La vida oculta del líder cubano Fidel
Castro, revelada en un libro
Luis Miguel
Pascual
París, 21 may (EFE).- "En contra de
lo que siempre dice, nunca ha renunciado al confort del capitalismo ni ha
elegido vivir con austeridad", escribe Juan Reinaldo Sánchez, que durante
17 años fue guardaespaldas de Fidel Castro y que ahora publica un libro sobre
la vida privada del líder de la revolución cubana.
Yates lujosos, una veintena de
residencias repartidas por toda la isla o partidas de caza "a lo Luis
XV", tanto en las frondosas provincias del norte como en los privilegiados
fondos marinos, son algunos de los detalles que saca a la luz "La cara
oculta de Fidel Castro", escrito junto al periodista francés Axel Gyldén y
que estará en las librerías francesas el próximo día 28.
El comandante se cuidó mucho de mantener
lejos de la vista de los cubanos su vida privada, "el secreto mejor
guardado de la Revolución", asegura Juan Reinaldo Sánchez, según los
extractos del libro que ha podido consultar Efe.
El hombre que acompañó casi a diario a
Fidel entre 1977 y 1994 describe el lujoso yate del líder, "Aquarama
II", copiado del de un allegado del régimen de Fulgencio Batista
(presidente de Cuba entre 1940-1944 y de facto en 1952-1959), con cuatro
motores, que le regaló el dirigente soviético Leónidas Breznev.
Fondeado en su puerto privado de Bahía
de Cochinos, cada paseo del barco implica todo un despliegue, que incluye otros
dos navíos, uno de ellos totalmente medicalizado, una patrullera militar y
varios aviones en alerta para evitar que el comandante sufra un atentado.
En general, el "Aquarama II"
sirve para dar agradables paseos marítimos, pero también para ir a Cayo Piedra,
una pequeña isla situada en el sureste de Cuba, un "paraíso para
millonarios" en el que Castro reposa rodeado de lujo.
"Fidel Castro ha dado a entender
que la Revolución no le dio ningún respiro, ningún placer; que ignoraba y
despreciaba el concepto burgués de vacaciones. Mentía", afirma Sánchez.
El guardaespaldas relata que él estuvo
"cientos de veces" en ese "pequeño paraíso", donde era el
encargado de escoltar al comandante durante sus numerosas batidas de caza
submarina en unos fondos marinos casi vírgenes.
En cuanto el tiempo era clemente, Fidel
y su esposa Dalia acudían casi cada fin de semana a Cayo Piedra, mientras que
en la temporada de lluvias el comandante prefería la caza del pato en la
mansión "La Deseada", situada en la provincia de Pinar del Río.
"En agosto, los Castro se
instalaban durante un mes en su isla de ensueño", desde la que el líder
acudía a La Habana en helicóptero si algún imperativo así lo exigía, añade.
Ningún cubano de a pie penetró en la
secreta isla de Castro, a la que solo un reducido grupo de privilegiados, casi
todos extranjeros, fueron invitados.
Reinaldo Sánchez recuerda al
expresidente colombiano Alfonso López Michelsen, al empresario francés Gérard
Bourgoin, conocido como el "rey del pollo", el propietario de la CNN
Ted Turner o el dictador de la República Democrática Alemana Erich Honecker.
Aunque los más habituales del lugar eran
el escritor Gabriel García Márquez y el héroe de la revolución Antonio Núñez
Jiménez.
En una de esas visitas, indica el autor,
Fidel propuso a "Gabo" lanzarse a la conquista de la presidencia
colombiana con el apoyo de Cuba, pero el escritor "prefería disfrutar de
los placeres de la vida quedándose confortablemente al margen de la
política".
Lo que no consiguió con García Márquez,
tener un peón en Colombia, lo logró años más tarde con Hugo Chávez en
Venezuela, señala Reinaldo Sánchez, quien asegura que el líder cubano
"siempre tuvo en la línea de mira el petróleo" de ese país.
"Sabía que era la clave para
financiar su sueño internacionalista de oponerse a Estados Unidos",
agrega.
"La cara oculta de Fidel
Castro" no describe solo el lujo de la vida del dictador cubano, sino que
también analiza otros aspectos de su régimen, la dinastía familiar, seguida por
la de su hermano Raúl.
El exguardaespaldas también se centra en
la costumbre que tenía Fidel de grabar a todos sus colaboradores y allegados o
su intento por extender la revolución a Nicaragua.
Reinaldo Sánchez cayó en desgracia en
1994 por pedir la retirada y la jubilación.
Fue encarcelado y, tras múltiples
peripecias, logró escapar en 2008 para reunirse con su familia en Estados
Unidos. EFE
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