JESUCRISTO:
¿HOMBRE, DIOS, MITO O FRANCMASÒN?
OTRO NACIMIENTO VIRGEN.
Si
 la versión de la Iglesia acerca de los sucesos que rodearon al hombre 
que llamamos Jesucristo no fuera exacta en el contexto histórico, sería 
de esperarse la publicación de un buen número de escritos contemporáneos
 en conflicto con la historia oficial. Muy pronto nos dimos cuenta de 
que éste era el caso, ya que tanto los manuscritos de Nag Hammadi como 
los Rollos del Mar Muerto ofrecían una perspectiva muy distinta de la 
interpretación que se da en el Nuevo Testamento.
Una
 dificultad fundamental para la Iglesia radica en el hecho de que el 
mito cristiano central es anterior a Jesucristo. Las características 
generales de la historia de Cristo son tan antiguas como el hombre, 
desde el nacimiento virgen en alrededores humildes hasta la muerte de 
sacrificio que salvó a su gente: todo ha sido escrito, una y otra vez, 
por figuras religiosas en muchas culturas. No es cuestión de 
similitudes; nos referimos a que son por completo intercambiables. La 
historia de Mitra, otro culto popular en el Imperio Romano, se acercaba 
tanto a la de Jesucristo, que los jerarcas de la Iglesia la 
identificaron como un trabajo del diablo cuyo propósito era imitarla en 
forma deliberada. El hecho de que el culto de Mitra existiera mucho 
antes de que el mesías cristiano naciera no desconcertaba a estos 
ingeniosos individuos; simplemente aseguraban que el diablo, un viejo 
zorro astuto, regresó en el tiempo para plantar a un hombre que 
desacreditaría la obvia originalidad de la historia de Cristo. Las 
siguientes son sólo algunas de las figuras que se consideraban dioses y 
que son anteriores a Jesucristo:
ü  Gautama Buda: nació de la virgen Maya alrededor de 600 a.C.
ü  Dionisio: dios griego, nació de la virgen en un establo, convertía el agua en vino.
ü  Quirrnus:
 antiguo salvador romano, nació de una virgen. Attis: nació de la virgen
 Ñama en Frigia alrededor de 200 a.C. Indra: nació de una virgen en el 
Tibet alrededor de 700 a.C. Adonis: dios babilónico, nació de la virgen 
Ishtar.
ü  Krishna: deidad hindú, nació de la virgen Devaki alrededor de 1200 a.C.
ü  Zoroastro: nació de una virgen entre 1500 y 1200 a.C.
ü  Mitra: nació de una virgen en un establo un 25 de diciembre circa 600 a.C. Su resurrección se celebraba en Semana Santa.
PARECE QUE ATRAVÈS DE LOS SIGLOS MUCHAS MUJERES JÒVENES E INOCENTES HAN DADO A LUZ A LOS HIJOS DE LOS DIOSES.
El
 culto de Mitra es particularmente delicado para los cristianos que no 
aceptan la satánica teoría del viaje en el tiempo. El mitraismo es un 
vástago sirio del aún más antiguo culto persa de Zoroastro, que se 
introdujo en el Imperio Romano alrededor del año 67 a.C. Sus doctrinas 
incluían el bautismo, el alimento sacramental, la creencia en la 
inmortalidad, un dios salvador que murió y se levantó de nuevo para 
hacer de mediador entre el hombre y Dios, una resurrección, el juicio 
final y el cielo y el infierno. Es interesante que en sus ceremonias se 
usen velas, incienso y campanas. Sus devotos reconocían la divinidad del
 emperador y no tenían problemas en coexistir al lado de otros cultos, 
pero acabaron por ser absorbidos por los cristianos que eran mucho menos
 tolerantes. Como mostraremos más adelante, la verdadera secta de 
Jesús, la Iglesia de Jerusalén, carecía de la mayoría de los adornos 
paganos, que fueron adiciones romanas posteriores para crear una 
teología híbrida que satisficiera las necesidades del más amplio número 
posible de ciudadanos. Con el tiempo los romanos razonaron que si los 
plebeyos iban a tener sus supersticiones, ¿por qué no tener una 
controlada por el estado?
Si
 no fuera por un ligero giro del destino en los últimos años del imperio
 romano, ahora veríamos a las familias dirigiéndose a la misa del 
domingo con estampas de "Mitra te ama" en las ventanas de sus 
automóviles. Otro problema esencial es el verdadero nombre de Cristo. 
La mayoría de la gente sabe que el nombre de Jesucristo es una 
denominación griega posterior, pero muchas veces no se molestan en 
tratar de averiguar cuál fue el verdadero nombre de este hombre-dios El 
nombre con el que nació no se conoce a ciencia cierta, pero es posible 
que durante toda su vida se le haya conocido como Yehoshua, que quiere 
decir "Jehová entrega", y es equivalente en términos modernos a 
algo como "aquel que traerá victoria". Su forma actual sería Josué, que 
es el mismo nombre del hombre que, según el Antiguo Testamento, le 
trajo la victoria a su gente en la batalla de Jericó, cuando se supone 
que las murallas de tal ciudad se derrumbaron por los ruidos sonoros de
 las trompetas. El nombre de Jesús es tan sólo una interpretación griega
 del nombre hebreo de Yehoshua, pero la adición del término Cristo es 
bastante más preocupante. Es una traducción griega del término judío de
 mesías, al que se le había dado el significado de aquel que trae la 
salvación mediante la redención de los pecados, pese a que el vocablo 
hebreo/arameo simplemente significaba una persona que se convertirá en 
el legítimo rey de los judíos. La tradición judía dice que a los reyes 
de Israel también se les asociaba con los mesías. Para ellos la palabra 
quería decir el que será rey o un rey a la espera de serlo. Estos 
significados eran directos y prácticos: podemos estar seguros de que el 
concepto judío de un mesías y su reino por venir no tenía ninguna 
connotación sobrenatural.1
Es
 de sorprender que la palabra mesías sólo aparezca dos veces en la 
Versión Autorizada del Antiguo Testamento, y está ausente por completo 
en el Nuevo Testamento. Sin embargo, ya en los tiempos de Jesús era un 
concepto popular entre los judíos, quienes tenían la esperanza de que 
llegara el tiempo en el que se autogobernaran de nuevo, en vez de estar 
bajo el control de ocupadores (kittim, como los llamaban), como 
los sirios, los babilonios, o en particular, los romanos. Para estos 
judíos nacionalistas de los primeros siglos antes y después de Cristo, 
una vez que una persona legítima tomara el trono de Israel, se 
convertiría en rey y el título en futuro de mesías dejaría de aplicarse.
La
 única explicación de que la palabra mesías no se use para nada en el 
Nuevo Testamento es que los traductores hayan utilizado la palabra 
griega christos cada vez que la palabra hebrea mesías aparecía
 en los textos anteriores. Con el tiempo, la palabra Cristo se ha 
vuelto un sinónimo de Jesucristo en lugar de significar cualquier otro 
mesías, o Cristo, aunque el término estaba lejos de ser único, y no se 
limitaba a un solo individuo.
Para
 los gentiles que luego serían los usurpadores de las creencias 
tribales de los judíos, el uso hebreo de la palabra mesías era demasiado
 pasivo, ajeno y se basaba en el mundo real de las aspiraciones 
políticas judías; como consecuencia, en la traducción griega, la 
palabra tomó la connotación de un misterioso culto helénico con el poder
 de salvar almas y redimir al mundo entero. Norman Cohén describió la 
situación de manera sucinta cuando dijo lo siguiente del mesías judío:
Será,
 a lo más, un gran líder militar y un sabio y justo gobernante, guiado 
por Jehová y elegido por él para gobernar a su pueblo en Judá La noción 
de un salvador trascendental en forma humana, tan importante en el 
zoroastrismo y tan central para el cristianismo, es por completo 
desconocida para la Biblia hebrea 2
El
 que los cristianos demanden autoridad por sus creencias del Antiguo 
Testamento debe ser muy irritante para los académicos judíos modernos, 
quienes pueden ver que su herencia ha sido utilizada para darle crédito a
 un culto de misterio romano que en gran parte tiene un antiguo origen 
persa. Este despojo de los veintidós textos judíos que constituye el 
fundamento del Antiguo Testamento se extendió tan pronto como dio 
inicio el siglo II, cuando los cristianos buscaban referencias que 
apoyaran la creencia en su bisoño culto.
Los
 miembros de la Iglesia primitiva se consideraban a sí mismos judíos, y 
hasta el final del Siglo I d.C todos veían a los cristianos como una 
secta judía. Sin embargo, al comenzar el siglo II, la gran mayoría de 
los cristianos eran gentiles conversos de todo el imperio romano que ya 
no se consideraban a sí mismos judíos en absoluto. Estos saqueadores 
culturales casi no tenían en cuenta el contexto o la interpretación 
aceptada, y se sentían libres de citar a capricho los textos judíos que 
sus dueños no reconocían como escritura.
El
 Antiguo Testamento se tradujo al griego en el Siglo III a.C, y fue 
conocido como la versión de los Setenta (por lo general aparece como 
LXX). Los cristianos le añadieron nuevos pasajes y libros enteros, y 
después tuvieron la osadía de acusar a los judíos de haber borrado esas 
secciones de sus propias escrituras. Esta creencia llegó a ser venerada
 por el pensamiento cristiano y dio como resultado muchos actos de 
vandalismo, como una ocasión en París, en 1242, cuando veinticuatro 
carretadas de escrituras judías fueron saqueadas de las sinagogas y 
luego quemadas, y veinte años más tarde, cuando el rey Jaime I de Aragón
 ordenó que todos los libros judíos fueran destruidos.
Algunos
 antiguos estudiosos cristianos sostenían que el Antiguo Testamento era
 ajeno a su nueva religión, pero la mayoría leía con imaginación entre 
líneas para encontrar obvias referencias a su Salvador. Los veintidós 
libros de la sagrada escritura se alargaron de manera conveniente para 
hacer abundante el Antiguo Testamento.
Entre
 los agregados por parte de escritores cristianos se incluyen los de 
Esdras, Judit,Tobías, Macabeos, Libro de la Sabiduría, Eclesiástico, 
Baruc, la Plegaria de Manases y, dentro del libro de Daniel, la Canción 
de los Tres Santos Niños, la historia de Susana, y Bel y el dragón.
Durante un tiempo los cristianos se conformaron con su "nuevo" Antiguo Testamento
 pero, conforme estudiosos más serios, como Orígenes de Alejandría en 
el siglo III, empezaron a estudiar los textos, se despertaron dudas 
verídicas que los hicieron darse cuenta de que la versión judía 
original era la única correcta. Se sugirió que debían destruirse todas 
las nuevas escrituras de las iglesias cristianas, pero estos argumentos
 pronto fueron enterrados por el deseo general de los cristianos de ser 
la única religión con una escritura diferenciada.
Pero,
 en tanto la Iglesia principal se fue por la opción fácil, el debate no 
terminó y muchos pensadores cristianos no se convencieron. En el siglo 
IV, Cirilo de Jerusalén prohibió la lectura de estos libros extraños, 
incluso en privado, y hasta el siglo XVIII algunos de los principales 
pensadores cristianos, como San Juan Damasceno, afirmaban que los 
veintidós textos judíos eran los únicos componentes de la verdadera 
escritura
La
 misma gente altiva que alteró el Antiguo Testamento armó el nuevo. Para
 tener una visión correcta de los acontecimientos que condujeron a la 
creación de este relativamente instantáneo bloque de escrituras nuevas, 
es esencial entender algo de la visión judía del mundo en este momento 
crucial
En
 la actualidad, casi toda la gente de occidente aprecia la línea 
divisoria entre la política y la religión, pero es un error suponer que 
en otros países o en otras épocas de la historia las cosas se veían de 
la misma manera. El Irán moderno, por ejemplo, no reconoce ninguna 
diferencia entre los dos aspectos, y los habitantes de Judea y Galilea,
 hace dos mil años, tildarían de loco a quien pensara que la relación 
con su dios era distinta en alguna forma de su lucha nacional. La 
política en los tiempos de Jesús era un asunto teológico serio; la 
estabilidad de la nación dependía de la opinión que Dios tuviera de su 
valor. Si probaban que lo merecían, los judíos tendrían su propio rey y 
destruirían a sus enemigos en la batalla. Por cientos de años 
demostraron lo contrario, por lo que Dios los había abandonado a merced
 de sus enemigos; pero en cuanto los devotos judíos empezaron a vivir 
una vida más austera, comenzaron a esperar la llegada de un mesías que 
diera principio al proceso de regresar a su propio gobierno.
