Conceptos de la Virtud
El trabajo que contiene el presente
Tema, lleva como base principal los conceptos Filosóficos, que se tienen
acerca de la VIRTUD, circunstancia que nos obliga a considerarlo digno
de un detenido estudio, en relación a los preceptos Morales que
contiene, y que encontramos en los Rituales Masónicos, cuyo dogma nos
enseña infinidad de principios, que sirven de norma a las cualidades
humanas, mismas que deben definirse, de conformidad con la conducta del
hombre, dentro del seno de la Sociedad; por eso consideramos a la
VIRTUD, como una prenda simbólica de suma PERFECCIÓN, en cuyo caso,
viene siendo el prototipo del ideal que se reclama y se exige, para
estudiar y comprender los preceptos Masónicos.
Por lo tanto, es
precisamente la VIRTUD, una de las cualidades que se requieren, para que
sea admitido a iniciación el candidato, y que además, existan los
antecedentes de que sea LIBRE PENSADOR, que tenga VOLUNTAD PROPIA, así
como que sepa demostrar una DISCRECIÓN ABSOLUTA.
Estos tres
preceptos de la Etica Masónica, constituyen las principales condiciones
que nuestra Institución requiere para franquear sus puertas a los
Profanos que deseen participar de las enseñanzas impartidas por gran
número de Hombres INDEPENDIENTES que forman la Logia, puesto que es
precisamente en ese recinto en donde de una manera leal y sincera, se
adquieren los conocimientos que llevan al hombre, hasta lograr la
práctica de las VIRTUDES SOCIALES.
En consecuencia el iniciado,
desde el momento en que se le proclama entre Columnas, aprende a ahondar
pozos sin fondo a sus bajas pasiones, y a construir poderosos y fuertes
Templos dedicados a la VIRTUD, pues es así como los antiguos Romanos
consideraban y veneraban a la verdadera VIRTUD a la que concedieron a su
vez, la particularidad de ser el símbolo del VALOR, en este caso, la
representaban por medio de una Bellísima Joven cubierta con una túnica
corta, llevando en la mano derecha una Espada y en la izquierda una
Lanza, toda esta alegoría, demostraba también la adoración a lo GRANDE, a
lo BELLO y a lo FUERTE, como virtudes propias que debía practicar el
Pueblo Romano, aunque algunos Autores la hacen representativa del
SILENCIO, como una cualidad que se imponía por medio del CONVENCIMIENTO o
de la FUERZA.
Consecuentemente estas últimas explicaciones,
contrastan con las que manera consciente, se tienen de las VIRTUDES que
se enseñaban en la Teología de San Pablo, mismas que se refieren a la
FE, a la ESPERANZA y a la CARIDAD, lo que indica de una manera
elocuente, que estas cualidades eran desconocidas por los antiguos
Romanos, sin embargo, la Etica Masónica ha admitido todas las
enseñanzas, pero en forma únicamente COMPARATIVA como el símbolo de la
Moral en relación a la Contemporánea, ya que dichas frases, se
encuentran grabadas en la Escala Alegórica de Jacob.
También
debemos tomar muy en cuenta, que el Masón que no acepta a las VIRTUDES,
como una norma de su conducta, que no propaga sus tendencias Morales, y
que no hace de ellas el único y firme apoyo de su vida INTIMA, PRIVADA y
SOCIAL, y que además, guiado por ese hecho, se separa de su estricta y
rígida observancia, desde ese momento demuestra que ABANDONA SU MISIÓN, y
deja de cumplir con los Sagrados Principios, que JURO PROPAGAR ante el
ARA.
Sin embargo, esa es la razón por la que existen Espíritus de
hombres con inteligencias VULGARES y por lo mismo, no les es dado
COMPRENDER la importancia que contiene el estudio de los preceptos
Morales, puesto que, al observar esa actitud, se apartan de la Senda
Positiva, que los conduce hacia la verdadera VIRTUD.
