismo, a la igualdad y a una auténtica fraternidad universal entre los hombres.
Cabe decir que el R.·.E.·.A.·.A.·. es
tan tradicional como liberal. Un Rito que rompiera con la tradición
iniciática o que no proclamase la libertad, y fuese por tanto dogmático,
dejaría en ambos casos de ser masónico.
La misión del R.·.E.·.A.·.A.·. es
siempre construir. Construir el edificio supremo de un orden iniciático,
construir al hombre y construir su fraternidad, en resumen hacer
mejores masones, todo ello dentro de la unidad armoniosa en los Cuerpos Jurisdiccionados a los Supremos Consejos.
El Rito Escocés implica en su ideal una perfecta síntesis entre el humanismo espiritualista de la filosofía tradicional y el humanismo antropológico moderno.
Aunque el mundo profano se esfuerza en enfrentar conceptos como universalidad y diferencia, los masones escoceses podemos
proclamar que sin respeto a las diferencias el universalismo puede
degenerar en totalitarismo, y que, sin exigencia de valores universales
(es decir sin un horizonte de universalismo) el derecho a la diferencia
podría desembocar en un enfrentamiento bélico. Por eso conviene mantener
pujante siempre la vocación universal de la masonería.
En un sentido interno y estructural
hemos de decir que los distintos Cuerpos Subordinados deben construirse
manteniendo un perfecto equilibrio entre su identidad y la obediencia
indiscutible al Supremo Consejo.
Estamos asistiendo en España
a un desarrollo y expansión del R.·.E.·.A.·.A.·. auténticamente
excepcional, y que ya va siendo conocido internacionalmente. Por todo
ello nuestros principios se empiezan a proyectaren la sociedad profana.
He aquí el sentido y misión del
R.·.E.·.A.·.A.·. En primer lugar, hacer cada día mejores masones es
decir aumentar su cualificación intelectual, moral y sobre todo masónica
a través de un trabajo riguroso, progresivo, profundo y esencialmente
iniciático; y en segundo lugar, que esos hombres más formados y más
masones, es decir más hombres, impongan con la fuerza de sus ideas y el ejemplo de su conducta los principios del Rito y de la masonería en la sociedad profana.
Si el ritmo de nuestra progresión
continua los próximos años la Filosofía de nuestro Rito podrá ser un
referente ético real en nuestro país que sufre como el resto del mundo
una profunda crisis de valores.
La filosofía Escocesa (que como hemos
señalado es perfecta síntesis entre espiritualismo y humanismo) tiene
que hacer notar su mensaje universalista de libertad y tolerancia frente a todo fanatismo, frente al integrismo religioso y frente al racismo
xenófobo. Porque los principios del R.·.E.·.A.·.A.·. no deben quedar
reducidos a la pura abstracción teórica. Nuestra misión es transmitir la
Luz.
Los masones en general y los escoceses
en particular no debemos darnos por satisfechos con ver recogidos
algunos de nuestros principios en textos legales. Es evidente que los
valores deben de ser positivizados para que puedan ser alegados ante los
Tribunales. El problema, es que estamos asistiendo a un reconocimiento
puramente nominal de derechos,
que muchas veces en la practica se vacían de contenido o se interpretan
restrictivamente. Frente a esa “ficción jurídica nominalista” el masón
escocés debe estar alerta, Porque nuestro Rito no solo contiene grandes
fundamentos axiológicos, sino además una filosofía practica que debe
cristalizar en el ejercicio de derechos concretos; y obsérvese que
decimos en el ejercicio y no solo en el reconocimiento.
El Filosofismo Escocista afecta al
ámbito interno del masón (introspección de los valores), al ámbito
filosófico teorético (exposición de los valores) y al ámbito
socio-politíco (aplicación de los valores). Como consecuencia de la
síntesis de esas tres significaciones cabe decir que la misión del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado tiene una dimensión filosóficopolítica. ¿O
acaso la defensa de la Soberanía Popular y por tanto del Sistema
Democrático, la abolición de la pena de muerte, la oposición al
despotismo religioso o la proclamación de la libertad de conciencia, libertad de enseñanza y de pensamiento no hay que situarla en el ámbito de los valores con consecuencias socio-políticas?.
Discurso y acción, teoría y praxis, pensar o actuar; fundir esos pares de opuestos en una Filosofía práctica, cuyo destinatario es la Humanidad, constituye el sentido del R.·.E.·.A.·.A.·.
Todo el contenido del Filosofismo
Escocista responde a una triple condición de valor, hecho y norma en
función de la perspectiva de análisis que adoptemos, es decir según sea
ésta axiológica, sociológica o jurídica respectivamente. Por ejemplo la
libertad de enseñanza y de cátedra en pura abstracción puede ser solo un
principio o enunciado, es decir un valor, hasta estar sostenido por una
norma que lo ampare, momento al partir del cual es un hecho (analizable
sociológicamente) consistente en una determinada forma de acción
docente.