Aquí
 hay un punto fundamental que no puede pasarse por alto: en ninguna 
parte del Antiguo Testamento se anticipa la llegada de un salvador del 
mundo. Los judíos esperaban que surgiera un líder que fuera un rey 
terrenal a la medida de David y, les guste o no a los cristianos, Jesús 
no era el mesías de la línea de David (el Cristo), porque no logró 
convertirse en el rey indiscutible de Israel. Para los judíos de 
aquellos tiempos, incluyendo al mismo Jesús, no había otro significado 
para la palabra; no es una cuestión de fe, es un hecho histórico más 
allá del debate teológico. La Iglesia está muy bien enterada de este 
malentendido y puede alegar que su interpretación espiritual de la 
palabra es cierta y válida, a pesar de que los judíos la usaran de 
forma muy distinta. Sin embargo, una vez que la Iglesia admite que los 
usos cristiano y judío del término mesías no tienen nada en común, 
resulta obvio que la Iglesia no tiene derecho de usar el Antiguo 
Testamento como fuente de evidencia con respecto a la llegada de su 
Cristo Hacerlo es un cínico fraude. Hacemos hincapié en que los judíos 
no esperaban un dios o un salvador del mundo, sino un líder político con
 credenciales que se extendieran hasta su primer rey, David 3s
Otro problema para la corriente principal del cristianismo es la creencia de que Jesús era el hijo de un apareamiento mágico entre Jehová y María Como
 hemos visto, esta unión de un dios y una mujer es un requisito 
ancestral para la paternidad de todos los que serían hombres-dioses en 
las culturas del Medio Oriente. La justificación de esta afirmación 
entre los cristianos se deriva del título que el mismo Jesús se 
asignaba: el hijo de Dios, que era un antiguo título para cualquiera que
 reclamara el reinado. Todos los dioses de tiempos anteriores a los 
faraones y en adelante han establecido su derecho de gobernar mediante 
su descendencia de los dioses.
Mientras
 investigábamos bien la compleja cuestión del papel que se esperaba del
 mesías, dimos con un aspecto sorprendente y muy extraño que, hasta 
donde sabemos, nadie había considerado el nombre del asesino que fue 
liberado en lugar de Cristo durante su juicio: Barrabás Un nombre 
bíblico más, pensarán, y que parece estar rodeado de una aureola de 
maldad "Barrabás, el malvado asesino a quien los igualmente malvados 
judíos decidieron liberar en vez de nuestro Salvador" Los gritos de la 
multitud para crucificar al Cristo y no al criminal común es una de las 
piezas de evidencia con respecto a la pretendida naturaleza despiadada 
de los judíos que ha derivado en dos mil años de antisemitismo.
Sin
 embargo, sólo se requiere un conocimiento rudimentario de la lengua de
 aquellos tiempos para entender que Barrabás no es un nombre, sino un 
título que significa, precisamente, hijo de Dios. Bar quiere decir hijo de y la traducción literal de Abba es padre,
 pero, en general, se usaba, y se sigue usando, como una referencia a El
 Padre, es decir, a Dios. Esto nos intrigó y confundió, pero quedamos 
perplejos cuando más adelante descubrimos que en los manuscritos 
anteriores de Mateo, en el versículo , la denominación de este hombre se
 usa en su forma completa: Jesús Barrabás.
Así
 que al individuo que fue liberado y no crucificado a pede la multitud 
se le conocía como Jesús, el hijo de Dios, y así lo registra de forma 
indiscutible el Evangelio. La primera parte del nombre fue borrada del 
Evangelio de Mateo en una fecha bastante posterior, por aquellos que 
buscaban que los hechos encajaran con sus creencias gentiles. Semejante 
selectividad es lo que hoy llamaríamos de manera eufemística 
economía de la verdad, pero resulta poco más que un engaño para evitar 
preguntas difíciles que la Iglesia no contestaría, o que, más bien, no 
podría contestar.
Ciertamente
 la trama se estaba complicando. Los Evangelios sostienen que a este 
otro Jesús, hijo de Dios, se le acusaba de ser un judío rebelde que 
había matado a dos personas durante el estallido de una insurrección. 
Así que Barrabás no era un criminal sino un judío fanático que se 
enfrentaba a una acusación similar a la presentada en contra de Jesús.
Cuando
 se consideran estos hechos más concretos, todas las instancias del 
juicio de Jesús se complican. Dos hombres e1 mismo nombre, que demandan 
lo mismo, y acusados prácticamente de lo mismo; ¿cómo podemos saber cuál
 fue liberado?. Con certeza, muchas de las sectas cristianas más 
antiguas creen que Jesús no murió en la cruz porque otro murió en su 
lugar. Hoy día, los musulmanes tienen a Jesucristo en muy alta estima  
como un profeta al que se ordenó crucificar pero cuyo lugar fue tomado 
por otro. El simbolismo del Cristo crucificado es absolutamente esencial
 para la corriente principal del cristianismo, pero,
 aun así, muchos grupos, tanto contemporáneos del suceso como modernos, 
sostienen que no murió de esa manera, ¿Podrían tener razón?.
La
 evidencia que hallamos no pertenecía a alguno de los Evangelios 
Gnósticos tan disputados, sino al Nuevo Testamento,  por lo que nuestros
 inevitables críticos por parte de la Iglesia debieron haber tenido 
muchas dificultades para esconder esta verdad debajo de la alfombra. Es 
seguro que algunos pretenderán argumentar que no lo leyeron o que es 
alguna clase de error que puede justificarse mediante el proceso 
tradicional de hablar en círculos.
Libres
 de los requerimientos del dogma de la fe ciega, habíamos aceptado que 
la leyenda de Jesucristo es una amalgama de cuentos chinos 
sobrenaturales importados de otras religiones de misterio. Dados 
nuestros descubrimientos, empezamos a preguntarnos si incluso los 
detalles más generales de la vida de Jesús pudieron ser la mezcla de las
 historias de dos hombres, casi de la misma forma en que se cree que la 
historia de Robin Hood se originó en los cuentos que se narraban 
sobre varios nobles anglosajones que operaban fuera de la ley de los 
gobernantes normandos.
¿Es
 que las autoridades romanas, amenazadas por el surgimiento del 
nacionalismo en Judea, se habían movilizado de una vez por todas contra 
todos los alborotadores conocidos? Los judíos representaban una espina 
pequeña pero permanente para el emperador, y la difundida expectación 
con respecto a la llegada de un nuevo mesías para deshacerse de los 
romanos estaba enardeciendo demasiado a la población local. Los 
sicarios, fanáticos zelotes levantados en armas, estaban asesinando 
judíos que eran amigos de Roma y la población en general iba adquiriendo
 confianza acerca de la posibilidad de lograr la independencia Hubiera 
sido muy normal por parte de las autoridades romanas eliminar el 
problema antes de que se les saliera de las manos Sólo podríamos 
especular con respecto a qué pudo haber pasado para que se creara la 
extraña situación que se registra en el Nuevo Testamento.
Nuestro
 primer escenario era aquel en el que dos mesías competidores surgieron 
de las filas de dos grupos diferentes en Judea, ya que está documentado 
que en los siglos I y II hubo muchos que exigían el título de mesías. ¿Y si
 dos de estos mesías alcanzaron la cima de la popularidad al mismo 
tiempo? Ambos hubieran sido llamados Jesús por sus seguidores, porque es
 una descripción que se le da al salvador del pueblo judío, su 
proveedor de victoria y futura prosperidad. Al momento de este arresto
 preventivo, es posible que a una de las figuras mesiánicas se le 
conociera más como Jesús, rey de los judíos, y a la otra como Jesús, el 
hijo de Dios. Cuando se exhibió en público a estos criminales, Poncio 
Pilato se percató de que la situación se estaba volviendo explosiva y, 
temiendo un baño de sangre del cual él podría resultar una víctima, 
ofreció poner en libertad a uno de los dos mesías cautivos. La multitud 
tuvo que escoger entre su mesías real o su mesías sacerdotal, y 
escogieron al segundo.
A
 este escenario le llamamos la Teoría del Gato de Schródinger acerca del
 mesías (por el famoso experimento de lógica que demostró que en el 
extraño mundo de la mecánica cuántica pueden coexistir dos resultados 
que se excluyen mutuamente), porque es imposible afirmar si el 
crucificado fue o no el verdadero Jesús de la fe cristiana. Las 
historias de ambos hombres están ahora tan mezcladas que las sectas 
cristianas que dicen que nunca lo crucificaron están en lo correcto, 
como también lo está la corriente principal de la Iglesia, que afirma 
lo contrario.
Nuestro
 segundo escenario se basaba en el conocimiento de que había un 
requisito tradicional de que hubiera dos mesías, que trabajarían mano a 
mano para lograr la victoria final de Jehová y Su pueblo elegido. Un 
mesias real de la tribu de Judá, la línea real de David, se uniría a un 
mesias sacerdotal de la tribu de Levi. Se esperaba esto debido a que, de
 acuerdo con la tradición, los sacerdotes judíos tenían que ser levitas.
 Esta teoría presupone que en el momento del juicio se arrestó a ambos 
mesias y se les acusó de provocar la insurrección civil. El Jesús de la 
línea real de Judá fue retenido y murió en la cruz, en tanto que el 
Jesús de la línea sacerdotal de Levi fue liberado.
¿Quién era cuál?
 El Jesús nacido de María demandaba ser un mesías porque descendía de la
 línea real de David y se supone nació en la ciudad de David, Belén. No 
obstante, como puede leerse en los primeros versículos del Nuevo 
Testamento, esta descendencia, a través de una hilera de procreadores, 
se basa en la genealogía del esposo de María, José, que no era, según la
 creencia cristiana, el padre de Jesús. Un cruel giro de fría lógica: si
 era el hijo de Dios, no podía ser el mesías real.
En
 términos prácticos, el Jesús que nació de María no podía ser dicho 
mesías real, pero sí la versión sacerdotal: se sabe que su madre tenía 
relación con Juan el Bautista, que era levita, por lo que el mismo Jesús
 debe haber tenido sangre levita. Si este Jesús hubiera utilizado este 
argumento, quedaría claro que no fue él quien murió en la cruz.
Con
 el asunto del Jesús doble nos topamos con una falla obvia en la 
historia cristiana del mesías, pero, además de discutir estos 
escenarios como posibles soluciones, no podíamos ahondar más. No fue 
hasta que desciframos un acertijo masónico que la solución real se hizo 
evidente, y de ello hablaremos más adelante.
LOS PRINCIPALES GRUPOS DE JERUSALÈN
Los
 tres principales grupos pobladores de Judea durante el siglo  eran los
 fariseos, los saduceos y los esenios. Los dos primeros se definen en 
las notas al pie de página de la Biblia Douai como sigue:
Fariseos
 y saduceos. Eran las dos sectas entre los judíos de los cuales los 
primeros eran en su mayoría notorios hipócritas; los últimos, una 
especie de librepensadores en materia de religión.
Para ser una pieza de información tan pequeña, es notable el grado de inexactitud.
Los
 saduceos eran, por derecho establecido, la burocracia sacerdotal y 
aristocrática de Jerusalén. Eran muy conservadores en sus opiniones 
religiosas, no creían en ninguna existencia más allá de la tumba y sin 
duda consideraban las complejas perspectivas y acciones de los fariseos
 como la obra de unos tontos supersticiosos. En la mayoría de los 
aspectos, dirigían al país de acuerdo con los requerimientos romanos más
 que con los judíos; eran lo que ahora llamamos traidores. Sostenían 
que el individuo era libre para construir su propio destino y, a 
diferencia de los fariseos, creían que la historia tomaba su propio 
curso en vez de ser parte de algún plan divino. Si bien eran ricos y con
 una posición social alta, eran groseros, rudos y duros en extremo con 
cualquiera que rompiera la ley o interfiriera con su administración. No
 eran hombres de ideas o de ideales pero mantenían al país funcionando 
en tanto buscaban el status quo, el cual operaba para su 
beneficio. Si vamos a ser justos, es probable que no fueran muy 
distintos de las clases gobernantes en la mayoría de los países antes y 
después, pero llamarlos librepensadores en materia de religión es lo 
más lejano posible a la verdad.
