Hace
eones de tiempo un Querido Hermano Segundo Vigilante se dirigió al
Venerable Maestro que oficiaba en Logia de Aprendices Masones y le dijo:
Venerable Maestro, un Aprendiz Masón de mi Columna desea ser instruido sobre La Conciencia del Alma, el Venerable Maestro le respondió al Querido Hermano Segundo Vigilante diciéndole: El Aprendiz Masón de vuestra Columna será instruido sobre La Conciencia del Alma y continuo diciendo: El espíritu individualizado del ego humano tiene su comienzo en la conciencia del ser pero no en el ser esencial. Como el alma perfecta necesita de todo conocimiento, el secreto de su logro yace en aquel proceso mediante el cual alcanza la conciencia.
El alma, en su proceso evolutivo, pasa por experiencias buenas y malas que le van a enseñar, primero, lecciones de adaptación y, segundo, el poder que va a permitir que dicha adaptación sea posible, junto con el conocimiento del método a través del cual puede lograr la meta más elevada que un ser humano pueda alcanzar, independientemente del medio ambiente en que se encuentre. El nacimiento, la vida y la muerte son nada más que fases a través de las cuales debe pasar toda alma, no sólo una vez sino que muchas veces. No existe otra forma mediante la cual se puede transmitir o entregar aquella enseñanza pertinente al libre albedrío en que el alma, pasando a través de cada una de estas experiencias y en ninguna otra forma, aprende acerca de la angustia de la separación y se dispone voluntariamente, aliándose con lo Divino, a alcanzar la conciencia de su real ser o Ser Espiritual. No existe otra forma en que pueda hacer justicia para todas las criaturas que habitan en la tierra.
Esta maravillosa llave para la evolución y el desarrollo es encontrada sólo en la reencarnación o en el renacimiento dijo el Venerable Maestro que oficiaba en Logia de Aprendices Masones. Solo aquel ser consciente e inteligente es capaz de poseer el libre albedrío. Donde no existe inteligencia no puede haber libre albedrío. Hemos dicho y con mucha razón, expreso el Venerable Maestro que oficiaba en Logia de Aprendices Masones: La Inteligencia es saber apartarse del mal.
El ser humano se distingue de los demás seres, continuo diciendo el Venerable Maestro que oficiaba en Logia de Aprendices Masones, cuyos impulsos son instintivos, precisamente por la facultad de controlar esos instintos y también por su libertad de actuar de acuerdo con los impulsos exteriores e interiores y aún suprimirlos cuando la razón y la inteligencia se lo aconsejen.
El ser libre con conciencia despierta, decía el Venerable Maestro que oficiaba en Logia de Aprendices Masones, de voluntad férrea, sabe y conoce lo que es la Justicia y aspira alcanzarla durante la presente encarnación.
Por lo tanto decía el Venerable Maestro, la única manera para el alma de adquirir experiencia hasta alcanzar la Sabiduría y la Perfección es por medio de las encarnaciones sucesivas, así terminó su discurso, más aquel Aprendiz Masón que estaba al orden en la segunda línea de la Columna J le dijo: Venerable Maestro, está escrito que la Sabiduría es el temor reverencial a la Divinidad , al Dios de la Luz, Baphomet; nosotros somos un centro de luz y una palanca y, a medida que me elevo, así también elevo a otros a mi alrededor.·.
Venerable Maestro, un Aprendiz Masón de mi Columna desea ser instruido sobre La Conciencia del Alma, el Venerable Maestro le respondió al Querido Hermano Segundo Vigilante diciéndole: El Aprendiz Masón de vuestra Columna será instruido sobre La Conciencia del Alma y continuo diciendo: El espíritu individualizado del ego humano tiene su comienzo en la conciencia del ser pero no en el ser esencial. Como el alma perfecta necesita de todo conocimiento, el secreto de su logro yace en aquel proceso mediante el cual alcanza la conciencia.
El alma, en su proceso evolutivo, pasa por experiencias buenas y malas que le van a enseñar, primero, lecciones de adaptación y, segundo, el poder que va a permitir que dicha adaptación sea posible, junto con el conocimiento del método a través del cual puede lograr la meta más elevada que un ser humano pueda alcanzar, independientemente del medio ambiente en que se encuentre. El nacimiento, la vida y la muerte son nada más que fases a través de las cuales debe pasar toda alma, no sólo una vez sino que muchas veces. No existe otra forma mediante la cual se puede transmitir o entregar aquella enseñanza pertinente al libre albedrío en que el alma, pasando a través de cada una de estas experiencias y en ninguna otra forma, aprende acerca de la angustia de la separación y se dispone voluntariamente, aliándose con lo Divino, a alcanzar la conciencia de su real ser o Ser Espiritual. No existe otra forma en que pueda hacer justicia para todas las criaturas que habitan en la tierra.
Esta maravillosa llave para la evolución y el desarrollo es encontrada sólo en la reencarnación o en el renacimiento dijo el Venerable Maestro que oficiaba en Logia de Aprendices Masones. Solo aquel ser consciente e inteligente es capaz de poseer el libre albedrío. Donde no existe inteligencia no puede haber libre albedrío. Hemos dicho y con mucha razón, expreso el Venerable Maestro que oficiaba en Logia de Aprendices Masones: La Inteligencia es saber apartarse del mal.
El ser humano se distingue de los demás seres, continuo diciendo el Venerable Maestro que oficiaba en Logia de Aprendices Masones, cuyos impulsos son instintivos, precisamente por la facultad de controlar esos instintos y también por su libertad de actuar de acuerdo con los impulsos exteriores e interiores y aún suprimirlos cuando la razón y la inteligencia se lo aconsejen.
El ser libre con conciencia despierta, decía el Venerable Maestro que oficiaba en Logia de Aprendices Masones, de voluntad férrea, sabe y conoce lo que es la Justicia y aspira alcanzarla durante la presente encarnación.
Por lo tanto decía el Venerable Maestro, la única manera para el alma de adquirir experiencia hasta alcanzar la Sabiduría y la Perfección es por medio de las encarnaciones sucesivas, así terminó su discurso, más aquel Aprendiz Masón que estaba al orden en la segunda línea de la Columna J le dijo: Venerable Maestro, está escrito que la Sabiduría es el temor reverencial a la Divinidad , al Dios de la Luz, Baphomet; nosotros somos un centro de luz y una palanca y, a medida que me elevo, así también elevo a otros a mi alrededor.·.
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