Ahora bien,
para entrar en materia, vamos a definir el significado Filosófico y el
origen de la palabra VIRTUD; y vemos que viene de la Lengua Latina
“VIRTUS-UTEM”, voz que se interpreta como la Actividad, la Capacidad o
el Poder de todas las cosas y sus causas, para manifestarse a la vista o
para producir determinados efectos; es la Actividad o la Eficacia que
se demuestran en cualquiera acción tendiente a conservar o restablecer a
la Salud; indica también, a los factores que proporcionan la Fuerza, el
Valor y el Vigor propios del hombre potente y de Criterio Firme; es la
Potestad, el Poder o la Facultad intelectual, para ejecutar a
conciencia, las obras humanas; es asimismo, la Rectitud, la Integridad y
la Probidad, que determina a la BONDAD DE VIDA; igualmente significa,
la disposición, el Hábito y la Costumbre del individuo para llevar a
cabo siempre, Buenas Acciones o ejecutar buenas obras; es la consumación
de los actos, con estricta sujeción a los más sanos razonamientos, o
bien tomando en cuenta el mejor proceder de la conciencia humana; es
también el firme propósito del hombre para oponerse a los VICIOS o las
Bajas pasiones.
Por otra parte, se nos presentan las VIRTUDES
SOCIALES, como factores indispensables, para llegar a interpretar de
manera sensible, a las CIENCIAS DE LAS COSTUMBRES, por lo tanto, nos
vamos a referir enseguida a la VIRTUD MORAL, a la VIRTUD TEOLOGAL y a la
VIRTUD SOBRENATURAL.
En consecuencia principaremos por conocer
la definición etimologica admitida en Filosofía, para el fin de darnos
una idea, de lo que podemos entender por VIRTUD MORAL, y desde luego nos
damos cuenta de que efectivamente es un factor que se refiere
exclusivamente a las Costumbres Humanas, por lo tanto, es lo que
constituye al hábito que permite al hombre obrar siempre bien en todos
sus actos que le marcan sus deberes, de conformidad con la Ley o sus
Reglamentos, lo que indica de manera precisa, que la persona que obra de
acuerdo con la práctica de esta VIRTUD, lo hace guiada por una Bondad o
por una Nobleza, que le dicta su consciencia, pero con sujeción a la
RAZÓN NATURAL; aunque eso no quiere decir, que deja de cumplir con las
responsabilidades contraídas ante la Sociedad; lo que indica también,
que esa persona bien puede aplicar, su amplio criterio, para interpretar
justamente el contenido de las Leyes, sin necesidad de recurrir a los
DOS EXTREMOS, que por lo regular, resultan desastrosos e INJUSTOS; lo
que puede confirmarse, analizando los perjuicios ocasionados al dictar
cualquier fallo con el apego a la MAXIMA o a la MINIMA expresión de los
Códigos o sus Reglamentos, lo que se resuelve de manera consciente, al
aplicar con absoluta IMPARCIALIDAD todos los preceptos legales, mediante
el ejercicio más puro de los RAZONAMIENTOS que conducen hacia la
VERDADERA EQUIDAD.
Por lo que respecta a la VIRTUD CARDINAL, es
lo que pudiéramos distinguir, por medio de los sentimientos nacidos del
Corazón, para poder observar una Conducta Real, Positiva y Consciente en
el hombre de Espíritu Noble, para el fin de que pueda hacer uso libre
de sus pensamientos, para que inicie sus actos en forma razonable, y
para que ejecute sus obras con resultados imperecederos, pero sin
olvidar que sus actividades deben llevar como norma, la estricta
sujeción a los dictados que le demandan la PRUDENCIA, la JUSTICIA, la
FORTALEZA y la TEMPLANZA, cuyos elevados principios, dan también origen a
un cúmulo de cualidades propias del individuo de reconocida NOBLEZA, lo
que quiere decir, que todo individuo que se guía por los sentimientos
emanados de su conciencia, para juzgar sus propios actos, y para
resolver los problemas que preocupan a sus semejantes, es indudable que
se distinguirá siempre por su BONDAD o por su MAGNANIMIDAD, haciéndose
estimar y respetar por la Sociedad en que vive.