Los
 fariseos, por otro lado, no eran, estrictamente hablando, sacerdotes, 
pero sí devotos de la Ley, que con constancia trataban de aplicar en 
cualquier aspecto de la vida. Para ayudarse en esta búsqueda de 
cumplimiento de la Ley, desarrollaron una tradición de interpretación 
mediante la cual todas las acciones estaban reglamentadas con 
minuciosidad. Establecieron altos estándares que se convirtieron en las 
señales del judaísmo ortodoxo moderno, y, comparta uno sus 
creencias o no, eran impresionantemente sinceros. Por tradición, toda 
adoración a Jehová estaba restringida y sólo debía ocurrir en Su Divina 
Presencia en el Templo de Jerusalén bajo el control del sumo sacerdote, 
pero los fariseos crearon la oportunidad para la evolución eventual de 
la estructura del rabino y la sinagoga, como una base para que los 
judíos de todas partes tuvieran acceso a Dios.
En
 la actualidad, los temores y esperanzas de los fariseos perduran en el 
judaísmo ortodoxo. En todo el mundo ortodoxo, durante el sabat los 
judíos no hacen negocios, y tampoco manejan un auto de motor, usan el 
transporte público, empujan una carreta ó la, cosen o zurcen, ven 
televisión, cocinan o exprimen una esponja, tocan un timbre o usan un 
elevador. Recientemente, el gerente judío de un hotel kosher en 
Bournemouth, centro vacacional al sur de Inglaterra, fue despedido por 
activar el interruptor eléctrico para encender el sistema de 
calefacción central la mañana de un sábado. El hecho de que sus 
huéspedes pudieron haber muerto a causa de la hipotermia no fue excusa 
para esta desconsiderada desobediencia de la Ley, que se deriva del 
hecho de que el Tora, el libro de la ley judía, prohíbe encender fuegos
 durante el sabat.
Los esenios fueron un grupo menos comprendido hasta 1947, cuando se descubrieron los Rollos del Mar Muerto en Qumran, cerca de Jerusalén.
 Los pergaminos nos dicen mucho de estos extraños hombres que vivieron 
en un valle seco y rocoso desde alrededor de la mitad del siglo II a.C. 
hasta el año 68 d.C. Hay evidencia de que las cuevas fueron ocupadas más
 tarde por un número más pequeño de personas hasta el año 136 d.C. (el 
tiempo del levantamiento final de los judíos bajo otro Jesús), pero no 
se sabe a ciencia cierta si estos habitantes eran esenios o no.
Que
 las observaciones religiosas de los esenios hicieran ver a los fariseos
 como hedonistas descuidados, nos da la medida del rigor de su 
mentalidad. Aunque hoy día muchos académicos aceptan que los esenios y 
la Iglesia primitiva tienen muchos rasgos en común, la Iglesia de Roma 
siempre ha negado cualquier conexión entre los dos. Uno de los vínculos
 más obvios es la singular expectación apocalíptica que comparten. Ambos
 esperan que su mundo existente termine de manera abrupta e inminente.
El
 principal factor que distingue a los esenios de los saduceos y los 
fariseos es que para ser esenio sólo se requiere hacer una elección 
adulta e individual, y no es por virtud de nacimiento. Los esenios de 
Qumran se pensaban los únicos custodios de las verdaderas enseñanzas de 
Israel y creían que a través de su fundador sacerdotal, conocido en los
 Rollos como el Maestro de la Rectitud, habían establecido una nueva 
alianza, la forma última y esencial de la perfecta alianza entre 
el pueblo de Israel y su Dios. Este arreglo estaba reservado de manera 
exclusiva para los miembros de la comunidad esenia, debido a su respeto 
infalible de cada uno de los seiscientos trece mandamientos de la Ley y 
su absoluta creencia en la profundidad de su propia indignidad. Como los
 fariseos, adoptaron la idea de dioses menores conocidos como ángeles.
Está
 más allá de toda duda que los autores de los Rollos del Mar Muerto, que
 ahora llamamos qumranos o comunidad qumrana, fueron esenios, y después 
se nos aclararía que este pueblo era el nazareno (o nasoreano) o la 
Iglesia original de Jerusalén. Hay mucha evidencia de que estos grupos 
eran en esencia uno solo y el mismo, y el argumento de la Iglesia acerca
 de que están separados parece ser un intento por proteger lo especial 
de Jesús, cuando los Rollos del Mar Muerto cuentan una historia 
similar sin hacer referencia a él. Si ahora la Iglesia aceptara 
que el pueblo de Qumran era la Iglesia de Jerusalén, tendría que 
explicar por qué su dios principal no era el líder de su comunidad.
Los Rollos del Mar Muerto describen a un grupo con una visión del mundo
 idéntica, la misma peculiar terminología y precisamente las mismas 
creencias escatológicas que la Iglesia de Jerusalén. Expertos como el 
profesor Robert Eisenman han demostrado que el líder de los qumranos 
alrededor de la cuarta y quinta décadas del siglo I d.C. fue Santiago el
 Justo, hermano de Jesús, que la Iglesia acepta como el primer Obispo de
 Jerusalén. (Esto se confirmó más tarde en una conversación privada con 
el profesor Phillip Davies.)
¿Cómo
 dividía su tiempo Santiago el Justo, entre los dos grupos? ¿Tal vez en 
días alternados, o mañanas y tardes? Difícilmente. La respuesta 
obligada es que ambos eran la misma cosa. Durante las últimas tres 
décadas de su existencia, la comunidad qumrana era la Iglesia de 
Jerusalén.
En
 espíritu, los esenios eran judíos ultraconservadores, pero en cierta 
forma eran progresistas y creativos sin medida. El vocabulario qumrano 
está presente en la literatura cristiana y los malentendidos con 
respecto a su significado original ayudaron a aquellos que sostendrían a
 dioses gentiles mediante la valiosa moneda del judaismo. El nuevo 
vocabulario qumrano comenzó a formar parte de la cultura teológica judía
 en el Siglo I d.C, cuando la literatura targúmica era un lugar común. 
Se trataba de la traducción de la Biblia hebrea al arameo, la lengua de 
los judíos en los tiempos del Cristo Jesús. Como los servicios se 
realizaban en hebreo, que se entendía poco, se traducían libremente de 
manera simultánea al arameo para beneficio de los fieles en general. Los
 traductores usaban términos y frases que se entendieran en vista de 
las circunstancias del momento, de tal forma que los términos qumranos 
incluidos en el ritual cristiano, como "vénganos tu reino","el reino del
 Señor","el reino de Dios" y "el reino de la Casa de David", se referían
 todos al mismo objetivo político. George Wesley Buchanan comenta:
Cuando
 se informó que Jesús dijo" Mi Reino no es de este mundo'' (Jn 18:36), 
no quería decir que estaba en el Cielo. En el Evangelio de Juan se 
divide a toda la gente en dos grupos (1) aquellos del mundo y (2) 
aquellos que no son del mundo Los que no son del mundo incluían a Jesús y
 a sus seguidores, quienes vivían en la tierra. No estaban en el cielo, 
pero tampoco eran paganos. Pertenecían a "la iglesia" y no a "el mundo" El mundo incluía a todos los paganos y a aquellos que se rehusaban a creer en él.5
Podemos
 ver que los términos usados en esos tiempos eran simples afirmaciones 
políticas. Si seguías el movimiento de independencia, estabas en el 
Reino de Dios y si no, pertenecías al mundo ordinario. En Lucas 17:20-21
 un fariseo le preguntó a Jesús cuándo vendría el Reino de Dios y 
recibió la siguiente respuesta:
El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: "Helo aquí, o helo allí"; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros.
Los
 términos "el reino del cielo' y "el reino de Dios" tenían un 
significado simple y claro para quienes los usaron en un inicio, pero, 
al ser adoptados y utilizados por los cristianos gentiles, sus nuevos 
dueños pensaban con cariño en un paraíso al que la gente buena se iba 
una vez que sus vidas terminaban, y en el que era posible reunirse en un
 éxtasis sin tiempo con los seres amados perdidos. Todo esto está muy 
lejos de ser lo que cualquier Jesús (es decir, cualquier traedor de 
victoria) haya enseñado en el siglo I. La palabra aramea que se tradujo
 al griego como reino se ha malentendido en este contexto, ya que 
también significa gobierno o mandato, y cuando se considera el uso 
completo del término, éste quiere decir que la tierra de Israel sea 
gobernada de acuerdo con la ley mosaica. En efecto, cuando Jesús y sus 
contemporáneos se referían a la venida del reino del cielo, tan sólo 
querían decir: "cuando muy pronto llegue el tiempo en que saquemos 
de Judea a los ocupadores extranjeros y a sus títeres, y establezcamos 
algunos acatamientos de la línea dura de las reglas judías". Entre 
ellos, los más religiosos pensaban que sus problemas eran resultado de 
que Jehová los había abandonado debido a que vivían en el pecado por no
 acatar la ley de Moisés con la suficiente fuerza. El único remedio para
 todos los problemas que los asolaban eran la pureza y la rectitud; 
tenían que seguir la ley de Dios al pie de la letra.
LA SÒLIDA EVIDENCIA DE LOS ROLLOS DEL MAR MUERTO.
Como
 hemos mostrado, los vínculos entre los términos utilizados en el Nuevo
 Testamento y en los Rollos del Mar Muerto son obvios, pero desde sus 
orígenes la Iglesia Católica ha tratado de aminorar su importancia. La 
interpretación de los pergaminos fue dirigida por un grupo católico del 
que formaron parte los sacerdotes de Vaux, Milik, Skehan, Puech y 
Benoit. Otras figuras independientes involucradas se quejaron en aquel 
momento de que no se les daba acceso abierto a muchos de los pergaminos,
 y tanto John Allegro como Edmund Wilson declararon que había una 
política deliberada para distanciar a la comunidad qumran de los inicios
 del cristianismo, a pesar de la creciente evidencia de que tenían algo 
en común.6
El
 padre de Voux declaró con firmeza que los qumranos diferían por 
completo de los primeros cristianos; también observó que, debido a que 
Juan el Bautista estaba tan cerca de las enseñanzas de dicha comunidad, 
no podía considerársele cristiano sino tan sólo un precursor del 
cristianismo. Como está claro en el Nuevo Testamento que Juan el 
Bautista fue fundamental en el establecimiento del ministerio de Jesús,
 es difícil ignorar semejante conexión. De Vaux ignoró también el hecho 
de que ambos grupos utilizaban el bautismo, compartían sus posesiones en
 comunidad, tenían un consejo de doce personalidades líderes y estaban 
interesados en las figuras mesiánicas y la inminente llegada del reino 
de Dios. El 16 de septiembre de 1956, John Allegro le escribió al padre 
de Vaux diciéndole:
...
 usted es incapaz de tratar el cristianismo bajo una luz más objetiva. 
.. Persiste en hablar alegremente de los que los primeros 
judíos-cristianos pensaban en Jerusalén, y nadie adivinaría que su 
única evidencia real, si se le puede llamar así, es el Nuevo 
Testamento.7
El
 padre de Vaux y su equipo no pudieron evitar examinar los nuevos 
pergaminos bajo la luz de sus creencias ya existentes y, de manera 
consciente o inconsciente, cambiaron los hechos para demostrar que los 
qumranos y los nazarenos de la Iglesia de Jerusalén no estaban 
relacionados.
Esa excusa se acabó.
A
 nosotros nos parece incuestionable que el hombre que fue Jesucristo fue
 una figura líder de Qumran durante los años cruciales de la tercera y 
cuarta décadas del siglo I. En aquellos tiempos los miembros de la 
comunidad eran pocos, tal vez no más de doscientas personas, y quizá 
había poco más de cuatro mil esenios en total. Era un grupo de gente con
 mentalidades similares que veían la salvación inminente de sus 
problemas mediante la santidad y, aunque no eran sacerdotes por 
herencia, llevaban una vida monástica. Esto implicaba una sociedad en 
extremo jerárquica, del Guardián o el Gran Maestro hacia abajo, hasta 
seres tan inferiores como los hombres casados o, aun peor, las mujeres, 
especialmente aquellas que menstruaban. Las mujeres que se encontraban 
en ese momento de su ciclo corporal debían retirarse de todo contacto 
con los hombres, incluyendo el contacto visual. La reproducción era una 
necesidad desafortunada de la vida, pero que aquellos que elegían 
entregarse a los placeres de la carne, debían pasar por un proceso 
considerable de purificación antes de regresar a la comunidad.