Cualquier interpretación que excluyese
(perspectiva axiológica o filosófica) norma (aplicación jurídica) y
hecho (consecuencia sociológica), en los principios del Filosofismo
Escocista, seria incompleta. Por eso decimos que el Escocismo
es una filosofía practica, o al menos practicable. En consecuencia
cabria referirse a nuestro Rito como una filosofia-social positivizable,
antecedente histórico de las llamadas ciencias sociales, que supere y
trascienda las viejas dicotomías escolásticas.
La misión del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado se materializa en las siguientes formulaciones y consecuencias
de carácter práctico:
Formulaciones que tienen consecuencias
en el ámbito interno o psicológico. Nuestro Rito destaca la importancia
de la conciencia, la introspección y el silencio para una perfecta búsqueda individual y comprensión interior, postulando el triunfo de la razón
sobre la ignorancia (lux e tenebris) además proclama la importancia del
cultivo de las virtudes y de la libertad de conciencia y de
pensamiento.
Consecuencias en el ámbito externo o
ético-sociológico. Se producen porque nuestro Rito acerca al masón
Escocista a las causas de las desdichas sociales y a los modos de
remediarlas y, destaca la necesidad de ser un hombre de honor en la vida
familiar y profana, También defiende la igualdad de oportunidades
frente a discriminaciones, arbitrariedades o privilegios.
Formulaciones que tienen consecuencias
en el ámbito jurídico. Se materializan por defender el Rito la Justicia,
el principio de Soberanía Popular, el derecho de reunión como factor de
progreso, la elección democrática de representantes, o leyes como la de
“Habeas Corpus” y la Ley de¡ Jurado como expresión de la mencionada
Soberanía Popular y garantía de la Administración de la Justicia. O en
fin porque del R.·.E.·.A.·.A.·. se desprende la consideración de la
libertad como fundamento del derecho y principio inspirador del mismo a
través de la positivización de los Derechos Fundamentales del Hombre.
No podemos olvidar entre los preceptos
del R.·.E.·.A.·.A.·. aquellos que tienen consecuencias en el ámbito
pedagógico. Así Nuestro Rito destaca la importancia de la educación de
las masas y de la libertad de enseñanza.
En el ámbito económico se estudia esa ciencia
en orden a reducir la explotación del débil por el fuerte y lograr
acrecentar la riqueza publica y el bienestar de los ciudadanos mediante
una administración tributaría justa y equitativa, que inspirada en la
libertad sea contraria tanto al estatalismo como al monopolio
En la esfera intelectual se rinde culto a
la inteligencia y a la ciencia, utilizando la razón como vía de acceso a
la verdad e introduciendo al hombre en una visión relativista frente a
todo fanatismo dogmático.
En cuanto a las creencias, nuestro Rito,
que es respetuoso con todas las religiones, defiende la libertad
religiosa y de culto y la independencia del poder político respecto al religioso.
En el plano internacional se aboga por la libertad e independencia de las Naciones en una concepción universalista y fraternal.
Por ultimo cabe decir que el
R.·.E.·.A.·.A.·. Propone la existencia de textos Constitucionales que
recojan los principios anteriores. en los que quede salvaguardada la
libertad y la justicia frente a todo abuso de poder debiendo estar el
poder militar subordinado siempre al civil.
El sentido y la misión de nuestro Rito
es la comprensión e interiorización a través de una metodología
iniciática y ritualista de los fundamentos del Escocismo y la
consecución practica de todos los principios citados anteriormente, así
como la defensa de su ejercicio diario.
Como podemos ver hay un bagaje concreto
en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Porque éste es un método, un
medio un vehículo para el aprendizaje perfectivo del masón y para la
transmisión de contenidos intelectuales. El R.·.E.·.A.·.A.·. es no solo
forma sino también fondo, ambos deben ser justamente equilibrados. Un
Rito que redujese los elementos formales no seria perfecto, pero creer
que la forma es todo, es decir, vaciar de contenido material el Rito,
reduciéndolo a una ceremonia formal supondría una alteración ontológica
del mismo. La forma no debe nunca sustituir, y menos excluir al fondo,
al pensamiento, al contenido profundo y esencial del Rito.
Porque los fines del Escocismo son de
una gran transcendencia para el futuro de la Humanidad, debemos trabajar
todos en perfeccionarlos, en perfeccionar la aplicación de Nuestro
Rito, y en perfeccionar nuestros Cuerpos Jurisdiccionados para que sean
cada vez mejores en orden a la creación de espacios iniciáticos de
espiritualidad, libertad y progreso.
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