Enseguida,
veremos en qué consiste la definición de lo que es la VIRTUD TEOLOGAL, y
desde luego se nos viene a la memoria su origen, que en la lengua
Griega, en su voz “THEOS”, que significa Dios, lo que indica que fue
inventada e impuesta, a nombre del Ser Supremo, a quien se atribuyen las
palabras de “FE”, “ESPERANZA” y “CARIDAD”, como otras tantas VIRTUDES o
cualidades propias de la Religión Cristiana, mismas que deben practicar
con devoción todos sus adeptos, en forma consciente y fuera de toda
hipocresía, sin embargo, sus preceptos están considerados
Filosóficamente, como una de las Tres más bellas VIRTUDES, tomando en
consideración que, quienes guían sus actos con toda FE, los que abrigan
una esperanza con todo fervor, y los que con nobleza y altruismo,
practican la CARIDAD, desde luego que se hacen merecedores a toda clase
de consideraciones, de distinciones y de honores, captándose el aprecio y
el agradecimiento de la Sociedad.
Ahora bien, tratándose de la
VIRTUD SOBRENATURAL, que en sí nos da la idea de ir en contra de los
fenómenos o de las Obras de la propia Naturaleza, es lo que constituye,
en todos los sentidos un definido y elocuente SACRIFICIO Moral y
Material, para el hombre, tomando en cuenta que el esfuerzo que se
desarrolla, corresponde a un acto sumamente DIFICIL de llevar a la
practica, en forma completamente desinteresada, y con la sola convicción
de SERVIR a nuestros semejantes, ya que esas acciones se ejecutan en
forma completamente INCONDICIONAL y con absoluta ABNEGACIÓN o en otras
palabras, esta VIRTUD también consiste en hacer precisamente un Supremo
ESFUERZO para adquirir el acopio de VOLULNTAD, que a su vez nos
proporcione la suficiente POTENCIA, para renunciar a todos nuestros
intereses particulares, y poder afrontar cualquier situación, con
TEMERIDAD, con OSADÍA o con HEROISMO, tratando de sobreponerse a las
imponentes FUERZAS o FENOMENOS propios de la Naturaleza.
Hasta aquí, hemos logrado saber en términos generales, la definición
Científica y Filosófica profanas sobre lo que es la VIRTUD; ahora nos
resta establecer los preceptos Dogmáticos y Ritualísticos, estipulados
por la Ortodoxia Masónica, en relación con dicha cualidad,
consecuentemente, vamos a determinar sus lineamientos y sus principios,
en forma clara y sencilla, tal cual hemos estudiado, dentro del recinto
de nuestros Templos.
Efectivamente, en este campo de acción, es
donde se tienen los más elevados conceptos, donde se enseñan los
principios y donde se practican los más encumbrados conocimientos sobre
lo que es la VIRTUD; y desde luego, cabe decir que nosotros la
interpretamos como ejercicio más amplio que se hace de la Razón, para
lograr el PERFECCIONAMIENTO HUMANO; lo que bien puede conseguirse,
mediante el DESPOJO de la envoltura Material Simbólica que nos OPRIME,
que nos APLASTA, o con el ESFUERZO de la VOLUNTAD PROPIA, que nos
permite dominar las bajas pasiones.
Además de que no debemos
olvidar que para que exista esta cualidad Moral, debe haber lucha entre
el BIEN y el MAL, entre la RAZON y la JUSTICIA, pero sin llegar a
confundir a la VIRTUD con la HONRADEZ, ni con la BENEVOLENCIA, mucho
menos con la APATIA; pues debemos tomar en consideración que el primero
de estos factores, puede manifestarse en los INDOLENTES, el segundo en
ocasiones lo encontramos en los Individuos de carácter DEBIL y el
tercero, puede conducir al hombre hasta caer en los más deplorables
VICIOS; razonamientos que claramente indican que ningún INDOLENTE, que
ningún DEBIL, ni mucho menos un VICIOSO, puede llegar a practicar la
VIRTUD, y menos tratándose de los aspectos admitidos por la ETICA
MASONICA.