Había
 varios niveles de membresía, desde un amplio grupo externo hasta uno 
interno santo. La iniciación a los más altos escalones requería de votos
 de secreto bajo amenaza de terribles castigos si se revelaban los 
secretos de su hermandad al mundo exterior. Esto parece similar a la 
práctica masónica, pero una de las diferencias es que los qumranos no 
consideraban tales amenazas como señales o pruebas; para ellos, eran 
literales.
El pueblo de Qumran nos interesó mucho: usaban batas blancas, hacían votos de pobreza, juraban guardar el secreto bajo amenaza, de
 terribles castigos y afirmaban que poseían conocimientos secretos. 
Estábamos reconstruyendo la imagen de un grupo judío revolucionario que 
pudo haber incluido a Jesús, y que fue fundamental en la revuelta judía 
que con el tiempo condujo una vez más a la destrucción de Jerusalén y 
su templo.
Habíamos
 establecido, más allá de toda duda razonable, que los templarios 
excavaron las ruinas del Templo de Herodes, y cualquier cosa que hayan 
encontrado debe haber sido escondido entre los primeros años del siglo 
I, cuando el templo estaba en sus primeros años de construcción, y el año 70 d.C,
 cuando fue destruido. Esto significaba un periodo no mayor de setenta 
años durante el cual pudo haberse escondido el material. El Rollo de 
Cobre —llamado así por estar en efecto grabado en hojas de cobre—, 
encontrado en Qumran (véase figura 17), habla de cómo los qumranos 
escondieron sus secretos y escrituras bajo el templo poco antes del año 
70 d.C, por lo que no tuvimos la necesidad de especular sobre los dueños
 de los pergaminos que los templarios encontraron. Y, si estábamos en lo
 correcto, y la comunidad qumrana y la Iglesia de Jerusalén eran una 
sola y la misma cosa, resulta claro que los templarios poseían los 
documentos cristianos más puros posibles, mucho más importantes que los
 Evangelios Sinópticos.
Por
 mucho, el vínculo más importante entre los esenios qumranos, los 
Caballeros Templarios y la francmasonería es el hecho de que los tres se
 centran en la reconstrucción física y mística del Templo del Rey 
Salomón. Es improbable que se trate de una coincidencia y no podría ser 
una asociación fraudulenta en lo que respecta a la francmasonería, ya 
que la Gran Logia de Inglaterra y sus enseñanzas acerca de la 
construcción de un templo espiritual son anteriores al descubrimiento 
de los Rollos del Mar Muerto por más de doscientos años.
Cuando
 estudiamos el cristianismo gnóstico encontramos que había un vínculo 
entre éste, el Nuevo Testamento y la francmasonería, en cuanto a que los
 tres hacían referencia a piedras angulares. Encontramos las mismas 
referencias en los textos de Qumran. Eisenman y Wise comentan al 
respecto entre otras observaciones acerca de vínculos entre los 
pergaminos y el cristianismo:
Los
 lectores que estén familiarizados con el Nuevo Testamento reconocerán 
aquí los términos comunidad y templo como alusiones básicamente 
paralelas, ya que Jesús está representado como el Templo en los 
Evangelios, y en Pablo, la Regla de la Comunidad, usando imaginería del 
espiritualizado templo paralelo en VIII 5-6 y ix 6, describe al Consejo 
de la comunidad qumrana como el "Santo de Santos para Aarón y un Templo para Israel".
 Esta imaginería, como veremos, estaba difundida en Qumran, incluyendo 
las alusiones paralelas al sacrificio, la agradable fragancia, la 
Piedra Angular y la Fundación que conlleva.8
El uso de la idea de fundación fue algo que también nos llamó la atención.
LA FAMILIA DE JESÙS.
Un
 elemento significativo que la Iglesia se niega a discutir es la 
evidencia de que Jesús tenía hermanos, y es probable que también 
hermanas En una amplia variedad de documentos de los siglos I y II, 
incluso en el mismo Nuevo Testamento, se encuentren referencias a dichos
 hermanos de Jesús. Tener hermanos es normal, pero, cuando se supone que
 eres el hijo de Dios, surge una pregunta: ¿quién es el padre de los 
demás? Por fortuna, hay evidencia que indica que Jesús era el mayor, por
 lo que su nacimiento de una virgen no se descarta al instante. Esta 
cuestión de los hermanos se reconoció hace mucho, y se han expuesto tres
 principales teorías para explicar la situación.
Los
 debates iniciales sobre el cristianismo llevaban el nombre de su 
teólogo líder. La visión de Helvidio acepta que en efecto existieron 
hermanos de Cristo; el argumento de Epifanio propone que se trataba 
hijos de José de un matrimonio anterior; y la desesperada explicación de
 Jerónimo es que el término hermano en realidad quería decir primo. A 
pesar de que la Biblia se refiere con claridad a los hermanos de Jesús 
en varias ocasiones, en notas al margen, la Biblia Católica Romana Douai
 indica sin lugar a dudas su opción preferida:
.. Helvidio y otros herejes, de la manera más impía, sugieren que la bendecida Virgen María tuvo otros hijos además de Cristo.
Lo anterior contradice a Mateo 13:55-56,quien asegura:
¿No
 es éste el hijo del carpintero? ¿No se llama su madre María, y sus 
hermanos, Santiago, José, Simón y Judas? ¿No están todas sus hermanas 
con nosotros?
La respuesta de los editores de la Biblia Douai es creativa, ya que no convincente para el lector crítico:
Éstos
 eran los hijos de María la hermana de nuestra Señora Bendecida y, por 
lo tanto, de acuerdo con el estilo usado en las escrituras, se les 
llamaba hermanos, es decir, parientes cercanos de nuestro Salvador
Si
 hubiera un fragmento de verdad en esta extraña explicación, tendría que
 observarse que no era muy imaginativo por parte de los abuelos maternos
 de Jesús tener dos hijas y poner a ambas el nombre de María. Sin 
embargo, ahora se acepta de manera casi universal que Jesús tenía 
hermanos y hermanas. Su hermano menor, Ya'acov (Jacob, en inglés o 
Santiago en las versiones griegas de la Biblia) lo sobrevivió durante al
 menos treinta años y, como mostraremos más adelante, fue responsable de
 preservar sus verdaderas enseñanzas para que por fin pudieran 
triunfar contra todo.
EL NACIMIENTO DE UNA NUEVA RELIGIÒN
Ahora
 conocíamos la gran diferencia entre la Iglesia original de Jerusalén y 
la organización posterior que les robó las ropas después de que se les 
exterminara en la guerra con los romanos. Al examinar los escritos de 
quienes la Iglesia Romana llama "los padres de la primera Iglesia"
 y posteriores líderes de la Iglesia, titubeamos ante la confusión, los
 malentendidos y el embrollado pensamiento que han existido a lo largo 
de los años. También nos topamos con algunas muestras de una 
sorprendente honestidad; se registra que el Papa Leo X (el mismo que 
llamó al Rey Enrique VIII el defensor de la fe) dijo:
Nos ha servido bien, este mito de Cristo
Desde
 la caída de Jerusalén en el año 70 d.C, la fe llamada cristianismo 
empezó a distanciarse de sus orígenes judíos y pronto el recuerdo del 
héroe conocido como Josué se perdió en mitos y leyendas ajenos. Se 
fueron apilando viejas historias paganas sobre la historia del hombre 
que intentó ser el rey salvador de su gente. De Roma se contó de nuevo 
la leyenda de Rómulo y Remo, con dos nuevos dioses menores, los grandes 
santos Pedro y Pablo. La fecha de nacimiento del dios Sol era el 25 de 
diciembre y se pensó que también sería adecuada para el nacimiento de 
Jesús, ya que así podría celebrarse a ambos el mismo día. El sabat se 
cambió del sábado al día del dios sol, el domingo, y el símbolo del sol 
encontró su lugar detrás de las cabezas de los divinos y los santos en 
la forma de halo.
Para
 los ciudadanos del Imperio Romano, la nueva religión les resultó 
familiar y a la vez reafirmante: quizá no les iba muy bien en esta vida,
 pero obtendrían algo mejor en la próxima. Igual que la mayoría de la 
gente a lo largo de la historia, no usaban mucho la lógica, preferían 
disfrutar la emoción que todo les producía, le pedían ayuda a su Dios 
(ahora sólo uno) cuando la necesitaban y le oraban cuando las cosas iban
 bien El cristianismo se volvió un culto de rituales más que de ideas, y
 la teología pasó a segundo término ante el control político
El
 Imperio Romano había sido una fuente política de gran éxito, pero, a 
pesar de sus despiadados métodos para mantener el poder, éste no podía 
ser permanente Empezó a derrumbarse como fuerza cultural pero se dio 
cuenta de que controlar las mentes de la gente era mucho más eficaz que 
sólo controlar sus cuerpos. El cristianismo dio a Roma el mecanismo para
 establecer un poder político sin paralelo, basado en ofrecer a las 
masas poco sofisticadas una mejor vida después de la muerte, si seguían
 los ordenamientos de la Iglesia .Thomas Bobees, filósofo y pensador 
político del Siglo xvII, expresó la situación con claridad:
El papado no es otra cosa que el fantasma del difunto Imperio Romano, sentado con su corona sobre su tumba desde entonces 9
Es
 probable que el acontecimiento más importante en la creación de lo que
 ahora llamamos la Iglesia haya tenido lugar en Turquía el 20 de mayo 
del año 325 d C. Se trata del Consejo de Nicea, resultado de la decisión
 del Emperador Constantino de tomar de una vez por todas el control de 
su fragmentado imperio. En ese tiempo Constantino era en extremo 
impopular y el descontento estaba en su apogeo, la idea que se le 
ocurrió para resolver sus problemas fue una verdadera genialidad. Era lo
 suficientemente realista como para aceptar que Roma ya no era el poder
 que había sido y, si bien no podía asegurar su posición mediante la 
fuerza o la recompensa financiera, sí podía influir en su pueblo si se 
introducía en las creencias espirituales que al parecer dividían las 
lealtades de sus súbditos. El imperio entero se había convertido en una 
mezcla de cultos, y algunos de ellos, como el cristianismo, estaban 
presentes de diversas y variadas formas. En el transcurso de muchas 
generaciones casi todas las religiones orientales encontraron el camino 
hacia Roma y habían sido asimiladas y transformadas para satisfacer los 
gustos locales Tan minucioso fue el proceso de romanización que pocos de
 los fundadores de los cultos originales hubieran reconocido su propia 
fe conforme se fusionaban una con otra hasta volverse sumamente 
intercambiables una verdadera mezcla En este periodo de cambio, 
aquellos que se hacían llamar cristianos reñían entre sí a causa de las 
muchas diferencias fundamentales en cuanto a sus creencias
A pesar de su papel como legitimador del cristianismo Constantino fue seguidor del culto al dios del Sol Invictus, hasta
 el momento en que se encontró en su lecho de muerte, cuando por fin 
aceptó ser bautizado, por si acaso los cristianos habían estado en lo 
correcto todo el tiempo Una póliza de seguro bastante sensata y barata,
 para la vida en el más allá.
Cuando
 el emperador se involucró por primera vez con los cristianos, su 
población era bastante significativa uno de cada diez ciudadanos 
aseguraba ser seguidor de este grupo que se había separado de los 
judíos. Se encargó de arreglar las disputas entre las diferentes 
facciones cristianas, las cuales se acusaban mutuamente de falsedades, y
 debe de haberse percatado de que esta religión emergía como una fuerza 
dominante
Constantino
 se ganó el título que la historia le conferiría "Constantino El Grande"
 Urdió su plan y lo ejecutó de manera inmaculada Por ese entonces había 
dos emperadores Constantino, quien gobernaba el oeste y Licinio, el 
este, y cuando el primero propuso a su contraparte que los monoteístas 
ya no debían ser perseguidos, Licinio accedió de inmediato Como de 
cualquier manera las persecuciones no habían terminado, Licinio ha de 
haberse preguntado por qué de pronto Constantino se interesaba tanto en 
el bienestar de cultos aceptados, como el cristianismo. Pudo averiguarlo
 poco después, cuando Constantino lo acusó de no cumplir con el acuerdo
 y lo mandó ejecutar con el pretexto de la protección de las libertades
 religiosas de sus ciudadanos. Constantino se convirtió de inmediato en
 el único emperador con el apoyo total del creciente e influyente culto
 a Cristo. Ésta fue una excelente vía para mantener el orden y 
desarrollar la cohesión, y Constantino seguro pensó que este asunto 
merecía desarrollarse aún más. Existían dos obstáculos para esta 
estrategia en primer lugar, aun había muchas religiones activas en 
general y, en particular, dentro de las fuerzas armadas, en segundo 
lugar, los cristianos mismos se encontraban en tal grado de desacuerdo, 
que parecían correr el peligro de dividirse en distintas creencias La 
solución de Constantino fue admirablemente brillante.
A
 pesar de ser un devoto de la religión del Sol Invictus, Constantino 
organizó el primer consejo internacional de cristianos para establecer,
 de una vez por todas, un punto de vista único y oficial en lo 
concerniente al culto cristiano y a su profeta judío, el Cristo Jesús. 
Logró reunir a líderes eclesiásticos de todas partes del mundo antiguo, 
incluyendo España, Francia, Egipto, Persia, Siria, Armenia y la propia Tierra Santa.
 Debido a que los cristianos eran por mucho la secta más ruidosa, este 
consejo efectuado en Nicea (Iznik en la actualidad) en Turquía, llegó a 
ser un parlamento de facto del nuevo Imperio unido. El suceso se 
organizó con un toque magistral: Constantino estaba sentado al centro 
con los obispos a su alrededor, de manera que su autoridad se imponía en
 todas las discusiones. Así el emperador se impuso como el Cristo del 
momento, con la atención de sus discípulos y, como sostuviera después la
 leyenda, también estuvo presente el poder del Espíritu Santo, actuando 
por conducto del hombre que sería el fundador de la Iglesia. A 
Constantino le interesaban sobre todo dos cosas: el Dios de los 
cristianos, a quien consideraba una manifestación de su rey Sol 
existente, y la figura de Jesucristo, a quien consideraba un mesías 
judío, de la misma forma que se veía a sí mismo como el mesías de su 
imperio. Pensaba que Jesús era un personaje guerrero y sagrado como él, 
quien luchó por establecer la ley de Dios; pero el rey judío fracasó y 
con él esto no sucedería.
Desde
 el tiempo de Constantino, los cristianos lo han considerado el gran 
líder de la fe que derrotó a los herejes. Muy pronto se contó una 
historia sobre su conversión al cristianismo cuando, en la Batalla del 
Puente de Milvian, el emperador siguió las instrucciones recibidas en un
 sueño profético y mandó pintar el símbolo del verdadero dios en los 
escudos de su ejército Con base en el subsecuente vínculo de Constantino
 con los cristianos, se supuso que serían las sagradas palabras griegas chi y rbo, las primeras dos letras de la palabra christos. Pero,
 dado que Constantino nunca se convirtió en cristiano, la imagen en esos
 escudos debió haber sido con certeza el sol abrasador de su verdadero 
dios, Sol Invictus No existen registros de esa época que describan este 
símbolo pero, como el emperador había sido admitido recientemente como 
miembro del culto a dicho dios y fue su sumo sacerdote el resto de su 
vida, parece improbable que haya utilizado otro tipo de imagen.
El
 resultado de este consejo fue el Credo Niceano, que buscaba 
reconciliar las diferencias entre varias facciones cristianas y evitar 
los abismos doctrinales que podrían dividir la Iglesia oriental por 
completo. Los reglamentos que surgieron continúan siendo la base de la 
mayoría de los reglamentos de la Iglesia de hoy, y cubren un gran número
 de detalles, como cuándo debían ponerse de pie o sentarse las 
congregaciones durante los servicios. Sin embargo, la cuestión esencial
 era el problema de si Cristo era hombre o dios, y, de haber sido dios, 
cuál era la naturaleza precisa de su divinidad.
Los
 miembros del consejo tenían frente a ellos una gran tarea que debió 
haberles hecho nudo los pensamientos teológicos. Encontrar una solución 
lógica era en exceso difícil: si había un solo Dios, ¿cómo pudo Jesús 
ser un dios sin ser aquel Dios? Y, si fue concebido por María, se 
deduciría que tendría que haber habido un tiempo en el que Dios todavía 
no nacía, por lo que debe haber una deidad mayor, la cual no está 
separada por completo. La mente gentil de Constantino racionalizó esto 
explicando la relación entre Dios el padre y un Dios el hijo. Ésta nos 
parece una conclusión bastante pobre porque nadie cree que ellos y su 
propio padre sean manifestaciones diferentes de la misma entidad; si 
fuera así entonces sólo habría un humano ya que todos pertenecemos a una
 línea de padres e hijos casi infinita. La conclusión ineludible es que
 el cristianismo no es una religión monoteísta en absoluto; sólo se 
diluye al mantener su pensamiento sumamente embrollado.
Los miembros del Consejo Niceano también se plantearon esta extraña pregunta: "Tuvo
 que haber un Dios Padre antes de que construyera el mundo, pero ¿qué 
pudo haber estado haciendo mientras estaba solo?' No hubo respuesta
 alguna, pero un siglo después San Agustín de Hipona sugirió de manera 
precisa que "Dios había pasado ese tiempo ¡construyendo un infierno 
especial para aquellos que hacían tales preguntas!".
Arrio,
 un sacerdote de Alejandría, fue el máximo exponente del grupo que no 
creía que Jesucristo fuera Dios; su argumento se basaba en que no podía 
serlo porque era un hombre. Dios era Dios, y era una blasfemia pensar 
que Jesús era divino por naturaleza; sólo pudo llegar a serlo por medio
 de sus acciones. Arrio fue un teólogo astuto en extremo y desarrolló 
una sorprendente cantidad de argumentos basados en las escrituras para 
apoyar su tesis de que Cristo era un hombre, igual que los miembros del 
consejo. Su oponente fue otro alejandrino llamado Atanasio, quien 
afirmaba que el Padre y el Hijo eran (paradójicamente) de una misma 
sustancia. Las opiniones relativas a la divinidad de Jesucristo estaban
 divididas y tuvieron que ponerse a votación. Arrio perdió, y el castigo
 que pagó por perder fue que su nombre se despreciara como un sinónimo 
de maldad bajo la designación de la Herejía Arriana.
La
 herejía era una acusación que los grupos cristianos se lanzaban entre 
sí con facilidad aunque de manera imprecisa, pero después de que 
Constantino asumió el control, su significado se hizo tan claro como el
 cristal. En esencia, la verdad sólo sería lo que el emperador decía que
 era; el resto era herejía, el trabajo del diablo. Muchas escrituras 
quedaron fuera de la ley, y la aplicación de la etiqueta gnóstica, las 
apartaba con eficacia del credo del cristianismo, hoy día estrechamente 
definido.
Es
 interesante que uno de los documentos más importantes que no pudo salir
 del Consejo de Nicea fuera la Donación de Constantino, la cual se 
descubrió en el siglo XVIII y que pretendía ser las instrucciones de 
Constantino de que la Iglesia de Roma debía tener autoridad absoluta en 
asuntos seculares porque San Pedro, el sucesor de Jesús como líder de la
 Iglesia, le había otorgado dicha autoridad al obispo de Roma. En la 
actualidad se sabe en todo el mundo que se trataba de una mala 
falsificación, a pesar de lo cual la Iglesia Católica Romana aún
 se aferra a los derechos que el dudoso documento le confiere. En este 
sentido también podríamos mencionar que la afirmación de que Pedro le 
dio al Papa las llaves del Cielo es otra falsedad deliberada con la 
intención de sostener las demandas de la Iglesia romana. Está claro por 
los Hechos de los Apóstoles y las Cartas de Pablo, que Santiago, hermano
 menor de Jesús, asumió el papel de liderazgo de la Iglesia de 
Jerusalén. También es interesante notar que, según Eusebio, el Padre de 
la Iglesia, los primeros diez obispos de la Iglesia de Jerusalén eran 
todos judíos circuncisos, seguían las leyes alimenticias judías, usaban 
la liturgia judía para sus oraciones diarias y sólo reconocían los 
sabats y festivales judíos, incluido el Día de Expiación. Esta última 
observación demuestra con claridad que no consideraban la muerte de 
Jesús como el perdón de sus pecados.
Por
 sobre todos los demás, Constantino hizo un espléndido trabajo para 
usurpar la teología judía. Aunque en efecto fue el arquitecto de la 
Iglesia, nunca se convirtió pero su madre, la emperatriz Helena, sí lo 
hizo. Helena quería que todos los sitios sagrados fueran identificados y
 marcados adecuadamente con una iglesia u otro templo, por lo que mandó 
equipos de investigadores que tenían instrucciones de no regresar hasta
 que hubieran descubierto cada lugar y artefacto santo, desde la zarza 
ardiente de Moisés hasta la misma Cruz Auténtica.
Como
 era debido, en Jerusalén, bajo el templo de Júpiter, se encontró la 
tumba de Cristo y a poca distancia se identificó el sitio de la 
crucifixión. Se localizó y marcó con una estrella el lugar exacto en el 
que María Magdalena estaba cuando escuchó las buenas noticias de la 
resurrección; todo esto trescientos años después de los acontecimientos y
 doscientos cincuenta años después de que los romanos destruyeron la 
ciudad. Por una coincidencia milagrosa, fue la misma Helena la que se 
tropezó con la Cruz Auténtica, incluso con la placa de Poncio Pilato, 
inscrita con las palabras "Rey de los judíos".
La emperatriz fundó iglesias en el Monte de los Olivos,
 marcando el sitio en el que Cristo ascendió al Cielo, y en el supuesto
 lugar de su nacimiento en Belén. No podemos evitar pensar que Helena 
halló lo que quería encontrar. Uno de los sitios identificados fue el 
lugar exacto donde Dios habló con Moisés desde la zarza ardiente encima 
del Monte Horeb en el desierto del Sinaí, donde en la actualidad se 
ubica el monasterio de Santa Catalina.
Una
 vez que la familia imperial se percató del valor práctico del 
cristianismo, con seguridad se lanzó a celebrar las leyendas del nuevo 
culto.
VERDAD ENTRE LAS HEREJÌAS.
La primera
 Iglesia Romana se dio a la tarea de destruir todo lo que no 
satisficiera los requisitos del dogma. La verdad no importaba; lo que la
 Iglesia quería que fuera verdad, lo era, y todo lo que lo contradijera 
era desechado. Hasta hace poco no se sabía casi nada acerca de Cristo 
Jesús, además de la escasa información que se da en el Nuevo 
Testamento. Es extraño cómo un hombre que es la base de la principal 
religión del mundo occidental pudo haber dejado tan pocos rastros En 
ocasiones es posible probar la existencia de una figura histórica por 
las cosas negativas que sus enemigos dicen de ella y, sin embargo, no se
 menciona a Jesús en fuentes como las escrituras de Josefo, el 
historiador de los judíos del siglo I, aparte, claro, de un texto 
recién descubierto conocido como el Josefo Eslavo, al cual regresaremos
 más adelante La casi total ausencia de referencias a Jesús se debe a 
los cuchillos de los censores, pero por fortuna no tuvieron un éxito 
completo, como lo demostrara el Josefo Eslavo, escondido por mucho 
tiempo
La
 Iglesia romanizada destruyó toda evidencia que retratara a su salvador 
como un mortal más que como un dios. En uno de los más grandes actos de 
vandalismo, los cristianos quemaron la biblioteca de Alejandría en 
Egipto porque contenía demasiada información acerca de la verdadera 
Iglesia de Jerusalén. Al hacerlo destruyeron la colección de textos 
antiguos más formidable que el mundo haya visto. Por suerte, al final, 
su tarea resultó imposible ya que no podían eliminar todos los rastros 
de evidencia De aquí, las revelaciones de los Evangelios Gnósticos y los
 notables Rollos del Mar Muerto Es más, los escritos de los padres 
fundadores de la Iglesia oficial dicen mucho, sin que sea su intención,
 sobre la gente y los pensamientos que intentaban destruir Además, las 
obras de los primeros pensadores cristianos escaparon algunas veces de 
los censores porque se creía que eran inofensivas, aunque, de hecho, sus
 palabras pueden decirnos bastante
Una
 de estas piezas informativas salió de la pluma de Clemente de 
Alejandría, prominente pensador cristiano del siglo II. Se le 
consideraba bastante gnóstico en cuanto a su perspectiva pero, por lo 
general, no se destruía su trabajo por considerarlo aceptable. Pudo 
salvarse una carta que le escribiera a un desconocido con el nombre de 
Teodoro, en la que dice:
......Hiciste
 bien en acallar las indecibles enseñanzas de los carpocrasianos. ya que
 son las estrellas errantes a las que se refieren las profecías y vagan 
desde el sendero estrecho de los mandamientos hasta el abismo 
insondable de los pecados carnales y corporales. Porque, 
enorgulleciéndose de su conocimiento, como dicen, de las profundidades 
de Satanás, no saben que se están condenando a sí mismos al otro mundo 
de la oscuridad de la falsedad y, alardeando acerca de su libertad, se 
han convertido en esclavos de deseos serviles. Estas (personas) habrán 
de oponerse por completo y de todas maneras. Porque, incluso si dijeran
 alguna verdad, aquel que ama la verdad no debe, aun así, estar de 
acuerdo con ellos. Porque no todo lo verdadero [cosas] es la verdad, ni 
debería preferirse esa verdad que parece [meramente] verdadera de 
acuerdo con las opiniones humanas, a la verdadera verdad, que va de 
acuerdo con la fe.