Por esa razón, y atendiendo a lo que determinan esos
indiscutibles conceptos, resulta que la VIRTUD, en todas sus acepciones,
es lo que constituye a la SALUD, a la FUERZA y a la BELLEZA del Alma,
al igual que puede comparársele con el hábito, con la inclinación y con
la disposición de la Conciencia Humana, para PENSAR, para EJERCER, para
OBRAR con justicia durante nuestros actos de la Vida Social, siempre que
haya necesidad de aplicar el Criterio de conformidad con los más Sanos,
Imparciales y Equitativos RAZONAMIENTOS.
Por lo tanto,
cualquiera actividad del hombre, que se apoye firmemente en esos
inmutables principios o agentes sublimes que sostienen a la VIRTUD, como
un faro luminoso para la existencia humana; desde luego que hay que
considerarlos muy SUPERIORES, a los actos que proceden únicamente de la
SANA MORAL, lo que indudablemente queda demostrado con el hecho de que
si la MORAL SOCIAL, consiste en no ejecutar malas acciones, y en
retribuir o premiar al bien que se nos proporcione, por agradecimiento
al FAVOR RECIBIDO, en cambio, todo precepto que tenga como base a la
VIRTUD, lleva una única finalidad, la de conseguir un BENEFICIO para
nuestros semejantes, sin más ambición que la de ejercitar el BIEN, como
una ayuda para el prójimo; acto que debe ejecutarse, aun a costa del más
grande sacrificio Moral y Material o con peligro de la propia
existencia; pero todavía podemos extendernos un poco más, al asegurar
que el Hombre VIRTUOSO, siempre procurará el bienestar o la tranquilidad
de quienes le hayan perjudicado o causado algún MAL, tomando en cuenta
que para él, no existen RENCORES, ENEMISTADES ni venganzas en contra de
las personas cuya maldad sea manifiesta en todos sus actos.
Ahora
bien, si tenemos en consideración todos esos razonamientos, en el
sentido Ético Masónico, queda demostrado que la MORAL PUBLICA, en
ocasiones se manifiesta como una inclinación EGOISTA; aunque de todas
maneras, resulta que a nadie perjudica, y en cambio, beneficia a todos
los que reciben sus favores; por lo tanto podemos también juzgarla, como
un EGOISMO SANO; pero sin embargo, no hay más que reconocer, que para
nosotros, la VIRTUD siempre constituirá la esencia de una cualidad
EMINENTEMENTE ALTRUISTA.
Por otra parte, si tratamos de demostrar
que existe la verdadera VIRTUD en el hombre que posee cierta
preparación educativa, resulta que ese hecho lo elevaría
irremisiblemente a la calidad de un INDIVIDUO PERFECTO, sea en el
sentido MORAL, en el orden MATERIAL o en el ambiente INTELECTUAL; lo que
quiere decir que esas Tres Cualidades deben encontrarse en igualdad de
circunstancia para todo hombre de bien, cosa que hasta la fecha, no ha
sido posible lograr para conseguir una adecuada orientación dentro de la
Conciencia humana; y es precisamente, porque en cada persona existen
diferentes medios de vida, distintos sistemas de EDUCACIÓN y
determinadas costumbres, que la mayoría de las veces influyen de
conformidad con el influjo de los diferente USOS que de hecho dan origen
a la MORAL, que se impone a las distintas Clases, Escalas o Sectores
Sociales.
Pero aun así, tenemos la seguridad de que jamás se nos
podrá negar que la VIRTUD perfecciona un tanto a los USOS y a las
COSTUMBRES Humanas, cuando se propaga como una materia de Educación
Cívica entre los pueblos, ya que sus enseñanzas consisten en saber
aplicar el ejercicio más amplio que aconseja el Criterio, para encontrar
la RAZON, y ponerla en practica en toda su magnitud, de conformidad con
la Conciencia, misma que la mayoría de las veces, obliga a obedecer a
los dictados de una VOLUNTAD FIRME Y PURA.