Ahora
 que las [cosas] que ellos continúan diciendo acerca del Evangelio según
 Marcos inspirado de forma divina, algunas son falsificaciones del todo,
 y otras, si bien tienen algunas [partes] verdaderas, no obstante no se
 informan verdaderamente. Ya que las [cosas] verdaderas, estando 
mezcladas con invenciones, son falseadas, de tal forma que, como [dice] 
el dicho, incluso la sal pierde su sabor. [En cuanto a] Marcos, 
entonces, durante la estancia de Pedro en Roma escribió [un registro] 
de las obras del Señor, sin embargo, no declarando todo, ni siquiera 
dando pistas de las secretas [obras], sino seleccionando aquellas que 
consideró más útiles para aumentar la fe de aquellos que estaban siendo 
instruidos.
Pero cuando Pedro murió como mártir, Marcos vino a Alejandría,
 trayendo consigo tanto sus notas como las de Pedro, de las cuales 
transfirió a su libro anterior las cosas adecuadas para avanzar hacia 
el conocimiento [gnosis]. [De tal manera] compuso un Evangelio más 
espiritual para el uso de quienes estaban siendo perfeccionados. Aun 
así, no divulgó las cosas que no deben pronunciarse, ni escribió las 
enseñanzas hieropánticas del Señor, sino que a historias ya escritas les
 añadió otras y, más aún, incluyó ciertos dichos de los cuales sabía 
que la interpretación, como mistagogo, conduciría a los oyentes al 
santuario más interior de esa verdad escondida por los siete .Así, en 
suma, él preparó previamente las materias, ni de mala gana ni de manera
 incauta, en mi opinión, y, al morir, dejó su composición a la iglesia 
de Alejandría, donde todavía se guarda con el mayor cuidado, siendo 
leída sólo por aquellos que se inician en los grandes misterios.
Pero
 como los sucios demonios siempre están maquinando la destrucción de la 
raza de los hombres, Carpócrates, instruido por ellos y haciendo uso de 
artes engañosas, esclavizó de tal manera a cierto presbítero de la 
iglesia de Alejandría, que obtuvo de él una copia del Evangelio secreto,
 el cual interpretó de acuerdo con sus doctrinas blasfemas y carnales y,
 además, lo contaminó mezclando las palabras santas e inmaculadas con 
mentiras totalmente descaradas. De esta mezcla se ha extraído la 
enseñanza de los carpocrasianos.
Ante ellos, por lo tanto, como dije antes,
 uno nunca debe ceder, ni cuando exponen sus falsificaciones, debe 
conceder que el Evangelio secreto es de Marcos, sino que debe incluso 
negarlo bajo juramento. Ya que, "No todas las [cosas] verdaderas deben decirse a todos los hombres". Por esta [razón] la Sabiduría de Dios, a través de Salomón, nos advierte. "Respóndele al tonto de acuerdo con sus tonterías", enseñando que la luz de la verdad debe esconderse de aquellos que están ciegos mentalmente. De nuevo dice: "De aquel que lo tiene no será arrebatado", y "Deja que el tonto se despierte en la oscuridad".
 Pero nosotros somos hijos de la luz, habiendo sido iluminados por la 
aurora del Espíritu del Señor en lo alto, y Donde el Espíritu del Señor
 está, dice, hay libertad, porque todas las cosas son puras para los 
puros.
Por
 lo tanto, a ti, no dudaré en responder las preguntas que has hecho, 
refutando las falsificaciones con las mismas palabras del Evangelio. Por
 ejemplo, después de "Y estaban en el camino hacia Jerusalén", y lo que sigue, hasta "después de tres días él se levantará", [el Evangelio secreto] expone lo siguiente [material] palabra por palabra: "Y
 vinieron a Betania, y cierta mujer, cuyo hermano había muerto, estaba 
ahí. Y, viniendo, se postró ante Jesús y le dijo:'Hijo de David, ten 
misericordia de mí'. Pero los discípulos la increparon. Y Jesús, 
enojado, fue con ella al jardín donde estaba la tumba, y en ese momento 
un gran grito se escuchó desde la tumba. Y acercándose, Jesús apartó la
 piedra de la puerta de la tumba. Y de inmediato,-yendo hacia donde 
estaba el joven, le dio la mano y lo levantó, sosteniendo su mano. Pero 
el joven, merándolo, lo amó y comenzó a suplicarle estar con él. Y 
saliendo de la tumba entraron a la casa del joven, ya que era rico. Y 
después de seis días Jesús le dijo qué hacer y en la tarde el joven vino
 a él, con una túnica de lino sobre [su] [cuerpo] desnudo. Y se quedó 
con él esa noche, porque Jesús le enseñó los misterios del reino de 
Dios. Y de ahí, levantándose, regresó al otro lado del Jordán".
Después de estas [palabras] el texto sigue: "Y Santiago y Juan vienen a él" y toda esa sección excepto "[hombre] desnudo con [hombre] desnudo" y las otras cosas acerca de las cuales me escribiste no se encuentran.
Y después de las [palabras] "Y viene a Jericó" [el Evangelio secreto], sólo añade "Y la hermana del joven que Jesús amó y su madre y Salomé estaban ahí, y Jesús no los recibió" Pero las muchas otras [cosas acerca de las] que me escribiste parecen ser y son falsificaciones.
Ahora la verdadera explicación y aquella que va de acuerdo con la verdadera filosofía . 10
Aquí la carta termina a media página
Esta
 referencia a un Evangelio secreto, y lo que es más importante, a una 
ceremonia interna secreta conducida por el mismo Jesús, es un gran 
hallazgo ¿Podría ser verdad?, nos preguntamos. Clemente pudo haber 
estado equivocado, pero eso no parecía probable. Entonces, la carta 
podía haber sido una falsificación; pero si era así, ¿por qué? No 
podíamos imaginar qué motivo pudo haber tenido alguien para falsificarla
 hace tanto tiempo. Regresando a la esencia de la carta, pensamos que 
hay una fuerte similitud entre la referencia al joven hombre desnudo 
excepto por una túnica de lino y el inexplicable incidente al momento 
del arresto de Jesús en Getsemaní, como se describió en Marcos 
14:51-52:
Pero cierto joven le seguía, cubierto el cuerpo con una túnica, y le prendieron, mas él, dejando la túnica, huyó desnudo
Los
 carpocrasianos eran una antigua secta cristiana particularmente 
desagradable que creía que el pecado era un medio de salvación y la 
implicación acerca de dos hombres desnudos pudo haber sido una 
desviación deliberada de los acontecimientos para justificar su propio 
extraño comportamiento. El contenido de la carta parece real, dado el 
suceso narrado en el Evangelio de Marcos. De nuevo, hay paralelismos con
 la masonería: nos recuerda las ceremonias masónicas en las que el 
candidato se viste sólo de lino blanco, y, por supuesto, en un inicio la
 túnica de los templarios era de lino blanco.
Si
 un cristiano del siglo II tenía conocimiento de las ceremonias 
secretas que llevaban a cabo Jesús el Cristo y sus seguidores, casi 
esperaríamos que tal persona fuera de Alejandría, que tenía grandes 
conexiones con la primera Iglesia de Jerusalén. Dado el contenido 
dramático de la carta, quisimos estudiar los tratados de Clemente que 
aún sobrevivían, aunque es muy posible que hayan sido modificados por 
censores cristianos posteriores. En un pequeño trabajo titulado "Los misterios de la fe que no deben ser divulgados a todos" indica que el conocimiento no se pone a disposición de todos.
Los sabios no pronuncian con la boca lo que razonan en consejo. "Pero lo que oigas al oído", dice el Señor, "proclámalo en las casas",
 comprometiéndolos a recibir las tradiciones secretas del verdadero 
conocimiento y expandirlas por los aires y de manera visible, y como 
hemos escuchado al oído, así lo entregaremos a quien sea requerido, pero
 no nos regocijaremos en comunicarles a todos sin distinción, lo que se 
les dice en parábolas
Esto
 sugiere que había una tradición secreta y que está, al menos en parte,
 incluida en la Biblia, escrita de tal manera que los no iniciados 
aceptarían la parábola en forma literal, en tanto que los informados 
discernirían algo mucho más importante y significativo Clemente sólo 
podía referirse a partes del Nuevo Testamento que por lo general no se 
consideran parábolas, porque parábolas tan obvias como la del Buen 
Samaritano no son nada más que lecciones de moralidad. En tal caso, 
¿podría haber un significado oculto en las partes más extrañas de la 
historia de Jesucristo, que son tomadas por los cristianos modernos como
 verdades literales? Episodios como aquel en que Cristo convierte el 
agua en vino o resucita a los muertos, ¿esconden un mensaje críptico 
detrás de los actos imposibles a los que parecen referirse'' Empezamos a interesarnos tanto en los detalles de las escrituras bíblicas como en los textos masónicos.
Leyendo la obra atribuida a otro cristiano del siglo II, Hipólito, títulada The Refutation of All Heresies (La
 refutación de todas las herejías), encontramos reportes fascinantes de 
una secta herética que identifica como los naasenos, quienes decían 
tener creencias heredadas de Santiago, el hermano del Señor por 
Mariamne. Se supone que consideraban el coito entre mujeres y hombres 
como una práctica malvada y sucia, mientras que bañarse en agua dadora 
de vida era algo espléndido. Hipólito continúa:
Aseguran,
 entonces, que los egipcios, quienes, está dicho, después de los frigios
 son los más antiguos de todos los hombres, y quienes confiesan fueron 
los primeros en proclamar al resto de los hombres los ritos y orgías de,
 al mismo tiempo, todos los Dioses, así como las especies [de cosas] 
.tienen los sagrados y augustos, y para aquellos que no están iniciados,
 indecibles misterios de Isis. Éstos, sin embargo, no son nada más que 
lo que buscaba ella de los siete velos y ropas y era arrebatado, a 
decir, la vulva de Osiris. Y dicen que Osiris es agua. Pero la 
naturaleza de los siete velos, estaba rodeada con siete mantas de 
textura etérea (pues así llaman a las estrellas planetarias, haciendo 
la alegoría y denominándolas [velos] etéreos, porque era la generación 
mutable, y se exhibe como la criatura transformada por el inefable e 
indescriptible, inconcebible y sin figura. Y esto, dicen [los naasenos],
 es lo que se declara en las escrituras:"El justo caerá siete veces, y 
se levantará de nuevo". Porque estas caídas, dice, son los cambios de 
las estrellas, movidas por Aquel que pone a las estrellas en movimiento.
Muchas
 cosas nos daban vueltas en la cabeza mientras leíamos este pasaje. El 
término naaseno es uno más para "nazareno", el nombre adoptado por los 
seguidores originales de Jesús que formaron la Iglesia de Jerusalén. La 
descripción del disgusto por el contacto sexual con las mujeres y el 
importante papel de la limpieza también encaja a la perfección con lo 
que ahora sabemos sobre la comunidad esenia de Qumran, que elaboró los 
Rollos del Mar Muerto. La fijación con el número siete se ajusta de 
manera interesante a la referencia en la carta de Clemente al santuario 
más interior de esa verdad oculta por los siete. Para nosotros, todo en 
conjunto tenía un fuerte tinte masónico; aunque entonces no pudimos 
identificar la conexión, más tarde se aclaró cuando pasamos por el 
ritual del Grado de Arco Real de la Francmasonería.
UN VÌNCULO CLARO ENTRE JESÙS Y LOS TEMPLARIOS.
Por
 las evidencias disponibles, estábamos ya convencidos de que, en un 
principio, a Jesús y sus seguidores se les llamaba nasoreanos (o 
nazarenos), pero era importante entender lo que esta designación 
significaba y considerar por qué dejó de utilizarse. Al mismo Jesús se 
le ha dado el título en Mateo 2:23:
...
 y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se 
cumpliese lo que fue dicho por los profetas, que habría de ser llamado 
nazareno
Esto
 parece indicar que el Evangelio de Mateo fue escrito por alguien muy 
apartado de la verdadera Iglesia, o, lo que es más probable, que fue 
añadido en una fecha posterior por alguien que quería arreglar algunos 
cabos sueltos poco atractivos. Pensamos que decir que Jesús tenía la 
obligación de ir y vivir en un lugar en particular sólo porque un 
antiguo adivinador lo había dicho, era una dolorosa maniobra lógica. Lo 
que es más, un error importante en la aseveración del Nuevo Testamento 
de que la gente llamaba a su salvador Jesús de Nazaret, es que 
existe evidencia de que Nazaret sencillamente no existía en los tiempos
 de Jesús. No hay registros históricos que se refieran a esa ciudad que 
antecedan a las menciones en los Evangelios, lo cual constituye una 
situación única, ya que los romanos llevaban excelentes registros de 
todo su imperio. El término que se usaba de hecho era "Jesús el Nazareno",
 porque era un miembro mayor de un movimiento que llevaba ese nombre. El
 Nuevo Testamento sitúa las primeras actividades de Jesús alrededor del 
Mar de Galilea y su supuesto cambio a Cafarnaún, descrito en Mateo 4:13,
 fue tan sólo una corrección necesaria para readecuar la historia.11
La
 redacción nos llamó la atención: implica que Jesús era un miembro de la
 secta nazarena, lo que sugiere con fuerza que no era necesariamente su 
líder original. Parece que Jesús pudo no haber sido el fundador de la 
Iglesia.
Estaba
 claro que los nazarenos serían muy importantes en la historia que 
empezaba a descubrirse ante nuestros ojos. Y luego encontramos una clave
 importante en una fuente inesperada: mientras visitaba el Sinaí, Chris,
 buzo empedernido, aprovechó la oportunidad de bucear en los arrecifes 
de coral del Mar Rojo, que sabía por experiencias pasadas eran los 
mejores del mundo.
La
 visibilidad submarina alrededor de Sharm el Sheik en Egipto suele ser 
excelente, pero cierto día bajó de manera drástica debido al 
florecimiento anual de esporas de los corales. Esto enturbió el agua y 
en algunos lugares la visibilidad se redujo a uno o dos metros. Chris 
cuenta la historia:
"Sabía
 que no todo eran malas noticias, ya que el plancton había atraído a 
criaturas tan maravillosas como las mantarrayas, que buscaban aprovechar
 el repentino exceso de alimento Eran alrededor de las diez de la mañana
 cuando salté de la cubierta delApuhara (un velero egipcio que 
antes fuera un rompehielos suizo), toda de acero y me sumergí unos 
treinta metros rumbo el lecho multicolor del mar.
"Me
 dirigí hacia la punta, saliendo poco a poco conforme el agua se hacía 
cada vez menos profunda y me daba espacio suficiente para bucear seguro
 sin sufrir una descompresión de nitrógeno.
 Cerca de los nueve metros entré en una gran nube de plancton animal y 
perdí por completo de vista a mi compañero, por lo que retrocedí hacia 
el área más clara Tan pronto se restableció mi visión me di cuenta de 
que una mantarraya gigante venía hacia mí, con la boca abierta, tomando 
toneladas de agua para filtrar su comida matutina. Se detuvo justo a 
unos doce pies frente a mí y flotó inmóvil como un ovni. Tenía
 más de seis metros de ancho y yo, moviendo la cabeza de un lado a otro 
para poder apreciar todo el esplendor de la magnífica criatura, me llené
 de temor y excitación. De repente, sin hacer ningún movimiento visible 
con sus aletas, se alejó por la izquierda; entonces vi a dos mantas más
 pequeñas que la seguían para aprovechar el alimento que dejaba a su 
paso.
"Califiqué
 éste como uno de mis mejores episodios de buceo y, tan pronto como 
regresé a la cubierta, le pregunté a Ehab, el amigable y por lo general 
conocedor guía árabe, el nombre del lugar y me dijo que se llamaba Ras 
Nasrani Le pregunté qué significaba la palabra y me contestó que Ras se traducía sencillamente como señalar o encabezar y Nasrani era
 una palabra que se usaba para describir a muchos peces pequeños Le 
pregunté qué tipo de peces y me respondió que son tan sólo peces 
pequeños ordinarios, cuando hay muchos de ellos juntos
"Unos
 días después, en el monasterio de Santa Catalina, escuché a un árabe 
describir a los cristianos exactamente con la misma palabra, nasrani, y
 al preguntar, descubrí que ésta es la palabra árabe normal para 
describir a los seguidores del importante profeta llamado Jesús."
El
 significado literal de inmediato hizo eco en nuestra mente y de pronto
 adquirió mucho significado. ¿Podría ser éste el significado simple del 
término?, es decir, en los primeros tiempos, ¿eran los cristianos los 
peces pequeños?
Esto
 podría basarse en la imaginería del pescador de hombres que la Iglesia
 le atribuye a Cristo, más probablemente se basa en la antigua 
asociación del sacerdote y el pez. Los miembros de la secta esenia eran
 todos como sacerdotes en cuanto a sus devociones y obediencia de la ley
 y se bañaban en agua en cada oportunidad, lo que también pudo 
haber sido una buena razón para usar el término Esta teoría encaja con 
el hecho de que los miembros de la secta nazarena iban por todos los 
lugares santos de la primera era cristiana y marcaban sus lugares 
sagrados con dos arcos que formaban el famoso signo del pez. Es 
interesante notar que el símbolo de la organización en un inicio era un 
pez y no una cruz, indicando que la ejecución de Jesús no era tan 
importante en aquellos tiempos.
También
 podría ser que Pedro y Juan fueran miembros de alta categoría de la 
secta nazarena quienes reclutaron a otros y por lo tanto se dieron a 
conocer como pescadores, en reconocimiento a sus actividades de 
reclutamiento más que como una referencia literal a su oficio Esto 
tendría mucho sentido porque la zona del Mar Muerto no tiene peces 
reales, por tanto, para dar a una lectura literal algo de validez, los 
autores posteriores del Nuevo Testamento tuvieron que cambiar los 
orígenes de estos pescadores al Mar de Galilea —repleto de peces—, para 
resolver esta contradicción.
Una investigación más profunda mostró que el adjetivo nazóraios se
 ha identificado como un término muy antiguo que usaban los ajenos a la 
secta para describir al grupo que más tarde se conocería como 
cristianos. Epifanio habla de un grupo previo a los cristianos llamado 
los nasaraioi, quienes, como varios académicos, entre ellos Lidzbarski,
 han sugerido, eran originalmente la secta de donde salió la figura de 
Jesús (y por lo tanto la Iglesia). Esto, de nuevo, sugiere que Jesús 
bien pudo haber sido sólo un miembro y no un fundador
No
 teníamos la menor duda con respecto a dos cosas: Jesús no venía del 
pueblo de Nazaret; más bien, era miembro de la secta nazarena cuyos 
miembros casi con certeza se consideraban a sí mismos peces.
El
 descubrimiento tenía tanta lógica que analizamos la mayor información 
posible, buscando cada pequeño rastro que pudiera darnos más claves 
sobre una hipótesis tan prometedora. Varios datos resultaron 
intrigantes, pero nos asombró sobremanera descubrir que la secta 
nazarena nunca murió del todo: sobrevive aún en el sur de Irak como 
parte de la gran secta mandeana, cuyos miembros remontan su herencia 
religiosa no a Jesús, sino a Yahia Yuhana, mejor conocido para los 
cristianos como Juan el Bautista (véase la figura 5). Su literatura 
utiliza una palabra similar, natzoraje, para describirse a sí 
mismos. Creen que Yshu Mshiha (Jesús) era un nazareno hereje y rebelde 
que traicionó las doctrinas secretas que se le habían confiado. Nos 
preguntamos cuáles serían los secretos que pudo haber poseído y a quién
 se los había confiado. Las respuestas posibles no estaban muy lejos.
No sabíamos mucho sobre los mandeanos y, al investigarlos, quedamos maravillados con la siguiente declaración:
Los
 mandeanos, una pequeña pero tenaz comunidad que habita en Irak, siguen 
una antigua forma de gnosticismo, que practica la iniciación, el éxtasis
 y algunos rituales que se dice recuerdan a los de los francmasones 12
Ahí
 estaba: un grupo que descendía directamente de la Iglesia original de 
Jerusalén y que se identificaba con los rituales masónicos desde el 
principio. ¿Era posible que el secreto que Jesús supuestamente traicionó
 haya sido un secreto al estilo masónico? Parecía increíble. Éste tenía 
que ser el principio de algo muy importante, algo que se confirmó cuando
 descubrimos que los mandeanos de hoy llaman nazarenos a sus 
sacerdotes. Nos fascinó saber que esta gente tomó su nombre de la 
palabra manda, que significa conocimiento secreto, y muy pronto 
encontramos evidencia de posibles conexiones con la francmasonería. 
Los mandeanos utilizan un ritual de saludo que se llama kushta y 
consiste en un apretón de manos que se les da a los candidatos de la 
ceremonia, y significa rectitud o hacer las cosas correctas. 
Consideramos que ésta es una idea muy masónica. Otro aspecto de su 
ritual que parecía tener visos masónicos es el hecho de que los 
mandeanos dicen una oración en silencio cuando se considera que sus 
iniciados están ritualmente muertos, de la misma forma que las palabras 
más secretas de la francmasonería son susurradas al oído del candidato a
 Maestro Masón cuando es levantado de su tumba ritual. Esto más 
adelante nos daría un vínculo muy importante entre el antiguo pasado y 
la francmasonería moderna.
LA ESTRELLA DE LOS MANDEANOS.
Chris
 empezó a estudiar más de cerca las creencias y rituales de este notable
 fósil teológico de una cultura que se remonta a los tiempos de Jesús, y
 dio con algunas palabras que nos llevarían a desenredar la historia.
Josefo,
 el historiador de los judíos durante el siglo I, observó que los 
esenios creían que almas buenas habitaban más allá del océano, en una 
región que no era azotada por las tormentas de lluvia o nieve, ni por el
 intenso calor, sino refrescada por la suave respiración del viento del
 oeste que de manera perpetua sopla del océano. Esta tierra idílica del
 otro lado del mar y al oeste (o a veces al norte), es una creencia 
común en muchas culturas, de los judíos a los griegos y a los celtas. 
Los mandeanos, sin embargo, creen que los habitantes de esta tierra 
lejana son tan puros que los ojos mortales no los verán y que este lugar
 está marcado por una estrella, cuyo nombre es Menea.
Una
 tierra al otro lado del océano; un lugar perfecto marcado por una 
estrella conocida como Merica... o tal vez, ¿A-mérica? Sabíamos que la 
estrella matutina era importante para los nazarenos y que la estrella de
 la tarde, la del oeste, es el mismo cuerpo celeste, el planeta Venus.
Como
 encontraríamos más adelante con gran detalle en nuestras 
investigaciones, los Estados Unidos de América fueron creados por 
francmasones y su constitución se basa en los principios masónicos, y, 
como ya sabíamos, la estrella matutina es aquella hacia la que todo 
nuevo Maestro Masón debe mirar. La estrella como símbolo siempre ha sido
 importante para Estados Unidos.