Por ese motivo debemos
también, que solamente entre las personas que poseen una ALMA NOBLE y
FUERTE, es en donde indudablemente se alberga la VIRTUD, y en donde se
puede encontrar algo de PERFECCIONAMIENTO, aunque siempre será adecuado a
la Categoría, al talento o la Ilustración del individuo, puesto que es
seguro que en su mente lleva la convicción de que puede cumplir con los
Postulados Sociales, que le demandan sus deberes para con la familia,
para con su raza y para con todos sus Semejantes.
Tampoco podemos
negar que la grandeza del Alma de un hombre VIRTUOSO, aumenta en
proporción con el IMPETU de la pasión que está obligando a DOMINAR; por
lo tanto, no cabe duda que ese hecho da el suficiente aliento al hábito o
a la costumbre de subyugar a su VOLUNTAD, para poder apartarse de
ciertas prácticas insanas, lo que indudablemente tiende a enaltecer a
las Conciencias de las personas cuya magnanimidad o su nobleza la han
adquirido, para aprender a SERVIR a sus semejantes, sin más Interés que
la SATISFACCION DEL DEBER CUMPLIDO.
En consecuencia, no hay más
que reconocer y tener la seguridad, de que ninguna PASION MORAL o
MATERIAL que se SATISFAGA, nos puede proporcionar vanaglorias, ni
placeres tan PUROS y DURADEROS como el Orgullo inefable que sentimos al
saber que hemos RECONOCIDO y CORREGIDO a nuestros propios ERRORES o
DEFECTOS, haciendo uso de nuestro Libre Albedrío, puesto que nos
fortalece la personalidad adquirida y nos proporciona la suficiente
VOLUNTAD para VENCERSE A SI MISMO.
Igual cosa experimentamos,
cuando con todo el desinterés personal y con la entereza que se
requiere para alcanzar la realización de determinados anhelos,
preferimos renunciar al bien que se recibe, o a los honores que nos
corresponden, con tal de lograr la felicidad de algún Ser desamparado, o
bien cuando se trata del hecho de SALVAR AL MAS DEBIL EN CONTRA DEL MAS
FUERTE.
Todas estas VIRTUDES, propias del ambiente Masónico, son
las que de manera sincera debemos aprender; para conservarlas y
propagarlas, ante los ojos del Mundo Profano, puesto que su sola
observancia conquista a las VOLUNTADES de los hombres de BIEN, o de
reconocida moralidad, la que sin duda, será siempre reconocida dentro
del ambiente en que vive; por lo tanto, ésta es, en síntesis, la
verdadera labor que el Masón debe desarrollar, en cualquier ambiente,
situación o circunstancia que se encuentre, siempre que haya logrado
COMPRENDER cuales son sus DEBERES para consigo mismo, para con sus
Semejantes y para con el Ser Supremo.
Por esa razón, cada paso
que se adelante sobre esa Senda de las VIRTUDES, cada obra que se lleve a
cabo para afianzar los PRECEPTOS que nos señalan estas sublimes
Cualidades, como enseñanzas SALVADORAS de la Humanidad; es indudable que
nos acercan cada día más hacia la COMPRENSIÓN, hacia la FELICIDAD y
hacia el PERFECCIONAMIENTO individual, en consecuencia, no nos es
permitido retroceder, al tratar de ALCANZAR LA CIMA, en el cumplimiento a
nuestra Sagrada Misión, puesto que, cada paso que se dé en sentido
contrario, irremisiblemente que nos conducirá por el camino de los
VICIOS colectivos, en dirección de las Miserias de los Pueblos, para
ocasionar la RUINA MAS COMPLETA de la Humanidad entera.
Para
terminar, sólo nos resta establecer que éstos son los CONCEPTOS que la
Filosofía Masónica define acerca de las VIRTUDES HUMANAS, cuya práctica,
como ya se dijo antes, es muy DIFICIL de llevar adelante, si no se
poseen las DOTES de Moralidad, de las Buenas Costumbres y de una
EDUCACIÓN ESMERADA.
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