De
 inmediato nuestras mentes se volvieron al ritual masónico y al cierre 
de la reunión de la logia, cuando el Maestro Venerable les hace las 
siguientes preguntas al Primer y Segundo Vigilante-
Hermano Primer Vigilante, ¿hacia dónde diriges tus pasos? Hacia el oeste, Maestro Venerable
Hermano
 Segundo Vigilante, ¿por qué dejar el este para ir al oeste? En busca de
 lo que se ha perdido, Maestro Venerable Hermano Primer Vigilante, ¿qué 
es lo que se ha perdido? 
Los secretos genuinos de un Maestro Masón, Maestro Venerable
Estos vínculos podrían ser coincidencias, pero nos parece que son demasiadas coincidencias simultáneas.
LA ESTRELLA DE AMÈRICA.
Puede
 parecer una desviación extraña cuando se está investigando sobre 
Jerusalén en los tiempos de Jesús, pero el origen del nombre América es 
un importante resultado lateral de nuestros estudios. Creemos que uno 
de los problemas de la investigación histórica tradicional es que los 
expertos han trabajado con paquetes individuales de historia como si 
ciertos conjuntos significativos de circunstancias sólo se dieran en una
 fecha dada para que nosotros los etiquetáramos y observáramos. Los 
investigadores serios aprecian cada vez más que hay fuertes e 
inesperados vínculos entre toda clase de acontecimientos que antes 
parecían no estar relacionados.
Sabíamos
 que los mandeanos eran los descendientes directos de los nazarenos, a 
quienes, a su vez, identificamos como pertenecientes al mismo grupo que 
los qumranos, el pueblo que enterró sus pergaminos secretos bajo del 
Templo de Herodes. Es lógico que, si los padres de los antecesores de 
los mandeanos fueron los autores de los pergaminos que los templarios 
desenterraron, la tierra mística bajo la estrella llamada Merica 
debería estar registrada en sus escrituras secretas. En resumen, era 
posible que los templarios se hayan enterado por medio de los 
pergaminos de una tierra maravillosa bajo la brillante estrella 
solitaria, Merica, y, de ser así, hay grandes posibilidades de que hayan
 navegado hacia el oeste para encontrarla.
Popularmente
 se cree que el continente América tomó su nombre del nombre cristiano 
de Américo Vespucio, un rico vendedor de barcos de Sevilla que no llegó
 al Nuevo Mundo hasta 1499, siete años después que Colón Ahora se acepta
 el hecho de que muchos europeos y asiáticos arribaron al continente 
mucho tiempo antes que las famosas expediciones subsidiadas por los 
españoles Quizá los descendientes de los templarios estuvieron 
involucrados en darle nombre al nuevo continente; quizá ellos mismos 
fueron en busca de la tierra bajo la estrella vespertina, de la cual 
sabían por sus descubrimientos que se llamaba Merica.
Los
 barcos templarios se construían para resistir una variedad de 
condiciones, incluyendo las tormentas de la Bahía de Vizcaya y su 
sistema de navegación, mediante compases de imanes y mapas 
astrológicos, estaba lejos de ser rudimentario. Un viaje trasatlántico 
no sólo era posible; si sabían de la tierra de la estrella matutina, la 
tierra de Merica, también tenían el motivo perfecto tanto para hallar 
el Nuevo Mundo como para dejar el Viejo, sobrevivir, ya que su orden 
había sido acusada de hereje en 1307.
A
 la luz de esta nueva evidencia, Chris pensó que era razonable 
especular que algunos de los templarios navegaron rumbo al oeste, hacia 
lo desconocido, ondeando su bandera marítima de batalla, la calavera con
 los huesos cruzados. Entonces encontraron la tierra de la estrella del
 oeste, ciento ochenta y cinco años antes que Colón. La idea parecía 
tener mucho sentido, pero la evidencia todavía era en gran parte 
circunstancial.
Chris
 había estado trabajando en la interpretación de las complejidades de 
los cultos del siglo I d.C., y cuando se le ocurrió que podría haber 
una conexión entre Merica y América, creyó que podía ser significativo, 
aunque sabía de la falta de pruebas. Chris dice al respecto:
"Recuerdo
 que estaba seguro de que en nuestra siguiente reunión Robert se 
emocionaría ante la posibilidad de que el nombre del continente 
americano tuviera un origen nazareno
 No lo mencioné en absoluto y esperé a que leyera mi borrador del 
capítulo. Metió mi disquete en la computadora y empezó a leer, cuando 
llegó a la sección importante, su reacción fue un silencio absoluto. Me 
sentí en verdad decepcionado; si  Robert no encontraba estas hipótesis 
interesantes, nadie lo haría. 
"Robert
 se levantó y, murmurando entre dientes, empezó a buscar entre las pilas
 de libros que llenaban cada rincón del piso de su estudio. Lanzó una 
exclamación cuando varios volúmenes de la History of Freemasonry de Gould cayeron y sonrió sacando de en medio un libro nuevo y brillante.
"Hojeó las páginas del mapa de carreteras AA de las Islas Británicas y señaló con el índice la región general de Escocia.
"'¿Se te antoja un paseo?', me preguntó.
"'¿Qué estás señalando?', le pregunté, tratando de no verme muy desanimado.'¿Edimburgo?'
"No. Sólo unos kilómetros al sur, la villa de Roslin.. Las ruinas de la Capilla de Rosslyn.'
"Dos días después partimos para Edimburgo y Robert aún no me había explicado la razón.
 Desde el principio de nuestro trabajo nos dividimos la responsabilidad 
aproximadamente en el periodo templario: Robert se concentraría en los 
sucesos ocurridos a partir del Siglo xiii y
 yo en todo lo anterior. Justo en el momento en el que yo investigaba el
 siglo I d.C. en Jerusalén, Robert estudiaba el siglo XIV en Escocia. 
Visitas previas al otro lado de la frontera ya habían revelado un gran 
número de tumbas masónicas y templarías, que nos demostraron la 
importancia de este país en el desarrollo de la francmasonería. ¿Qué 
más habría encontrado Robert?
"Utilizamos el tiempo del viaje para hablar de diversas áreas de nuestro trabajo general pero,
 conforme nos acercamos a la frontera escocesa de Gretna, me impacienté y
 le insistí a Robert que me explicara cuál era nuestra misión
"'Muy
 bien', me dijo, con una sonrisa. 'Sabes que he estado examinando la 
historia de la familia Sinclair y la capilla que William St. Clair 
construyó en lo que es ahora la villa de Roslin.'
"'Sí', respondí con rapidez, para indicarle que fuera al grano.
"'Bueno, no me percaté al leerlo por primera vez, pero hay algo muy extraño acerca de la Capilla Rosslyn que encaja con tu idea de Merica.' Robert continuó, habiendo capturado toda mi atención: 'Toda la construcción
 está decorada por dentro con tallados de importancia masónica... y 
botánica. Arcos, dinteles, bases de columnas y similares están cubiertos
 en su mayoría con motivos de plantas decorativos y muy detallados, 
representando muchas especies diferentes.'
"Todo ello era fascinante, pero todavía no estaba clara su conexión con mi descubrimiento sobre los mandeanos.
"'El punto es...', Robert dudó para crear suspenso y que esas plantas incluyen cactus de zabila y mazorcas de maíz.'
"La importancia de su información pasó por mi mente durante unos segundos y le pregunté:'¿En qué fecha dices que fue construida la capilla?'
"'Ése es exactamente el punto',
 dijo Robert, palmeándose la rodilla. 'La construcción se inició en 1441
 y se terminó cuarenta y cinco años después, en 1486. Calculo que esos 
tallados deben haber estado en su lugar... mmm, no después de 1470.'
"'Recuérdame, ¿cuándo fue exactamente que Colón descubrió América?', necesitaba confirmar lo que mi memoria me decía.
"'Llegó a las Bahamas en 1492, a Puerto Rico en 1493,a Cuba en 1494,
 pero nunca puso pie en el continente.' Robert continuó antes de que yo
 pudiera hacer la siguiente pregunta.' Y sí, el cactus de zabila y el 
maíz indio, o el elote como lo llaman los americanos, son ambas plantas 
del Nuevo Mundo que se supone eran desconocidas fuera del continente 
hasta transcurrida parte del siglo XVI.'
"Miré fijamente a Robert mientras daba con la conclusión inevitable: aunque Colón hubiera
 encontrado estas plantas durante su primer viaje, la Capilla de 
Rosslyn fue terminada seis años antes y, por lo tanto, los tallados de 
maíz y zabila se hicieron cuando Cristóbal Colón aún era un 
niño.Alguien más había viajado a América y traído las plantas mucho 
antes  de que Colón descubriera el Nuevo Mundo. Y la prueba está 
presente en una construcción masónica/templaría.
"Llegamos a la capilla alrededor de mediodía,
 ambos muy emocionados y honrados de estar en un lugar tan especial. 
Observamos con detenimiento la sólida piedra de arriba, un techo 
abovedado de noventa centímetros de espesor a todo lo largo del interior
 y nos maravillamos de la decoración. Paseando de un lado a otro de la 
capilla, pronto encontramos las plantas que buscábamos: las mazorcas de 
maíz arqueadas sobre una ventana en la pared del sur y los cactus de 
zabila aparecían alrededor de un dintel conectado con la misma pared 
(véanse las figuras 7 y 8). Por todos lados se apreciaban otras plantas 
reconocibles y manifestaciones del hombre verde (green man), la 
figura celta que representaba la fertilidad Se han contado más de cien 
hombres verdes, pero se cree que hay más ocultos discretamente entre la
 vegetación.
"La
 Capilla de Rosslyn es un lugar mágico y admirable, que vincula al 
cristianismo con el folclore antiguo de los celtas y la francmasonería 
templaria. Supimos con certeza que no sería nuestra última visita a este
 lugar"
Todo
 lo que habíamos descubierto acerca de los esenios/ nazarenos parecía 
exhibir asombrosos lazos con la francmasonería; la revelación 
inesperada de que en Irak todavía existe una secta que desciende de los 
mandeanos nos proporcionó más paralelismos. Una línea de búsqueda nos 
llevó de manera inesperada a una construcción en Escocia que mostraba 
una seductora imaginería francmasónica/templaría. Pero para entender a 
los nazarenos por completo, sabíamos que teníamos que retroceder lo más 
posible en el tiempo, con el fin de desenredar los hilos iniciales de 
nuestro misterio: necesitábamos averiguar dónde aparecieron por primera
 vez los elementos clave de la religión judía.
CONCLUSIÓN
Habiendo
 descubierto que los qumranos y el propio Jesús tenían fuertes lazos de
 unión con los templarios y con la francmasonería, ahora queríamos 
saber el origen de sus creencias y rituales. El pueblo qumrano era una 
destilación de todo lo que podría describirse como judío, pero, aun 
así, era obvio que su estructura y sistema de creencias contenían más 
de lo que puede atribuirse al Antiguo Testamento.
Una
 vez más, no sabíamos cuál sería el siguiente paso en nuestra 
investigación. Justo cuando habíamos regresado a la época de Jesús, con 
la esperanza de hallar una explicación de las creencias de los 
templarios, ahora teníamos que regresar en el tiempo para reconstruir la
 teología de los judíos. Los rituales de la francmasonería pudieron 
haber sido inventados por los qumranos, pero de alguna manera estábamos 
seguros de que eran muchísimo más viejos.
Decidimos
 regresar lo más lejos posible, y entonces trabajar hacia adelante, de 
tal forma que pudiéramos entender mejor las pasiones que impulsaban las 
mentes de los qumranos.
NOTAS
1   S Mowinckel, He That Cometh
2   Norman Cohén, Cosmos, Chaos and the World to Come.
3  
 Si alguna vez hubo un verdadero mesías, sólo pudo haber sido David Ben 
Gurion, el activista sionista que se convirtió en el primer "rey "de un 
estado judío autogobernado en 1948 Su título moderno fue el de primer 
ministro y no de rey, pero el efecto fue el mismo Si podía o no reclamar ser descendiente de la línea de David no lo sabemos
4  Peake's Commentary on the Bible
5  George Wesley Buchanan, Jesús - The King and His Ktngdom.
6  M Baigent y R. Leigh,The Dead Sea Scrolls Deception
7  Carta de Allegro a de Vaux, fechada el 16 de septiembre de 1956.
8  Robert Eisenman y Michael Wise, Then Dead Sea Scrolls Uncovered.
9  Thomas Hobbes, Leviathan '
10  Morton Smith, The Secret Gospel
11  Peake's Commentary on the Bible
12  Arkon Daraul, Secret Societies.